viernes, 14 de marzo de 2014

EL EJEMPLO CANADIENSE

la asociación Federalistes d'esquerres, nacida en cataluña en 2013 y cuyo nombre ya indica de qué van, ha invitado a un político canadiense, Stephane Dion, lider del partido liberal canadiense, uno de los tres principales partidos federales de ese país, a dar una conferencia en nuestro país. Dion ha aprovechado para entrevistarse con el ministro de exteriores español y para participar en una mesa redonda en el congreso de los diputados.
Une photographie de Stéphane DionEste señor es quebequés, de Quebec, esa región canadiense que cada dos por tres se quiere separar de Canadá porque son francófonos mientras en el resto del país son anglos. De hecho, los independentistas de Quebec han conseguido que el gobierno canadiense les autorice dos referendos por este tema y los dos los han perdido. Fue ministro de Canadá e impulsor de la Ley de Claridad que reguló los referendos de secesión en su provincia de origen. Quiero decir con esto que es una persona que sabe de qué va el tema nacionalista-independentista que, de momento, ha perdido las consultas que ha convocado para este fin, como sin ninguna duda ocurrirá en la consulta a celebrar en Escocia para tratar su separación del Reino Unido.
En sus comparecencias fue muy claro, extremadamente claro. Claro contra la independencia –aunque respetuoso con los independentistas–. Y nada partidario de celebrar referendos secesionistas como los que se hicieron en Quebec en 1980 y 1995 o como el planteado por Artur Mas en Cataluña. «Hacer un referéndum es traumático», sentenció, y deja «heridas» que tardan en cicatrizar.
Defendió que es posible «ser nacionalista quebequés y nacionalista canadiense a la vez». Y consideró que de la misma forma se puede ser «nacionalista catalán y nacionalista español de forma enriquecedora».
El dirigente liberal relató que la campaña del No en Quebec se basó en explicar con realismo qué supondría la independencia. Y añadió que, en el caso catalán, ha quedado claro que esta comunidad quedaría fuera de la Unión Europea si llegara a declararse independiente, incluso si ocurriera de forma acordada con el Gobierno de España.
Dejó claro también que no quiere inmiscuirse en los asuntos internos de España, pero habló como testigo del proceso independentista en Quebec. El dirigente canadiense se mostró orgulloso de ser francófono, quebequés y canadiense, compartiendo su nacionalidad con ciudadanos que hablan inglés y que tienen una cultura diferente a la suya. Por ello, abogó por el diálogo para «construir la unidad y reducir las divisiones» y «ponerle corazón» para conseguir «vivir todos juntos».  
No se si todo lo que dijo este experimentado político gusto entre los Federalistesd'esquerres pero parece meridianamente claro que no debió gustar a Mas y sus golfos apandadores puesto que CiU y ERC no asistieron al debate en el congreso. Sí lo hicieron, entre otros, Iniciativa por Cataluña, PNV y Amaiur. 

Interesante, en relación a lo manifestado por este canadiense, el artículo de Arcadi Espada (catalán él, como ya sabemos) titulado "Claridad":

 El triunfal paso de Stéphane Dion por Barcelona. De su importancia son prueba el par de magros y pudibundos titulares en la prensa local. Y la actitud de sus anfitriones, los llamados Federalistes d'Esquerra: no solo Dion no ha bendecido su prurito a decidir, sino que probablemente, tras haberlo escuchado, esos federalistas de izquierda decidan rápidamente dejar de ser una cosa y otra. Dion (...) disertó con rigor y transparencia sobre el contentamiento. Dijo: «Ceder prácticamente a todas las reivindicaciones de los separatistas dentro de un país, esperando que pierdan todo interés por llevar a cabo la separación, es una estrategia arriesgada y probablemente ilusoria, a la que llamo la estrategia del contentamiento». Todo lo que vino después fue una arrolladora presentación de argumentos sobre la imposibilidad de que esa estrategia funcione. Era impactante oírlos en España donde la estrategia del contentamiento ha sido practicada por todos los gobiernos y es la principal responsable de que el nacionalismo haya llegado a su punto alienado y alienante.
(...)
Dion ha hablado, pues, no solo en el lugar, sino en el momento justo: cuando al niño ya se le han dado todos los juguetes imaginables y su único y feroz deseo es patear la casa.

Y hasta aquí puedo escribir que me voy al aeropuerto a buscar a mi hijo.
SALUDOS


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