sábado, 10 de mayo de 2014

SIN NOTICIAS DE KIT

Pasados ya tres meses desde que la Infantita (recordemos que, en la intimidad de la familia real, la llaman Kit) tuvo que desplazarse a declarar como imputada a Palma en relación a las, presuntas aún, chorizadas de su marido (y veremos si suyas también), seguimos sin saber por dónde nos va a salir el juez Castro. Tres meses dan mucho de sí y ya iría siendo hora de que se decantase por seguir o no con la imputación, porque muchos ciudadanos, mi madre y yo mismamente, estamos en ascuas. El resto de actores en la instrucción judicial ya sabemos por dónde caminan: todos, la Fiscalía anticorrupción y la Abogacía del estado los primeros, seguidos de la Agencia tributaria, defendiÉndola más que sus propios abogados y manos Limpias y el foro ese de Anguita intentando a toda costa que la procesen de una vez.
Aparte de  esta indefinición en el futuro judicial de Kit, me preocupa también saber quién pagó el desplazamiento de ella y su séquito (ayudantes, asesores, escoltas,...) a aquella declaración de febrero que, pese a todas las trabas que puso el juez, acabo siendo grabada por alguien y no me extrañaría que ese alguien fuese del propio juzgado. Sólo hay que ver lo poco que tardan los sumarios secretos en ver la luz.
En cualquier caso, parece que las cosas se aclaran: Urdanga (alias, Kat) ya va reconociendo que defraudó a Hacienda y está dispuesto a pagar, pero quiere que la sanción le venga por vía administrativa, es decir, reconoce el fraude pero por unos importes menores a 120.000 euros por ejercicio fiscal, que es el límite en el que la defraudación pasa a ser considerada delito. O sea, se declara abiertamente culpable, pero sólo un poco, con lo que su calificativo podría pasar de "chorizo" a "pseudo chorizo" o "chorizo amateur". Es que ni para eso tiene talento este chico, porque puede dar la talla para jugar a balonmano o para camelarse a Kit, pero como malo no lo contratarían ni para una película de Chiquito de la Calzada (con todos mis respetos para este señor). O se está a todo o no se está. Además, queda pendiente el presunto blanqueo de unos dineros que teóricamente iban a una fundación sin ánimo de lucro (Noos) y acabaron en Aizoon, empresa familiar, cuando no en clases de baile o viajes a Disneyland París con los niños, que, total, sólo son cuatro.
De la vida de Kit, aparte de que Castro no dice nada, tampoco dicen nada las revistas. No sabemos si saca dinero del cajero ella solita con su propia tarjeta o si lleva a los niños al College suizo o si hace la compra en El Corte Ginebrino, sucursal suiza de El Corte Inglés. Esta desaparecida, seguramente por recomendación paterna y, más aún, de su hermano Felipe quien, hasta que se casó con Letizia, parecía un tío normal, tan normal que no parecía Borbón.
Sin noticias de Kit y yo comiéndome las uñas. menos mal que sí tenemos noticias de su excuñado Marichalar. El tío tiene un pisarro en la calle madrileña dedicada a mi admirado filósofo, Ortega y Gasset. Es un triplex de 500 metros cuadrados que adquirió cuando aún estaba casado con la borbona (esta sí que lo es) Elena y por el que, dicen, pagó tres millones de euros. Un pastón. Claro que en esa época trabajaba como "Managing Director Senior Advisor" (textualmente) de la entidad Credit Suisse First Boston. Ese puesto que, visto el alcance intelectual de Jaime podría tranquilamente consistir en "chico de los recados", se traduce en realidad como Asesor del director de operaciones, lo cual me plantea la cuestión de que si Marichalar asesoraba a alguien, cómo de incapaz mental debía ser ese alguien. Luego trabajó en dos fundaciones de entidades de seguros (Winterthur y Axa) y ahora creo que lo hace para Louis Vuitton, aunque a distancia porque la sede está en París (lo que se llama teletrabajo, vamos, aunque el sueldo, que se presume jugoso por hacer Dios sabe qué, lo recibe en casa).
Como vemos por su curriculum, y dado que empezó a trabajar en serio en 1998, es decir, tres años después de casarse con la borbona, debe haber tenido unos sueldos escalofriantes para poder pagar la hipoteca de ese "apartamento-estudio" en el barrio de Salamanca. Por cierto que ahora se lo quieren comprar y él no vende porque no necesita el dinero. ¡Joder qué suerte tienen algunos! Aunque muchos, por un piso como ese, igual se habrían casado también con Elenita e incluso con Teresa Fernández de la Vega.
Vemos, pues, que dinero hay en la Casa real y cuando hay poco parece ser que el rey va a buscarlo a los "paises hermanos" del golfo pérsico. Sí, ahí donde no hay más que sultanes, emires y esas cosas y donde las mujeres siguen siendo consideradas como una puta mierda en todos los terrenos. Claro que, al fin y al cabo, es así como él ha considerado a su esposa Sofía durante muchos años. Pues eso, Juancar vete al "golfo" que de eso sabes mucho.
De quien también tenemos noticias es de la Pantoja. Su caso podría ser exactamente igual al de la infantita y, de hecho, su abogado defensor está utilizando una similar estrategia.
Resulta que el fiscal del Supremo cree que a Pantoja la favorecieron en la Audiencia de Málaga, donde fue tratada de manera "complaciente" por "razones que a pocos se le escapan y muchos adivinan". Por eso, pide que su condena de dos años de cárcel se conviertan en tres años y tres meses, entendiendo que su delito no fue episódico, sino continuado. Esta solicitud del Fiscal conllevaría el ingreso en prisión de la madre del famoso D.J. Paquirrín, o como se llame ahora, así como aumentar la multa que se le impuso por fraude fuscal y blanqueo de dinero. Su abogado, claro, está por la labor contraria, llegando a manifestar que la cantante ni siquiera pudo sospechar el origen ilícito de los fondos que traía a casa su pareja (Jesús Muñoz, "Cachuli") porque, atención,  ¡¡¡ estaba enamorada!!! y afirma, textualmente, que "de todos es sabido que un determinado estado anímico dificulta ver la verdad. Lo sabemos porque nos lo han dicho los filósofos, como Ortega y Gasset, y tambien los científicos contemporáneos expertos en hormonas y endocrinología (...) La persona que padece esa enfermedad tiene absolutamente alteradas las glándulas y está lejos de cualquier capacidad crítica".
¡¡¡ CÁGATE LORITO!!!. Hasta leer tamaña imbecilidad yo tenía a su defensor, el catedrático de penal Luis Rodriguez Ramos, por un tío medianamente sensato pero mi idea se ha difuminado al oirle decir que una alteración hormonal es eximente de un delito consistente en recibir bolsas de basura llenas de billetacos y blanquearlos a través de de adquisiciones de terrenos y otras artimañas.
Enamórate y roba que, según parece, te puedes librar de la cárcel. ¿Sería capaz de decir este abogado picapleitos que una alteración hormonal en los hijosdeputa que matan a sus parejas le exime de cualquier capacidad crítica y por ello no son conscientes de los ignominiosos asesinatos que cometen?. Al fin y al cabo, igual se trataría solo de testosterona en demasía. ¡Es de lo poco que me quedaba por oir en este país de cuchufleta!
Y encima el capullo de abogado mete en el ajo a mi querido Ortega. Será porque ha oído hablar de "la circunstancia orteguiana" y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, ha dicho ahora meto esto aquí y quedo como Dios. Haría bien en leer alguna vez a Ortega, y entenderlo, porque no quiero pensar qué diría el filósofo si levantara la cabeza y viera que su filosofía ha quedado en ésto.
Por cierto, que tampoco explica qué glándulas hormonales tiene alteradas porque yo solo veo que antes, cuando se "juntaba" con Encarna Sánchez y María del Monte, tenía bigote y barba  y ahora parece que no la tiene. ¿A ver si va a ser que su cuerpo reacciona malamente ante la espuma de afeitar y por eso pierde el norte?
No quiero depedirme hoy sin deciros que el título del "blog" de hoy es un homenaje a Eduardo Mendoza gran novelista de lo absurdo ("La aventura del tocador de señoras", "El laberinto de las aceitunas",...) y tambien de lo no absurdo (""La verdad sobre el caso savolta", "Riña de gatos", premio Planeta 2010, ...). La más absurda, según él, de sus novelas es "Sin noticias de Gurb", un librito corto y que se lee muy bien que trata de las aventuras de un extraterrestre en la Barcelona preolímpica y que, como todas su obras, recomiendo a mis lectores.
Es Mendoza, además, un catalán que escribe en castellano (y bien) por lo que, en esta época, no se le puede pedir más.

SALUDOS

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