Y la solución es política, pero a nivel europeo.
El ministerio del interior tienen que actuar, sí, pero el gran peso del problema debe recaer en el de Asuntos exteriores y cooperación internacional, soplagaitas Garcia Margallo, quien, sin embargo, está más por la labor de ser el metepatas oficial del gobierno en el tema catalán que en iniciar una política exterior agresiva ante la UE para solucionar el problema de la inmigración.
Con la llegada del PP al poder desapareció el Ministerio de administraciones públicas integrándose en Hacienda, con lo cual algo tendría que decir también Montontoro, pero éste solo está para sacarnos dinero a los de siempre y para sus montonterías. Cualquiera que hubiera ocupado este ministerio con Rajoy hubiera parecido el rey del mambo porque el último que ostentó ese cargo,(con el nombre de Ministro de Política territorial) con ZP fue el tontito Manuel Cháves, inigualable en sus desatinos y en colocar a familiares a cobrar de la Junta de Andalucía.
Bueno, quizá Maleni, Aido, Pajín, Pepiño Blanco y Celia Villalobos podrían hacerle sombra, pero no durante tanto tiempo como el que ha empleado este señor en gobernar, dicen, el destino de Andalucía ¡19 años!, aunque aún lejos del inimitable Jordi Pujol, quien ostenta el récord con ¡23 años!
Esta foto de la derecha, tomada recientemente en el parlamento catalán lo resume todo: Orio Pujol més sol que un nussol (más solo que un búho), que se vea mi conocimiento de la lengua madre de todas las lenguas a la par que mi fino humor.
No se porqué pero casi siempre acabo hablando de los catalanes. Pero no soy solo yo. Hay un catalán que los conoce mejor que yo y que tiene más fuentes de información. Es el radical Salvador Sostres que, de vez en cuando dice cosas muy aparentes. Y si no, al loro:
Duran ante la fractura
Mas no sólo no quiere romper España, sino que ni siquiera se atreve a separarse de Unió. Mas alza la voz cuando le sale gratis, pero baja la cabeza cuando hay un precio que pagar. Su épica de fin de semana puede confundir a los novatos, pero cada uno de sus actos confirma que es un calculador de cálculos equivocados, un cínico sin inteligencia y un comercial de producto descatalogado. Es el marido que antes de tomar el vuelo de vuelta a casa, le compra en el duty free un conjunto de lencería a su mujer sin saber que ella ha decidido ya abandonarle.
Cuando el presidente de la Generalitat tuvo algún interés en presentarse en lista conjunta con Esquerra a las elecciones europeas, le preguntó a Duran si le importaría ir por separado en aquellos comicios concretos. Duran pensó que Mas iba, como casi siempre, de farol, y le siguió la corriente para ahorrarse una discusión estéril.
Pero al darse cuenta de que esta vez la cosa podía ir en serio, le advirtió de que si no acudían juntos a Europa sería el principio del fin de Convergència i Unió, saldrían del Govern y nunca más se presentarían juntos a nada. Duran le recordó, para acabar, que las guerras más crueles son entre hermanos que se separan.
Mas corrigió inmediatamente su estrategia, en contra de la voluntad mayoritaria de su partido, que quería ir con ERC para disimular que probablemente los republicanos les ganarían. Luego Quico Homs dijo en una entrevista que la lista única no había sido posible «porque Esquerra e Unió habían primado sus intereses partidistas por encima de los del país», cuando la realidad es que tanto Duran como Junqueras defendían y defienden cada uno su idea de Cataluña -opuesta, eso sí- y es Convergència quien mercadea con todo lo que puede para aferrarse al poder.
En Unió no hay preocupación por la escalada verbal de Mas de los últimos días de Mas, y la ven como un intento -bastante absurdo, por cierto- de mantener la tensión a la espera de que Rajoy acceda a negociar. Unió le ha explicado a Mas que en Madrid estas intimidaciones no cuajan, y le ha hecho reflexionar sobre que la oposición europea al referendo de Crimea no se basa en que se haya producido bajo la coacción de las tropas rusas, sino en que es ilegal y va en contra de la Constitución del Estado en cuestión, Ucrania en este caso.
Las predicciones a corto y medio plazo son que la consulta no va a celebrarse si no es pactada con el Estado, pero que la agitación social que se va a producir durante la próxima Diada va a ser considerable, y no se descarta que la Assemblea Nacional de Cataluña «organice un simulacro de votación el 9 de noviembre: algo simbólico y que vaya acompañado de la ocupación de algunas plazas, al estilo indignado. No muy grave, pero sí bastante incómodo». Veremos qué pasa.
Lo que sí tiene claro Duran es que si no hubiera ninguna clase de negociación, de acuerdo ni de pacto entre Mas y Rajoy y se llegara a unas elecciones de cariz plebiscitario, «y votar CiU significara votar independencia, entonces yo me vería obligado a asumir mi responsabilidad, romper con Convergència y presentarme a estas elecciones como candidato de Unió para defender el catalanismo integrador y moderado que siempre hemos defendido».
Duran no está asustado, pero está preparado. No sabe exactamente lo que pasará, pero es perfectamente consciente de lo que no pasará: ni consulta ilegal ni independencia, en ningún caso.
Mas sabe lo mismo que sabe Duran, aunque sólo sea porque Duran no se ha cansado de explicárselo, pero por falta de acierto en sus cálculos, y de inteligencia en sus actos, se ha quedado atrapado entre Esquerra -que le devora por el flanco soberanista-, Unió -que le va a aguantar un número limitado de peripecias- y un presidente del Gobierno que quiere que todo el mundo sepa que la hora del recreo ha terminado.
Actualmente, la mayoría de CiU y ERC depende de tres diputados. En un contexto plebiscitario, si Duran se presentara por su cuenta superaría de largo esta cifra y quedarían en el aire las supuestas mayorías aplastantes.
Aznar lo dijo, y tenía razón: se romperá antes Cataluña que España.
SALUDOS
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