sábado, 12 de abril de 2014

NO NOS ENGAÑEMOS

Son todos iguales, no nos engañemos. Los de Izquierda Unida también. Éstos que predican dignidad y que organizan marchas exigiéndola, marchas que acaban golpeando a los trabajadores de la policía hasta  hacer que les den más puntos que al Atleti en la liga (¡aupa Atleti!), en cuanto tocan pelo se vuelven  tan corruptos como cualquier otro partido. Aunque más que volverse corruptos lo que ocurre es que germina la semilla de la corrupción, el engaño, el amiguismo y el nepotismo, que desde siempre ha subyacido en España, desde la extrema derecha hasta la extrema izquierda.
Nadie nos ha enseñado a ser demócratas. La democracia vino de repente y todos los franquistas se giraron hacia la luz del nuevo sol olvidando de donde venían y por qué estaban donde estaban. Los comunistas nunca han sabido qué es eso de la democracia porque a lo largo y ancho de todas sus experiencias de poder: URSS, China, Cuba, etc., la voz del pueblo no ha significado nunca nada para ellos: todo por el pueblo y para el pueblo, pero sin el pueblo. Los regímenes más sangrientos conocidos, si excluimos el nazismo alemán, han sido los comunistas y vuelvo a los mismo ejemplos, algunos de ellos todavía vivos: URSS-Rusia, China, Cuba, Camboya, Corea del Norte, ...
La democracia y el comunismo siempre han sido incompatibles, pero nadie ha querido denunciarlo porque la esfera de la URSS, ahora Rusia, potencia militar que no económica, basada en el comunismo, era demasiado potente desde el punto de vista armamentístico y político para tenerlo como enemigo en una batalla en pro de la democracia. Sin embargo, los comunistas siempre se han creído en posesión de la verdad universal y de  lo que eso, teóricamente, debería conllevar: igualdad, justicia, equidad,.., cuando en la práctica no hay sociedad más injusta, insolidaria y desigual que la sociedad, nación o estado basado en la doctrina marxista.
No son quiénes para venir a darnos lecciones de democracia a los que, aunque con reparos, sí creemos en ella. Ellos no han sabido establecerla ni practicarla cuando han tenido ocasión de hacerlo, si no todo lo contrario, se han dedicado a imponer sus consignas y su manera de ver el mundo por la fuerza: checas, gulags, eliminación física y psíquica de enemigos e incluso de amigos, purgas, imposición de regímenes de miedo, falta total de libertad, represión,... Todo esto es lo habitual en regímenes teóricamente basados en la doctrina de Marx, es decir, exactamente lo mismo, cuando no amplificado, que lo que ocurre en los totalitarismos militares o de extrema derecha y en los regímenes casi teocráticos africanos o asiáticos: Hitler, Franco, Videla, Pinochet, Obiang, Bokassa, Idi Amín, ... Ejemplos hay para hartarse, pero al menos esos no engañaban: estabas con ellos o contra ellos. En cambio, los paraísos comunistas están, sobre el papel, para servir al pueblo y conseguir esa igualdad que conlleve justicia y paz. Es el pueblo quien debería gobernar y, sin embargo, en la realidad, es el aparato del partido el que lo hace. y lo hace única y exclusivamente en su propio beneficio sin importarle el sufrimiento y la desesperación de la ciudadanía a la que debería servir. Son los regímenes más mentirosos y sin embargo, siempre hay gilipollas, como Willy Toledo, a los que les gusta y creen de verdad que son realmente paraísos cuando en realidad son los sistemas más sangrientos, nefastos y falsos que hay.
Por eso, como decía, cuando llegan a tocar poder se manifiestan tal y cual son. Prepotentes, sobrados, investidos de la única verdad frente a la masa ignorante que les sigue, se constituyen en la luz que ha de iluminar el tránsito a la felicidad y al país de Jauja y, como todos los demás, la acaban cagando por mucha dignidad, libertad y justicia  con que llenen sus mentirosas bocas.

En Andalucía han conseguido su parcelita de poder al haberse constituido en imprescindibles para que los socialistas puedan gobernar en dicha comunidad, pues recordemos que las elecciones las ganó el PP aunque sin mayoría absoluta. Y los socialistas, Griñán primero y Susana después, les han otorgado una serie de consejerías para que jueguen a hacer "política social".
Por política social entienden "robar" a los propietarios de pisos vacíos esos inmuebles para dárselos a personas sin hogar. Entienden que ocupar terrenos ajenos y asaltar supermercados también es política social, cuando en realidad son sendos delitos. Entienden que uno de sus representantes en el parlamento andaluz (Sanchez Gordillo) participe en esas tropelías y además se descojone de la justicia. Entienden que sus amigos y compañeros okupas sean los primeros en tener derecho a ser realojados cuando han sido expulsados de las casas que ocupaban, saltándose, si es preciso, una lista de espera de ciento o miles de ciudadanos andaluces. Todo eso entienden por política social.
Y lo llevan así a la práctica: Elena Cortés Jiménez, en la imagen,  consejera de fomento de la junta andaluza, comunista desde joven, es la que impulsó la ley antidesahucios legalizando la expropiación de viviendas (por la cara) y sancionando a los propietarios de casas vacías, lo cual socava totalmente el derecho a la propiedad privada reconocido por la constitución y que, por ello, ha sido suspendida cautelarmente por el Tribunal constitucional. Esta señora, tras el desalojo de una comuna de okupas de la denominada "Corrala Utopía", todos ellos con lazos y referentes antisistema y, por tanto, en la cercanía ideológica de IU, les ha facilitado el realojo en pisos sociales de la Junta o con alquileres a cargo del presupuesto del gobierno andaluz, saltándose, como antes he dicho la lista de espera de miles de personas que realmente no tienen casa y ni casi donde caerse muertos. Pero como los "utópicos" son colegas, pues que pasen primero... Eso es comunismo, justicia y solidaridad según lo entienden los comunistas disfrazados de izquierda plural.
menos mal que Susana, que va a resultar mejor de lo que en principio aparentaba, les ha puesto en su sitio. Tanto que el pacto andaluz de gobierno está en el aire,es decir, que la coalición de gobierno entre socialistas y comunistas puede romperse con lo que el partido gobernante quedaría en minoría. Esto sólo tendría como solución el convocar elecciones autonómicas en un intento de los socialistas de conseguir una mayoría absoluta que les permitiera gobernar en solitario, sin la rémora de los comunistas, como han estado haciendo durante más de 30 años. Menudo aburrimiento para los andaluces no poder salir del círculo socialista, pero teniendo en cuenta quien representaba a la derecha hasta ahora, Javier Arenas, era extraño no identificar su estampa con la del señoritingo andaluz al que "por el forro"  iban a votar los currantes  y menos aún los cientos de miles de andaluces que viven (y viven bien) gracias al PER, a los ERES y a todas esa ristra de engaños, falsedades y corrupciones que nos tienen acostumbrados los políticos (de ambos signos) y a las que ahora se ha sumado IU (¿o ya los estaba?). En Andalucía hay socialismo para rato.
En Extremadura, sin embargo, los comunistas han optado por otra estrategia y parece que no les va mal con el gobierno de Monago (PP). El caso es similar al andaluz ya que con el apoyo de IU el PSOE podría haber seguido gobernando esta legislatura y, quizá, 100 años más, pero los comunistas hartos de la sinrazón socialista durante tantos tiempo, se abstuvieron en la investidura y Monago, que fue el más votado aunque no tenía mayoría, llegó al poder y, parece (digo que parece) que no lo está haciendo mal. A lo mejor a los andaluces les hubiera ido bien una pasadita por la derecha, aunque solo fuera de cuatro años, para tener otra perspectiva de la vida y, a lo mejor, otro futuro que no fueran las subvenciones.

En fin, que acabo con este tema con un artículo de Santiago González, titulado "Una rareza", en la que habla (no mal, por cierto) de Susanita Díaz, de su presente como presidenta andaluza y de su futuro como posible cabeza del socialismo nacional en un corto espacio de tiempo:

Susana Díaz es uno de los personajes más notables del socialismo español. Llamó mucho la atención su estreno hace unos meses como presidenta de la Junta, cuando emplazó al PSOE y al PSC a defender la unidad de España. Coño, qué rareza, pensó uno, que estaba empezando a considerar al PSOE una rara síntesis del PSC y Jesús Eguiguren.
Ayer ejerció de gobernante, al firmar un decreto por el que retira a la consejera Cortés las competencias en materia de adjudicación de VPO, advirtiendo de que «siempre se va a actuar dentro del marco de la Ley, de la igualdad y de la justicia social». La causa es que la consejera de IU había atribuido graciosamente 18 viviendas a los desalojados de la llamada corrala Utopía, una ekintza okupa patrocinada y amparada por IU en unos pisos de Ibercaja sin vender, a la que puso fin la Policía el domingo pasado por orden de un juez profesional.
La consejera Elena Cortés debió de considerar cuestión menor que esa docena y media de viviendas tuviese una larga lista de espera, una nimiedad comparándola con el absoluto de Utopía que alienta en los ideales de la verdadera izquierda. Y se las adjudicó a los suyos. La Utopía es una patada en la puerta de casa ajena, un condón pinchado de esa Izquierda Unida de Cañamero Sánchez Gordillo, que eran en el arte de asaltar supermercados el equivalente a los hermanos James en el de asaltar trenes.
No llegará la sangre al río, advierte el portavoz de IU: no se pondrán tan pundonorosos como para romper el pacto de Gobierno. O sea, que volverán a mandamiento y la presidenta les devolverá la adjudicación de las viviendas, pero ya habrá sentado una base para el adelantamiento de elecciones, cogiendo con el pie cambiado, no sólo a su socio de Gobierno, sino a un jefe de la oposición todavía en agraz, como lo demostró ayer, al ofrecerse como socio de repuesto si Susana rompe con IU. Susana Díaz ganará esas elecciones, que probablemente serán una meta volante en su carrera hacia la secretaría general del socialismo español. De ahí su defensa de la ley y de una España unida, un lenguaje extravagante en la izquierda de hoy. Fue chaconista, pero apoyará a Rubalcaba, para que le caliente el sitio mientras se jubila de verdad.
Estos fines son legítimos. Mucho más que la Utopía de IU o las «cosas maravillosas» que anunciaba Chacón durante un mitin en Tomelloso. Y los medios y el discurso parecen adecuados. Más que la espantada de la primera diputada por Barcelona, una aspirante que puso tierra y un océano por medio, mientras en Cataluña, su Cataluña, se gestaba la insurrección, se incumplían las leyes y se incurría en desacato.
Pero no nos engañemos tampoco por el otro lado. Lo de Bárcenas sigue teniendo tela porque no se baja del burro y sigue afirmado que "el PP usaba dinero negro para todas sus campañas" y, aunque no confiesa que de ese dinero negro él hizo un rinconcito de más de 40 millones de euros, la sospecha sobre todos los secretarios generales y presidentes del partido (Rajoy, Aznar, Acebes, Cascos, Arenas y Cospedal) amén de sobre todos los dirigentes regionales, sigue sin diluirse. Tampoco avanza porque no aporta pruebas pero aún así, la gravedad, trascendencia y reiteración de sus acusaciones obliga a que la investigación deba seguir y profundizar en el tema, al tiempo que el PP debería empezar a adoptar otra estrategia que no la mera descalificación de su último tesorero.
Por cierto que si hubiera verdad en sus palabras al individuo Jaime Matas, en cuanto ex presidente del PP en baleares, le podría caer otro marrón. La fiscalía y el tribunal Supremo se oponen a su indulto porque no hay razones de equidad o justicia por lo que según esto debería cumplir sus 9 meses de cárcel. Otra cosa es que los cumpla porque, no nos engañemos, salvo que pronto salga otra condena carcelaria en su contra, casi seguro que se librará de ello.
Si bien los dictámenes judiciales no son vinculantes porque el indulto es un acto administrativo (político más bien) del Gobierno, el hecho de que todas las partes, salvo Matas, claro, se opongan al indulto haría quedar muy malamente al gobierno caso que decidiera concedérselo, porque no sólo es la justicia, sino la opinión publica la que está en contra. Cada perro que se lama su cipote o que cada palo aguante su vela. Jaime, tío, lo tienes crudo...

No nos engañemos porque los de CCOO, que provienen del comunismo, son igual que sus hermanos mayores de la política y mira que me sabe mal por Marcelino Camacho.
El el Consell de Mallorca, que viene a ser como la diputación de la isla, se firmo un acuerdo en 1991 por el que el personal que trabajaba en residencias y hospitales dependientes de esta institución tenían derecho a que se les lavara y planchara la ropa, utilizando para ello el servicio de lavandería de dichos centros. Pero la literalidad del acuerdo hace que, según interpreta CCOO, de lugar a que todos los funcionarios del Consell tengan ese derecho y así lo reclama este sindicato en sus negociaciones con este organismo, en una estrategia de presión por los recortes salariales y el aumento de la jornada laboral. En la actualidad se sigue prestando este servicio a los antedichos, además de a los bomberos y a los empleados que deben llevar uniformidad (ujieres, chóferes y ordenanzas) pero el sindicato, antaño comunista, ha llevado ante Inspección de Trabajo este tema porque de no darse cumplimiento para todos los empleados del Consell se estaría discriminando a determinados colectivos de trabajadores. Inspección de Trabajo ha anunciado que dicho acuerdo no se puede anular, con lo que en principio estaría dando vía libre a que los calzoncillos y bragas de los funcionarios se lavaran con dinero público.
 Siguen las negociaciones y si me entero de en qué acaba la cosa ya os contaré.
¡Qué país!.

SALUDOS

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