sábado, 5 de abril de 2014

CASTIGADO SIN SALIR

Al etarra Bolinaga, carcelero y torturador de Ortega Lara y ahora dicen que también asesino de un guardia civil en 1986, el juez Ismael Moreno, de la Audiencia Nacional, le ha castigado sin salir de casa. Poco castigo parece.
Josu Uribetxeberría Bolinaga, de Mondragón, como Fagor y Eroski, es aquel hijoputa que en 2012 dejaron salir de la cárcel porque tenía un cáncer terminal y no le daban más de un año de vida. Es el desalmado que hizo de carcelero de Ortega Lara (532 días encerrado en un infecto agujero) y que pocos días antes de ser detenido decidió dejar de darle de comer y callar como puta el lugar donde estaba encerrado, condenándole así a una segura muerte. Es, según dicen, el cabrón que mató a tiros a un Guardia civil en Mondragón en 1986 hecho por el que ha sido llamado a declarar hace dos días por el juez Moreno y que ha conllevado su actual castigo.
Este malnacido quedó en libertad en 2012 porque su fin era inminente, no sin antes un polémico toma y daca entre médicos que, en base a su grave enfermedad, propugnaban su libertad y otros que no lo tenían tan claro. Pero el gobierno de Marianico (Justicia e Interior) cedió y después de pasar unos días de observación y pruebas médicas en el hospital de San Sebastián, fue enviado a su casa en Mondragón a esperar la llegada de la "parca", ya que así podría seguir mejor el tratamiento contra su cáncer y, además, según el monaguillo Fernández, venía a ser un acto de caridad cristiana. En su casa no ha parado mucho porque cada día sus amigotes (tan cabrones como él) le iban a buscar y salían de txikitos por los bares de la zona. Estos alternes, se supone que con sus buenas tapas, que los vascos de eso sí que saben, junto a la medicación quimioterápica y el aire libre han obrado el milagro de su recuperación, tal como se observa en las fotos:
                    

De ser un alma en pena al que presuntamente le quedaban tres telediarios ha pasado a ser un sujeto, igual de malo y rastreo que antes pero con mucha mejor condición física y es que no hay nada como la libertad , el aire puro y unos vinitos para recobrar la salud.
Pues en septiembre hará dos años que empezó la movida y ni se ha muerto ni tiene, según su aspecto, visos de que vaya a morir en breve. Ello me lleva a pensar que cuando se acerque mi momento me iré a visitar a los médicos donostiarras que aseguraron que duraría un año máximo, porque con el ojo que tienen a lo mejor a mí también me alargan la vida.
Ahora, con el tema del asesinato del guardia no se han tenido ni cojones de que comparezca en la Audiencia en Madrid. Ha sido interrogado por videoconferencia desde Vergara, pueblo cercano al suyo para que no se cansara y, por cierto, no ha dicho ni pío. No ha dicho nada ni sobre este asesinato, del que le acusan dos de sus compañeros de comando, ni de otros actos execrables de la banda sobre los que podría arrojar alguna luz. Nunca ha pedido perdón y, a estas alturas, ya no creo que lo haga y, por supuesto, desconoce el sentido de la palabra arrepentimiento. Por todo ello soy de la opinión de que debería habérsele dejado morir en la cárcel (si es que algún día se muere, porque ya se sabe que bicho malo ...). Con su manifiesto desprecio hacia las víctimas no merece ni un ápice de conmiseración por parte de nadie y, no habiendo criadillas suficientes para dar marcha atrás a su excarcelación, a todas vistas un acto político, el juez le castiga ¡a no salir de casa!, como a los críos pequeños. Sólo le ha faltado quitarle el móvil, el ordenador y la play station. Y la tele para que no pueda disfrutar de los partidos de la Real sociedad y el Eibar ni de los intelectuales deportes vascos de siempre, esos de piedras, troncos y tal.
¡Apañados estamos con la justicia en España!. No sabemos poner orden aquí dentro y queremos ser como el Zorro, justicieros universales y arreglar los problemas de los tibetanos y china, de los iraníes e iraquíes y de Tarzán y su puta madre buscando piso en Alcobendas (famoso grupo de punk/rock o así aparecido en los años 80).
Lo que no ha dicho el juez es si en su casa podrá tomar postre y txikitos o si le ha impuesto también otro castigo del tipo escribir un millón de veces: "Soy un hijoputa etarra y no secuestraré ni mataré a nadie más en mi ¿corta? vida". Es que eso del arresto en casa, si no va más allá, queda como un poco corto y muy soso, ¿no?.Pero bueno, menos da una piedra.

Y ahora sigo con la opinión del insuperable Fede Jiménez losantos, que en su columna de ayer titulada "Bolinaga y amigos" , entre otras cosas dice:
....
La suelta de Bolinaga, preludio de la suelta masiva de etarras con la excusa de la sentencia del caso Parot, fue argumentada por Fernández Díaz diciendo que, según el informe forense, le quedaban unos días, tal vez pocas semanas de vida y que no dejar que muriese en su casa sería un acto de prevaricación. Cuando la suelta de De Juana, el Gobierno del PSOE esgrimió motivos humanitarios, y Patxi López dijo en la tele: «Lo importante es que Iñaki no se muera». Qué se va a morir. En cuanto a Bolinaga, por ahí anda, gordo y lustroso, tras demostrarse que el informe forense en el que se escudó Fernández Díaz nunca se realizó. Ayer, Daniel Portero denunció en Libertad Digital que Bolinaga podría haber participado -o podría ayudar a esclarecer- nueve asesinatos. El Ministerio del Interior y el de Justicia deberían explicar por qué se empeñan en que Bolinaga siga siendo un monumento a la prevaricación.

Otro columnista, Eric González, escribe hoy un artículo ("Da igual") en el que empieza por el tema de la Espe viniendo a decir que no se puede escribir sobre esta señora porque, en este caso, ella misma ha conseguido convertir en una astracanada una cuestión tan simple como una multa de tráfico. Es decir, que ella ha hecho la noticia y la ha retorcido hasta el punto que los columnistas y comentaristas políticos ya no tienen nada que añadir ni comentar. Si acaso, cuando se les pase la risa, dirán algo.
Y en este mismo artículo remata así:
....
Lo peor no es que le impidan al columnista retorcer la realidad con intenciones humorísticas, porque la realidad venga ya bastante retorcida. Lo peor, decía, es que todo esto es inútil. Da igual lo que ocurra y da igual lo que se publique. Veamos: un juez de la Audiencia Nacional trabaja sobre la hipótesis de que Luis Bárcenas acumuló su considerable fortuna robando dinero negro del Partido Popular. Uno es un chorizo, vale. Los otros también. Pero los otros son el mayor partido de España, el partido que gobierna con amplia mayoría absoluta. Esto es gravísimo, ¿no? Y no pasa nada, salvo que a algunos, dudo que a muchos, se nos retuerce el estómago. Sigamos viendo: la misma Audiencia Nacional traspapeló los documentos que atribuían al etarra Josu Uribetxeberria Bolinaga el asesinato del guardia civil Antonio Ramos. Durante 17 años quedó sin resolver un crimen que debía haber sido resuelto (un derecho fundamental de las víctimas y un elemento básico para que sus deudos metabolicen el dolor) y añadido al historial de un personaje tan repulsivo como Bolinaga. Esto también es gravísimo, ¿no? Y no pasa nada.
La sociedad española es mansa, por los castigos y escarmientos recibidos. Ahora añade a su mansedumbre una espléndida indiferencia ante los principios morales más elementales, una languidez casi fúnebre, un encefalograma casi plano. Tratamos de engañarnos diciéndonos que somos tolerantes. No es verdad. Somos tontos.
Y con el párrafo final casi llega a sacarme de la duda que plantea este blog desde su inicio: ¿estamos tontos o qué?

SALUDOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario