Y con sus tontunas marca el 9 de noviembre como día en que los mozos de escuadra deben estar alerta porque es el gran día, el día de la "Consulta pel dret a decidir". En un instrucción interna sobre las ausencias del lugar de trabajo por incapacidad temporal, motivos de salud y por asistencia a consulta médica de los mozos, se fija el día 9 de noviembre, entre otras, como fecha especial en la que será necesario que los mozos aporten justificante para no acudir a su puesto de trabajo.
Sólo con publicar esto está cometiendo una ilegalidad porque la consulta del 9-N (por cierto, es la Virgen de la Almudena, patrona de Madrit y el santo de mi prima a quien desde aquí mando un beso) es ilegal por mucho que Más este dispuesto a poner las urnas en la calle y a fletar autocares y trenes para que la gente haga cola ante ellas y no pueda votar. Pero bueno, como la Asamblea Nacional Catalana (¿y eso qué es?, ¿a quién representa?) ya tiene previsto que el día de san jorge (23 de abril) de 2015 será el dia de proclamar la independencia de la república catalana (o monoarquía, porque seguro que el que la encabece no tiene más conocimiento que un simio) hay que ir cumpliendo los plazos previstos aunque ello suponga delinquir. ¿Procesarán las autoridades españolas a todos aquellos que participen de manera activa y consciente en este paripé o, como siempre, no habrá cojones?
Esto de implicar a la policía autonómica en una ilegalidad es grave, como lo fueron las declaraciones de Puig cuando era consejero de interior en las que afirmaba que los mozos estarán al servicio de la generalidad si se contrapone una legalidad jurídica a una legalidad democrática. En aquel momento fueron los propios policías, a través de sus sindicatos y asociaciones, quienes pusieron firme al consejero y a Mas: "No somos el ejército de ningún país sino una policía al servicio de la ciudadanía". De toda la ciudadanía, añado yo. "No podemos amparar órdenes que sean delito o que sean contrarias a la constitución o a las leyes". Perfecto, pero ahora no tienen que ser los mozos los que se quejen, el gobierno central debe tomar cartas en el asunto porque la policía autonómica es una institución estatal reconocida en las leyes y, además, financiada a medias entre las comunidades y el resto de España, es decir, de todos nosotros. Como dirían Gila o Jose Mota, alguien tiene que decir algo a otro alguien para que no haga otro algo. O así, que ya va siendo hora, ¿eh Marianico?.
Lo preocupante es que esto no tiene visos de acabar. Cada día uno se sorprende de las gilipolleces de los nacionalistas-soberanistas-independentistas y eso lleva a reforzar la creencia de que, si realmente son tan gilipollas como parecen, a lo mejor vale más la pena que se independicen y nos dejen en paz.
Menos mal que algunos catalanes son capaces de reírse de su catalanidad y la de los otros,especialmente de la de Más y los deMas. Por ejemplo, el ultra-derechista Sostres escribe lo siguiente en un artículo titulado "Mas y España":
Mas ha dicho que los catalanes «luchamos contra el Estado español porque no tenemos más remedio». Mas y Convergència sólo se explican en el enfrentamiento con España y aunque su plural sea inexacto, porque no todos los catalanes vivimos atrapados en esta dialéctica, es cierto que Mas «no tiene más remedio» que gestionar una cierta tensión con España porque en vano trataría de huir del fuego que le justifica.
A Mas no le interesa la independencia sino los réditos que da el conflicto, que es de lo que siempre han vivido él y su partido. Lo peor que podría pasarle a Mas, y a la tropa de patanes que tiene a sueldo, desde Quico Homs hasta sus alegres muchachos de la prensa comprada, es que algún día Cataluña se convirtiera en un Estado y se quedaran sin poder administrar el descontento.
España no es la enemiga de Mas: es su socia en el negocio. Su gran enemiga es ERC, que de verdad quiere la independencia, y está dispuesta a proclamarla si algún día tiene los escaños suficientes. La gran obsesión convergente es conservar el poder. Mas y Quico Homs han movilizando a sus opinadores comprados para intentar desprestigiar a Oriol Junqueras y hacerle aparecer ante la opinión pública como atrabiliario e inmaduro, y que con su inconsistencia perjudica la buena marcha del «proceso».
Mas no sólo no lucha contra el Estado sino que le manda toda clase de emisarios buscando un acuerdo que le permita eternizar la tensión política no resuelta para poder continuar aprovechándose de ella.
Los republicanos no acaban de superar el complejo de inferioridad del paria que se deja deslumbrar por la quincalla pequeño-burguesa; y son los primeros -y tal vez los únicos- que creen que sólo Mas puede conducirles a la independencia, cuando en realidad les está vendiendo a cambio de su mordida; como ya hizo en 2006, yendo a La Moncloa a recortar el Estatut con Zapatero a cambio de la incumplida promesa del PSOE de hacerle presidente de la Generalitat.
Convergència no es un partido para resolver problemas sino una trama para cocerlos a fuego lento y sacarles el máximo provecho. Mas sin España sería un mindundi incluido en cualquier ERE. El único que se ha dado cuenta es Rajoy y por eso no va a ceder hasta verle arrastrarse por los suelos.
Otro catalán que tambien despotrica contra estos politiquillos catalanes de chichinabo es Santiago González, que también escribe un buen artículo titulado "Mas que un Mas":
Fue Narcís de Carreras el primero en afirmar «el Barça es más que un club» durante su toma de posesión como presidente del FC Barcelona, en 1968. Ayudó mucho a difundirlo mi admirado Vázquez Montalbán, que lo acompañaba con una creación propia: «El Barça es el ejército desarmado de Cataluña», en lo que probablemente es el oxímoron más tonto del siglo XX: ¿para qué valdrá un ejército desarmado? Ocho siglos de autogobierno son esto, que la tradición nacionalista es cemento de fraguado rápido, recuerden la condena de Tasio Erkizia del momento en que Francia empezó a colaborar con España contra ETA: «En los últimos seis años Francia se ha convertido en el enemigo secular del pueblo vasco».
Pero el Barça fue más que un club el mismo año del bautismo de sangre de ETA (por buscar una fecha referencial para el nacionalismo vasco) y ahora resulta que Mas es más que un Mas, no les digo más. En la dorada mediocridad que es la Cataluña soberanista, Mas es un primus inter pares, el primero en su género.
La política española, dicho sea sin ánimo de molestar, produce especímenes como éstos. La especificidad catalana es la ausencia del sentido del ridículo, más clamorosa que la media española. Aquí, Forrest Gump logra que le sigan en su carrera, no un centenar, como el protagonista deZemeckis, sino un millón y medio, que en estándares madrileños serían nueve millones. Qué espectáculo para la San Silvestre de Vallecas.
Lo último de Mas es su promesa parlamentaria de colocar las urnas el 9 de noviembre, fecha a partir de la cual se atarán los perros con butifarra, manarán ríos de leche y miel, y la pobreza será un mal recuerdo que se quedará en España. El día de la consulta será de movilización para los Mossos y cualquier ausencia tendrá que documentarse con baja médica, no valdrán malestares de boquilla.
Mas había prometido a Rubalcaba que no hará una consulta ilegal, pero ha fijado una fecha, ha elegido dos preguntas, pasará de la suspensión que dicte el Constitucional y convocará a los catalanes a votar sobre algo que compete a todos los españoles en el uso de unas atribuciones que no tiene. Le ha perdido el respeto al presidente del Gobierno, pero no sabe el peligro que corre con este desafío a Rubalcaba.
El peregrinaje de Forrest duró tres años y dos meses y medio, más de lo que le va a durar al president, mucho menos que a su modelo Moisés, que se perdió con su pueblo 40 años por el desierto. «Alguien dijo que esto que yo hacía daba esperanza a la gente», dijo el personaje de Hanks antes de volverse a casa, lo que hará Artur Gump tras su fracaso. La diferencia de fondo es que Forrest Gump no se creía del todo la frase. Forrest Mas, al parecer, sí.
Pero el Barça fue más que un club el mismo año del bautismo de sangre de ETA (por buscar una fecha referencial para el nacionalismo vasco) y ahora resulta que Mas es más que un Mas, no les digo más. En la dorada mediocridad que es la Cataluña soberanista, Mas es un primus inter pares, el primero en su género.
La política española, dicho sea sin ánimo de molestar, produce especímenes como éstos. La especificidad catalana es la ausencia del sentido del ridículo, más clamorosa que la media española. Aquí, Forrest Gump logra que le sigan en su carrera, no un centenar, como el protagonista deZemeckis, sino un millón y medio, que en estándares madrileños serían nueve millones. Qué espectáculo para la San Silvestre de Vallecas.
Lo último de Mas es su promesa parlamentaria de colocar las urnas el 9 de noviembre, fecha a partir de la cual se atarán los perros con butifarra, manarán ríos de leche y miel, y la pobreza será un mal recuerdo que se quedará en España. El día de la consulta será de movilización para los Mossos y cualquier ausencia tendrá que documentarse con baja médica, no valdrán malestares de boquilla.
Mas había prometido a Rubalcaba que no hará una consulta ilegal, pero ha fijado una fecha, ha elegido dos preguntas, pasará de la suspensión que dicte el Constitucional y convocará a los catalanes a votar sobre algo que compete a todos los españoles en el uso de unas atribuciones que no tiene. Le ha perdido el respeto al presidente del Gobierno, pero no sabe el peligro que corre con este desafío a Rubalcaba.
El peregrinaje de Forrest duró tres años y dos meses y medio, más de lo que le va a durar al president, mucho menos que a su modelo Moisés, que se perdió con su pueblo 40 años por el desierto. «Alguien dijo que esto que yo hacía daba esperanza a la gente», dijo el personaje de Hanks antes de volverse a casa, lo que hará Artur Gump tras su fracaso. La diferencia de fondo es que Forrest Gump no se creía del todo la frase. Forrest Mas, al parecer, sí.
SALUDOS
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