martes, 4 de marzo de 2014

PEDRO J., ORTEGA Y GASSET. ¡VAYA TRÍO!

JoseOrtegayGasset.jpgJosé Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1995), ensayista y filósofo, maximo exponente del raciovitalismo, ese movimiento que predica: "yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo", es, desde mi punto de vista uno de los personajes más clarividentes de la historia de España.

También me chifla el oscense Joaquín Costa (1846-1911, político, jurista, economista e historiados, máximo exponente del movimiento del regeneracionismo con su conocido lema: "Escuela, despensa y siete llaves para el sepulcro del Cid". 

Pero hoy toca Ortega. Y Pedro J.

Por si alguno no conoce bien a Ortega, es aquél de la anécdota del torero: "Hay gente pa tó". Existen dudas sobre si el torero era Rafael Guerra "Guerrita" o Rafael "El Gallo", aunque es más creíble la atribución a este último: Cuenta la historia del toreo que después de una gran corrida en Madrid, era corriente que los diestros ofrecieran una fiesta en el hotel a amigos, periodistas y gente relacionada con las artes y la cultura en general. Pues bien, en una de esas celebraciones le presentaron a nuestro afamado matador a José Ortega y Gasset, y se lo presentaron como "filósofo", a lo que el maestro inquirió sorprendido:
-¿Filósofo? ¿y eso qué es?
De inmediato le explicaron que se trataba de la persona que trabajaba sobre las ideas y el pensamiento, a lo que el toreo, asombrado por tamaña profesión, sentenció con su famoso:
-Hay gente pa tó
Hay que dudar de que el torero realmente dijera ¿filósofo? ¿y eso que es?, porque dado su andalucismo (Guerrita era cordobés y El Gallo sevillano)y el acendrado carácter inculto de la gente que en aquella época se dedicaba al toro, lo que realmente debió decir fue "¿Filofozo? ¿y ezo que eh?
  Rafael Gómez,  "El Gallo" y Rafael Guerra "Guerrita" :

Y un vez introducido Ortega en el tema, vamos a por leña.

El amigo (o enemigo, según el caso) Pedro J. se estrenó este domingo en El Mundo como articulista de opinión no siendo ya director del diario. En el primer artículo que publica cuenta dos o tres historias en una: nos habla de cetáceos en sus dos versiones, misticetos y odontocetos, de que él ha sido arrojado por tercera vez a los cachalotes asesinos (previamente fue desalojado de malas maneras de dos diarios españoles Diario 16 y, creo que, ABC) pero que esta tercera vez ha tenido la suerte de ser engullido por un misticeto, es decir, la clase de ballenas que carecen de dientes y sólo tienen las famosas barbas, esas que antaño se utilizaban para hacer varillas de corsé, varillas de paraguas,..., tal como se ve en la foto, y que son infinitamente menos peligrosas que los dientes de los odontocetos.
¿Para qué se usan las barbas de ballena?Y una vez en el vientre de la ballena, el propio Pedro J. comienza la segunda historia cuando reconoce que le han bastado unas semanas para encontrarle ventajas a su nueva situación. En sus propias palabras: "A partir de ahora escribiré únicamente en mi propio nombre y nada de lo que diga sobre el Rey y su familia(...), Rajoy y sus ministros o tal o cual magnate del Ibex podrá perjudicar a nadie más que a mí. Y una vez que me han privado del mayor bien, honor y capricho que podía desear -seguir dirigiendo EL MUNDO por los siglos de los siglos- ya a nada temo. Las personas queridas nunca te acompañan como en la adversidad y mi biblioteca está mucho más segura en estas espaciosas cavernas góticas que a la intemperie del oleaje.  
Escribiré cada semana con la esperanzada resignación del náufrago. Con el aire triunfal del derrotado. Con la libertad del prisionero. Con la única incertidumbre de si algún mensaje camuflado en el interior de la botella no será interceptado a la salida por las barbas del cetáceo. Con la fe intacta en esos valientes compañeros -a quienes más siento cuanto menos veo- que ahí abajo convierten sus capturas en aceite; que ahí arriba, con su abnegado nuevo capitán al frente, siguen tensando las jarcias. Escribiré como si ninguno de los afectados fuera a leerme nunca. Tant se val si és pecat. A los decapitados ya nadie puede cortarnos la cabeza. Como dice el ballenófilo Philip Hoare, «un hombre debe perder la vida para salvarla».

Y la tercer historia es la que viene a cuento hoy, pero había que ir preparando el camino.
Dentro de la ballena se encuentra a un personaje que describe como treintañero con bigote muy negro, canotier y el diario El Imparcial en las manos. Con él traba conversación tras contemplar ambos el último espectáculo sobre el estado de la nación en el que Rajoy presentaba a Rubalcaba como el peor de los demagogos y Rubalcaba a Rajoy como el mayor de los oportunistas. Éste joven dice:

- «El mejoramiento nacional depende de la desaparición de los políticos y la desaparición de los políticos depende de que los dos grandes partidos gobernantes se hagan añicos».
Y cuando las huestes de ambos políticos comienzan a competir en adulación y servilismo a su amo, le dice a Pedro J::
- «¿Cómo vamos a situar el destino de España en esas manos plaudentes...? Ni una volada se puede echar sobre esas dos viejas alas anquilosadas».


- «Nada puede soliviantar a un patriotismo que mira las cosas con alguna sutileza como la supervivencia de un gran partido exento de ideas políticas... Pensadores, luchadores, héroes formaron el partido porque necesitaban forjar un órgano a su idealismo, a su doctrina. Ahora acontece lo inverso: el partido se compone, en su inmensa mayoría, de gentes que no son otra cosa que miembros del partido. El partido no vive de ellos, ellos viven del partido. He aquí lo que es el partido: un recinto donde los últimos representantes de la España vieja se hacen fuertes contra la nueva opinión pública».
- «En España persiste la arcaica mole donde ha venido a aposentarse la astucia, como acude de sólito la alimaña a toda vieja construcción».
- «Presenciamos con perversa indiferencia los esfuerzos de una España decrépita, de una España parásita por ahogar una España nueva que se inicia».
Este joven cuya cara le suena pero que aún ignora quién es, le da un papel y le cita para el 22 de marzo del 14 en el teatro de la comedia donde impartirá una charla  sobre cuyo título y parte del contenido, que figura en el papel, le pide opinión a Pedro J. En ese momento se acerca Julián Marías , filosofo vallisoletano discípulo de Ortega, con quien fundó en 1948 el Instituto de Humanidades en Madrid, quien le dice a Pedro J.: - Es el joven Ortega... «Hay en él una veta regeneracionista que nunca morirá del todo».
Cuando Pedro J. vuelve a quedarse sólo, desdobla el papel y lee el título : Vieja y nueva política y se pone a leer en voz alta el contenido del párrafo sobre el que le había pedido opinión Ortega:
- «Es una ilusión pueril creer que está garantizada la eternidad de los pueblos. .. En historia vivir no es dejarse vivir...».
¿Cómo podía aquel hombre estar anticipando desde hacía 100 años lo que ocurriría hoy? 
- «Es menester que nuestra generación se preocupe con toda consciencia del porvenir nacional. Es preciso hacer una llamada enérgica a nuestra generación y si no la llama quien tenga positivos títulos para llamarla, es forzoso que la llame cualquiera, por ejemplo... yo».
Pedro J. dobló el papel pensando que aquel hombre tenía toda la razón. ¿Cómo rehusar el encargo? ¿Cómo no acudir a la cita?.... FIN
Pues esto es lo que hace 100 años exactamente decía Ortega de la política y los políticos españoles. ¿Cómo no estar con él si todo es cierto, si la descripción que hace de los hechos, acontecimientos y personas se ajusta como un guante a nuestra situación política actual?
Llamemos a todos lo españoles de sentido común y unámonos todos en pro de nuestro porvenir y el de nuestros descendientes, porque si no lo hacemos, si dejamos todo en manos de quienes, desde hace no ya cien años sino cien siglos, vienen demostrando que su manera de hacer política y de vivir es exclusivamente de, por y para ellos, no nos quedará futuro. Y si nadie, de los que aún tienen cierta autoridad, quiere hacer el llamamiento es forzoso que cualquiera, aunque sea Pedro J., lo haga. Yo, en este tema, que no en muchos otros, voy con él.

Pedro J. y señora de carnavales. Ella va todos los días.


SALUDOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario