Hoy, día de reyes, retomo la escritura para volver a contaros lo que ha habido de nuevo en estas navidades e inicio de año. ¡Y resulta que no hay nada nuevo!.
Siguen matándose en Siria, en Irak, en Líbano, en Sudán, ...Los ricos siguen siendo ricos, cada vez más, y los pobres más pobres. Los que estamos en medio, mal que bien, vamos tirando pero hoy he pagado el café 10 céntimos más caro que hace siete días. Los políticos (la mayoría) siguen siendo unos descerebrados idiotícos y en vascongadas sigue habiendo un montón de asesinos, ahora excarcelados, que incluso se reúnen para recordar viejos tiempos. Los catalanes piden a los reyes su independencia a través de escritos a los distintos líderes europeos y mundiales, sin darse cuenta que los reyes no existen y que a esos líderes se la suda mucho el tema catalán. Maduro sigue con sus imbecilidades venezolanas, aunque durante estos días no la ha cagado, quizá porque no haya en el país ni papel higiénico. Sacyr, junto a otras empresas, sí la caga en el canal de Panamá (igual es que allí no se estilan los sobres, untes y otros regalitos, aunque siendo hispanos ya me extrañaría). La luz sube. La gasolina en algunos sitios (Huesca) puede llegar a ser 10 céntimos por litro más barata que en Mallorca (eso supone entre 6 y 7 euros por deposito lleno, o lo que es lo mismo, 1000 pesetas, dinero con el que hace no mucho llenabas medio depósito). Las faenas de prospección en el mediterráneo en busca de hidrocarburos no se detiene pero, eso sí, avisarán a todos los peces que se suelen mover por los alrededores para que se pongan tapones si no quieren resultar perjudicados (del turismo y las playas no dicen nada). El discurso del rey es, como siempre, una gilipollez. A su hija mañana sabremos si la imputan. Dicen que Ortega Cano quiere cambiarse de sexo para no ingresar (de momento) en prisión. Jaime Matas igual sigue ese mismo camino. De la vida judicial de la Pantoja no se nada, aunque va a ser abuela. Del Nido, otro chorizo del mundo del fútbol (como Messi y familia) también quiere ser indultado. Rajoy preocupado porque "llueve mucho". Freddy Kruger que no levanta cabeza (será porque la tiene gorda). El circo catalán con funciones extras por Navidad. Carlos Fabra seguramente cobrando otro premio de lotería de navidad. Todos los modernos dando caña por la modificación de la ley del aborto, cuando lo moderno no es abortar sino poner medios para no quedarse preñadas, entre ellos el famoso "NOFO" (no follar). Los preferentistas jodidos y los accionistas minoritarios de Bankia también. El gobierno que critica lo que no hace nada por impedir. Montoro tocando los huevos sin que nadie le haga saber lo ridículo y estrambótico que parece (o es).
En fin, que seguimos en la misma senda que el año pasado y sin visos de modificar para nada la travesía, más bien al revés. Veamos dos ejemplos:
La Casa real insta a que se cierre de una vez la instrucción del caso Noos porque es "un poco un martirio" para la corona. Martirio es tener que aguantar a la corona y a la Corinna, a Leti, a Urdanga, a Cristi y las fiestas de nochevieja de estos dos en hoteles de París de 500 euros la noche (más desplazamiento y dietas de los escoltas y todo eso). Eso es lo que tiene que preocupar a la monarquía y dejar que el juez Castro acabe cuando tenga que acabar, sin presiones y sin que cada una de sus decisiones sea recurrida por la defensa y la fiscalía. Que impute ya a Cristi y demuestre así que "la ley es igual para todos" como dijo su padre en el discurso navideño de hace dos años (aunque sin creérselo del todo). Que, en base a la ejemplaridad que ha preconizado este año en su discurso, deje de poner trabas a la imputación de su hija y que esas exigencias de ejemplaridad y transparencia que hoy reclama la sociedad y que dice asumir sean efectivas y no puro humo como cada uno de sus discursos desde hace casi 40 años. Que haga transparente no sólo los temas de finanzas de la casa real sino, por ejemplo, el tema de su participación en el golpe del 23-F.
Aunque dada la evolución de la monarquía en la opinión pública ("crecimiento negativo", como dirían muchos políticos y economistas afectados de cretinismo) la mayor ejemplaridad y transparencia que nos puede dar es marcharse, pero no para que se quede su hijo sino como hizo su abuelo Alfonso XIII. Muchos españoles le estaríamos muy agradecidos.
Ahí va un artículo de opinión que me ha parecido interesante porque describe a la perfección lo que significa el discurso navideño del rey:
Una prevaricación saludable
Juan José Millás 03.01.2014 | 01:59
El discurso de Nochebuena del Rey pierde audiencia. Viene perdiéndola desde hace años en una caída lenta, pero sostenida. Y no es porque le contraprogramen ni porque lo emitan a horas intempestivas. Lo intempestivo es el discurso. La ventaja del Rey es que no lo sacarán de la parrilla, como se hace con los programas que no funcionan. Dura poco, es barato y da que hablar a los políticos un par de días, incluso aunque no haya dicho más que cuatro obviedades. Nosotros estamos a favor, como el Rey, de "actualizar los acuerdos de convivencia", signifique lo que signifique. En realidad, estamos de acuerdo en actualizar cualquier cosa que se nos ponga a tiro, especialmente en unos momentos en los que nos desactualizamos a cien por hora en todos los terrenos.
El Rey tiene la obligación de no decir nada cuando habla y nosotros tenemos la libertad de cambiar de canal. Los aparatos de medición dicen que cada año es más la gente que cambia de canal. Vamos a suponer que llega un día en el que no lo ve nadie. 00% de audiencia, así con dos dígitos, para que parezca más escandaloso. A partir de ese instante, habría que comenzar a medir la audiencia negativa, es decir, la de la gente que no lo ve a sabiendas de que no lo ve.
–Ayer no vi el discurso del Rey.
–Yo tampoco.
Estamos hablando de una "no visión" consciente, al modo de la abstención activa. Por ese camino, llegaría un momento en el que alcanzaría una notable audiencia negativa. Los sociólogos no miden todavía las audiencias negativas, ignoramos si por falta de herramientas o porque no se les ha ocurrido. Cuando Urdaci dirigía los informativos de La 1, había millones de españoles que no lo veían a conciencia de no verlo. Una especie de prevaricación sana, en defensa propia.
A veces, las audiencias negativas y las positivas coinciden, lo que complica aún más la telaraña demoscópica. Habría que cruzar el número de los que este año vieron al Rey a conciencia de que lo veían y el de los que no lo vieron a conciencia de que no lo veían. Difícil. Una cosa es cierta: el Rey no nos vio a ninguno de los que le veíamos. Tampoco vio a los que no lo veían. El Rey no ve.
El Rey tiene la obligación de no decir nada cuando habla y nosotros tenemos la libertad de cambiar de canal. Los aparatos de medición dicen que cada año es más la gente que cambia de canal. Vamos a suponer que llega un día en el que no lo ve nadie. 00% de audiencia, así con dos dígitos, para que parezca más escandaloso. A partir de ese instante, habría que comenzar a medir la audiencia negativa, es decir, la de la gente que no lo ve a sabiendas de que no lo ve.
–Ayer no vi el discurso del Rey.
–Yo tampoco.
Estamos hablando de una "no visión" consciente, al modo de la abstención activa. Por ese camino, llegaría un momento en el que alcanzaría una notable audiencia negativa. Los sociólogos no miden todavía las audiencias negativas, ignoramos si por falta de herramientas o porque no se les ha ocurrido. Cuando Urdaci dirigía los informativos de La 1, había millones de españoles que no lo veían a conciencia de no verlo. Una especie de prevaricación sana, en defensa propia.
A veces, las audiencias negativas y las positivas coinciden, lo que complica aún más la telaraña demoscópica. Habría que cruzar el número de los que este año vieron al Rey a conciencia de que lo veían y el de los que no lo vieron a conciencia de que no lo veían. Difícil. Una cosa es cierta: el Rey no nos vio a ninguno de los que le veíamos. Tampoco vio a los que no lo veían. El Rey no ve.
Entrando en otro tema, el gobierno, a través del nefasto ministro del interior Fernández Díaz, se queja del acto celebrado por unos sesenta etarras excarcelados en aplicación de la "no doctrina Parot", calificándolo de aquelarre y repugnante, pero sin embargo ese mismo gobierno no ha movido ni un dedo para evitarlo. Las víctimas están que trinan y otras muchas personas decentes también lo estamos. Para colmo se reúnen en el MATADERO de Durango, porque para algo han de celebrar que entre todos suman más de trescientos (300) muertos. Asesinatos que convierten al país para el que dicen buscar la libertad e independencia en la zona geográfica con la mayor tasa por habitante y por metro cuadrado de asesinos de España, de Europa y, quizá, del mundo.
ONGI ETORRI, dicen, BIENVENIDO, aquí encontrarás la paz. Por lo pronto, casi novecientas (900) personas han encontrado la paz eterna a manos de estos hijos de puta que se reúnen para decir sibilinamente (cuando no a voces) :"Jodéos, estamos en la calle y los vuestros están muertos y enterrados".
Menos mal que a alguien, al final de la presunta rueda de prensa (que se llama así porque al final de la exposición que hace quien la convoca, se realiza una rueda de preguntas por parte de los periodistas asistentes para esclarecer o ampliar algún punto confuso sobre el tema tratado - a ver si se entera Rajoy de ésto y deja la pantalla de plasma para ver el mundial de fútbol-), pues eso, que al final uno (creo que de "Intereconomía") les pregunta si van a pedir perdón por los 300 muertos que tienen sobre la mesa y nadie contesta.
Ello indica, o puede indicar, varias cosas: que de tanto matar uno se queda sordo (o gilipollas); que debido a su coeficiente intelectual no entienden la pregunta (hipótesis muy plausible dada la cara de poco avezados intelectuamente que tienen casi todos); que la han oído y la entienden pero se la pela pedir perdón; que la han oído y la entienden pero sus amiguetes abertzales no les dejan pedir perdón, no les pase como a Yoyes (¿verdad Kubati, cabrón?); que ya se han confesado con uno de los curas u obispos vascos que bajo mano apoyan a ETA y sitúan en el mismo plano a asesinos y víctimas y han sido absueltos; que les entró a todos las risa al oír la pregunta y por eso no pudieron contestar; que justo cuando empezaron a contestar confesando su culpabilidad y pidiendo perdón se cortó la emisión ....
Las causas pueden ser muchas y variadas pero quizá no sean sino un mezcla de un poco de todo, aderezado con que, ya que habían ido ellos solos y de buen rollito hasta el matadero, nadie haya tenido la brillante idea de matarlos.
En este enlace podéis ver el final de la "rueda de prensa"
http://www.elmundo.es/pais-vasco/2014/01/04/52c840dcca47417c7c8b4570.html
Saludos y a los asesinos ni agua.
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