jueves, 20 de febrero de 2014

A VER SI VA A SER ENVIDIA...

El "New York Times" (NYT), uno de los más leídos e influyentes periódicos de USA, y, por ende, del mundo, publica un artículo en el que critica los horarios españoles, por ejemplo, el que el prime time televisivo acabe de madrugada, que se cene a las diez y que se haga la siesta. Denuncia que España se empeñe en vivir con su propio reloj y sus ritmos de vida en plena crisis económica afirmando, "sensu contrario", que la introducción de un horario más eficiente solo podría tener consecuencias positivas para nuestro progreso y por ello aboga por la adaptación de la zona horaria que nos corresponde, es decir, la de Reino Unido, Portugal y Canarias, abandonando la de Alemania e Italia que impuso el dictador Franco para satisfacer y congeniar mejor con sus homólogos Hitler y Mussolini.
No es el primer diario americano que toca este tema. El "Telegraph" ya abominaba de la siesta en un artículo que publicó el pasado mes de septiembre y, sin embargo, resulta que los japoneses,  que parecen ser los que más trabajan de la tierra (aunque la fama la lleven los chinos) hace años que comenzaron a practicar el ritual de la siesta (eso sí, sin pijama y orinal) y hablan de sus efectos beneficiosos sobre la productividad de sus trabajadores y de sus mandos empresariales.
Yo, que queréis que os diga, creo que es envidia. Da igual el horario que nos pongan porque las 10 siempre será buena hora para cenar incluso, a veces, un poco pronto porque si tienes que salir luego a tomar unas copas no vas a salir a las 9 ya cenado y estar borracho a las 11. Es mejor dilatarlo en el tiempo y así, a eso de las tres o las cuatro de la madrugada, ya con tu puntillo te puedes empezar a plantear lo de irte a casa a dormir. Aquí siempre ha sido así y siempre lo seguirá siendo, con horario de invierno, de verano, europeo o de Turkmenistán.
No entienden que aquí la comida es comida y no esas mariconadas de una ensalada o un perrito en un parque donde hace un frío (o un calor) de cojones. Y que después de la comida una cabezadita viene de maravilla. Nuestras cenas son (o deberían ser) más frugales que las suyas, por eso ellos cenan a las 6 de la tarde porque tardan tres horas en hacer la digestión. Además, allí la vida nocturna es muy escasa así que para qué van a hacer tiempo para salir después de cenar si no tienen a dónde ir. Ellos, al igual que los nórdicos y el resto de europeos no mediterráneos, beben en casa, y mucho, además. Los días laborables a las 10 en la cama y a madrugar al día siguiente. Yo no los critico, su modo de vida y horarios no me parecen ni bien ni mal,  pero creo que en su caso la crítica que nos hacen es pura envidia.
El clima es, muchas veces, determinante del horario en que se desenvuelve una sociedad y en la ribera mediterránea la siesta, sobre todo en verano, es necesaria. ¿Donde pueden ir los habitantes de Écija, de Los Monegros o de La Mancha a las tres de la tarde de un 15 de julio? A ningún sitio. Ni ir, ni trabajar, ni pensar, sólo queda la siesta. Que de esta virtud veraniega la gente haga necesidad para todo el año, incluídos los frescos días invernales, es ya otra historia, pero tampoco me parece mal.

El problema no está en la siesta, ni en cenar a las diez ni en los horarios televisivos. El problema está en que los horarios laborales son infumables: jornadas maratonianas y partidas, horarios eternos y aburridos, permanencia en el lugar del trabajo más allá del horario establecido por quedar bien con los jefes sin otro quehacer que matar moscas con el rabo, lectura de periódicos, internet, cafelitos, corrillos, ... esas cosas son las que hacen que la productividad se resienta y no la siesta. De hecho, un breve descanso de 20-30 minutos después de comer bien es mucho más recomendable que jalarse una "quarter pound burguer" con un litro de cocacola sentado en un banco de Central Park rodeado de palomas.
Y nos tienen envidia en esto y en otras muchas cosas.

Por ejemplo, somos envidiados porque sin esperar ni un solo minuto hemos dado cumplimiento a la sentencia del Tribunal de Estrasburgo que anulaba la "doctrina Parot" y hemos excarcelado a un montón de hijoputas asesinos y violadores por la cara. Sin embargo,  los británicos, que sufrieron un revés en Estrasburgo cuando este tribunal dictaminó que las penas de cadena perpetua si no son revisables violan los derechos humanos, han resuelto a través de su Tribunal de Apelación que es legal la aplicación de esa condena sin ningún condicionamiento en casos muy graves, con lo cual se pasan por el forro lo que dice Estrasburgo. Y claro, nos tienen envidia porque nosotros somos mucho más demócratas y cumplidores que ellos.

Y nos siguen teniendo envidia porque en España los fiscales están para cumplir con la legalidad que, en algunos casos (aunque no esta comprobado), puede consistir en que el fiscal Horrach redacte cinco folios impartiendo consignas y estrategias a los abogados de la infanta Cristina y a la casa real para salvar a la Cristi de sentarse en el banquillo. Cualquier fiscal federal norteamericano estaría deseoso de poder hacer eso o de, cuando menos, planteárselo. Es pura envidia lo que nos tienen.

Igual que nos tienen envidia de lo bien que vamos a acabar solucionando el tema de la inmigración en las dos ciudades coloniales que posee España en Africa. Ya que no quieren solucionarlo abandonando dichas ciudades (¿qué coño pintamos allí?) ni quieren solucionarlo a lo estadounidense, caiga quien caiga, el presidente de Melilla ha dado otra idea: dice que si se limitaba el uso de material antidisturbios en esas fronteras se producirá un efecto llamada. Dice que "si la Guardia civil no puede actuar con los elementos antidisturbios para defender la frontera española y, sin embargo, sí puede actuar dentro del territorio español contra cualquier manifestación, contra cualquier español, entonces ponemos azafatas en la frontera con comités de recibimiento, porque no pueden hacer nada". Bastante claro.

BIENVENIDOS A CEUTA Y MELILLA MORENOS 

Como además, el soplagaitas de Freddy rubalcaba no colabora cuando dice: "Hay una actuación imposible de defender y es una mentira de un director general de la guardia civil", olvidándose de que el director más chorizo, al menos demostrado, fue uno de los suyos: Luis Roldán, por cuya mentira y latrocinio solo dimitió Antonio Asunción, a la sazón Ministro del interior. Si se olvida también de que él fue ministro de ese ramo y casi tan nefasto como el actual, que mintió hacia arriba y hacia abajo, que engañó a todos sus subordinados hablando de una equiparación salarial  con las policías autonómicas que nunca llevó a cabo, que siempre ha sido un intrigante, un rasputín de la política, que de cada tres palabras que dice cuatro son mentira, pues qué podemos esperar sino que los demócratas de otros países nos tengan envidia. Y mucha. 

Si resulta que, como cuenta Joaquín Leguina en su libro "Historia de un despropósito", la socialista Trinidad Jiménez SUSPENDIÓ CINCO VECES las oposiciones al cuerpo diplomático y aún así llegó  ministra de asuntos exteriores, (para descojone y menosprecio de todos los diplomáticos, no sólo de España), pues ¿cómo no nos van a tener envidia?.

Por cierto, este libro de Leguina (socialista, presidente de la Comunidad de Madrid entre 1983 y 1995) está dedicado a Zapatético pero no en plan elogio, sino todo lo contrario. Dice que no sabe si ZP fue el peor presidente de gobierno español de la historia, que fue muy malo, malísimo, pero por lo menos no nos llevó a una guerra civil aunque al PSOE lo llevó a la ruina ideológica y política. Dice que Carmen Chacon es un ZP con faldas (y a lo loco, añado yo). Dice que un político del PP le comentó que Aznar se habia vuelto majara tras al ser elegido para un segundo mandato pero que Zapatero ya venía majara desde el primer momento, algo con lo que está de acuerdo. Dice muchas otras cosas que vienen a demostrar, una vez más, por qué los españoles somos objeto de envidia por parte de todas las democracias occidentales excepto, quizá Italia, que esta muy a nuestra altura en cuanto a envidiada.

Y envidia debe suscitar una noticia de interés profesional para mí. Uno de los cinco policías más inútiles que he conocido en mi vida profesional ha conseguido llegar a los más alto de la cúspide. Ahora es Comisario principal, la escala y categoría más alta en la policía española. Esto demuestra que hay casos en que el principio de incompetencia de Peter se ve incumplido por las circunstancias ( el principio de incompetencia de Peter establece que los trabajadores de una organización con forma jerárquica que realizan bien su trabajo son promocionados, pero llegará un punto en el que serán ascendidos a un puesto en el cual serán incompetentes). Este personaje lleva demostrando su incompetencia desde su primer cargo y, sin embargo, por circunstancias de la vida ha seguido promocionando, concretamente ha subido tres escalones más, sin que nadie haya hecho nada por evitarlo. Ahora lo destinan a Galicia y no quiero dar más pistas. Hay otro sujeto, de la misma profesión y que está también en esa lista de cinco, que se halla en las misma situación aunque a éste sólo le han ascendido dos veces. Tampoco daré muchas pistas porque lo tiene muy bien con la Iglesia y ahí no quiero meterme. Cualquiera de estos dos casos sería digno para hacer una tesis psicológica de muchísima enjundia porque constituyen dos ejemplos de incumplimiento de ese principio universal, necesario para la evolución de las empresas y organizaciones. Cualquier psicólogo americano estaría orgulloso de que estos dos tipos fueran compatriotas suyos. El hecho de no serlo no deja de constituir un motivo más de envidia para estos yanquis descerebrados.

Como envidia les debe dar el no poder contar entre los redactores del NYT o del Telegraph de un periodista de la talla de Javier Jiménez, de Última Hora, quien, anunciando la marcha de ese policía a Galicia, explica que su marcha "constituye (para él) todo un reto. Se trata de una provincia de gran tamaño ...." ¡Y tanto que es grande, chupatintas de pacotilla! ¡.Como que son CUATRO PROVINCIAS! Total, que con estas perlas no me extraña que nos pongan a parir, a lo mejor con razón, pero yo sigo con lo de la siesta y me sigo planteando: ¿a ver si va a ser envidia?

SALUDOS

Por cierto la "ciclopollas" en gallego se dice "tempestade", palabra muy sonora que rima con "saudade", la típica melancolía o morriña galega.




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