sábado, 1 de febrero de 2014

DINERO NEGRO

Hay una estafa denominada de los "billetes tintados" en las que se utiliza "dinero negro". La suelen practicar personas de ese color, mayormente nigerianos (también maestros de la estafa denominada, en su honor, "las cartas nigerianas"). Suelen acudir a gente con posibles y les ofrecen la posibilidad de ganar mucho dinero mediante el siguiente sistema:
Cuando quedan con el incauto comparecen con un maletín  lleno de papeles negros del tamaño de  billetes de 100 dólares y llevan consigo, también, un líquido mágico donde, al ser sumergidos los papeles negros, se transforman en dólares. Dicen tener que sacar de su país, africano normalmente, grandes cantidades de dinero, pero que lo tienen que hacer a escondidas por eso han ingeniado este sistema ya que además así los billetes son indetectables. Después de hacer el "lavado mágico" delante del primo, le ofrecen ganar ingentes sumas si se hace receptor de esos papeles negros y los transforma en dólares a través de la acción del reactivo que ellos le suministrarán y que, como ha visto en persona, funciona a las mil maravillas. Le dejan, incluso, hacer una primera prueba en algunos casos, pero para garantizar que el lelo no se pirará con los billetes le hacen pagar una cantidad de dinero como aval o garantía previamente a la recepción de la remesa de papelitos negros. Ese dinero suele ser una respetable cantidad, que se ha de pagar por cada envío y, a cambio, podrá quedarse con los dólares que blanquee. Como todavía hay imbéciles que creen que dan duros a cuatro pesetas, el pardillo acepta y en la primera remesa, que suele ser por un importe pequeño todo va bien, pero en la segunda los papeles, tras aplicar el compuesto químico, siguen siendo más negros que los cojones de Kunta Kinte. El pringado no suele denunciar porque podría verse envuelto en temas de blanqueo y porque quedaría como es, como un idiota. Y de éstos yo he conocido algunos que luego te cuentan que a un amigo, o a un amigo de un amigo le pasó eso.
En España inventamos "la estampita" y "el tocomocho" que son lo mismo que el timo descrito pero más de andar por casa. Aún podemos recordar a Toni Leblanc o a José Luis Ozores haciendo de tonto y gancho para ganar la voluntad del primo, apareciendo por allí posteriormente Concha Velasco, Manolo Gómez Bur y compañía para rematar la faena. Total que no nos tienen que enseñar nada.

En España también inventamos el submarino (hay divergencias entre su fue Monturiol o Isaac Peral, aunque los catalanes tienen muy claro que fue Monturiol, que para eso era catalán) por eso tampoco nadie puede darnos clase de economía sumergida, ahí si que somos de "champions".
El otro día comenté lo del IVA, que ahora hay que hacer las declaraciones telemáticamente y que eso podría conllevar un incremento de las cantidades en negro que se van a manejar, sobre todo en alquileres inmobiliarios. Independientemente de que sea cierto o no, estamos batiendo récords: de momento la única economía que crece de verdad en España (aunque Botín diga lo contrario) es la sumergida.
Un estudio reciente elaborado por la asociación de técnicos de hacienda (Gestha) estima que la negritud supone casi el 25 % del PIB en España (unos 250.000 millones de euros más o menos) lo cual es una barbaridad.  El estudio dice que la la cultura permisiva con el fraude en nuestro país no mejora la conciencia social de los ciudadanos, si a ello unimos el descrédito de la clase política y empresarial y la voracidad fiscal de la administración, tenemos el conjunto ideal de circunstancias para que el oscurecimiento se produzca. Hay otra razón, que también apuntan, y es el crecimiento del paro porque hay muchos trabajadores que cobran el paro y hacen chapuzas (o algo más que chapuzas) por su cuenta y esto es así (y lo digo yo) porque si no fuera verdad la revolución social se habría instalado en un país, el nuestro, con unos 6 millones de parados y un par de millones más que ya ni buscan trabajo, los llamados "desanimados". Se puede comer (poco y mal) una temporada del paro, pero cuando se convierte en perenne hay que buscarse las habichuelas como sea y ese como sea es trabajando en negro (y como un negro).
Se quejan los técnicos de hacienda de la imposibilidad de combatir éste tema por la falta de medios y de voluntad política, pero aunque hubiera voluntad política, mientras los que tienen que dar ejemplo no lo den (el PP con Bárcenas a nivel nacional, UGT en Andalucía, Más y CiU en Cataluña, los Botin a todos los niveles, ...) el común de los mortales no dejará de hacerlo porque, a ver si además de pobre va a ser tonto...
Los datos numéricos son acojonantes:
La economía sumergida crece un 31 % entre 2008 y 2012 (unos 60.000 millones de euros).
Los consejeros de las compañías cotizadas en bolsa cobraron una media de casi 300.000 euros anuales, mientras los sueldos de los miembros de alta dirección de esas empresas cobraron casi 500.000 euros al año.
Si tenemos en cuenta que disponen de mil y un medios para sustraer ese dinero a hacienda legalmente(por ejemplo las SICAV que sólo cotizan a hacienda el 1%) o ilegalmente,  no es de extrañar que el ciudadano de a pie se compre o alquile un submarino y se sumerja.
Además curiosamente, las comunidades donde hay un mayor porcentaje de sumersión económica es en las que el paro es más alto: Extremadura, con un 31 % de negrura y un paro de 28,3%; Andalucía con 29,2 % y 26,2% respectivamente; Castilla la Mancha con 29,1 y 25,4%, Canarias con 28% y 24,5%. Lo dicho, pobres pero no tontos.
Curiosamente también, esas cuatro comunidades son de las que más porcentaje de funcionarios públicos tienen en relación a su población. Se hallan entre las siete primeras en el siguiente orden: Extremadura  en el número 1, con 90 funcionarios por 1000 habitantes; Castilla la mancha en el número 4 con 70; Canarias la sexta con 62 y Andalucía la séptima, con 61 funcionarios por 1000 habitantes.
Esto quiere decir algo, ¿o no? Y si quiere decir algo, habrá que hacer algo. Porque si no, no va a haber líquido mágico para blanquear el chorro de billetes negros que invaden e invadirán la economía española.

Y en el próximo hablaré de Pedro J.

Saludos

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