¿Debe preocuparnos todo esto? Yo creo que sí. Ya no es sólo que la CIA, la NSA, el FBI, el CNI y su PM (puta madre) nos espíen y sepan a quién, cómo y cuándo llamamos por el móvil o contactamos a través de estas redes sociales. Esto puede ser hasta justificable y comprensible en nombre de la seguridad y la lucha antiterrorista, pero que todo el mundo se convierta en un Gran Hermano y que sepan hasta cuando mandamos un guasap desde el váter, ya es demasiado.
La estrategia es relativamente sencilla: un fondo pide prestados títulos (acciones) de una empresa y los vende de inmediato a un precio X. Por una serie de informaciones o de manipulaciones se hace bajar el precio de esas acciones y el fondo las vuelve a comprar por un precio Y, inferior al precio X por el que las vendió, y devuelve las acciones a quien se las prestó. El beneficio es la diferencia entre X e Y y lo complicado está en conseguir que en un corto lapso de tiempo esas acciones bajen de precio. Eso se consigue con in formación reservada sobre la marcha de esa compañía o manipulando el mercado de valores, es decir, haciendo ver y convenciendo a la gente de que el valor de las acciones de esa compañía está cayendo y hay que deshacerse de ellas cuanto antes. Y para esta manipulación se ha constatado que el uso de Twitter, Facebook y herramientas similares es sumamente efectivo. No consiste más que en tuitear noticias negativas sobre la empresa en cuestión para que cunda el pánico y la gente venda, con la consiguiente merma en la cotización de esa empresa. Luego sólo queda comprar y hacer negocio sin prácticamente riesgos ya que el coste de lanzar información a través de esas redes es prácticamente cero. Y tan efectivo es que se disponen de datos de operaciones de este tipo que han hecho descender el valor de una empresa casi un 20% en una semana, es decir, otra barbaridad.
Huid de la Bolsa como de la peste sobre todo si no tenéis los millones necesarios para no sufrir. El humo que todo lo envuelve y que cada vez dispone de más especialistas en su venta, puede cegar nuestros ojos y hacernos caer en un juego donde tenemos todas las de perder por carecer de resortes para intervenir y protestar cuando los demás hacen trampas. Y, de verdad, que son muchos los que hacen trampas y las hacen desde el orto hasta el ocaso. "El dinero nunca duerme"
SALUD Y DINERO.
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