jueves, 29 de mayo de 2014

GUARROS CONFIRMADOS Y DELINCUENTES PRESUNTOS

Vivo en un en un piso amplio y práctico en un edificio moderno y bien situado. Invertimos una pasta en el piso pensando que los vecinos estarían acorde con la calidad del mismo y, mayoritariamente es así, pero hay una excepción.
Mi edificio tiene dos entradas desde la calle y en la misma planta que yo, colindante pero con portal de entrada diferente, viven unos guarros. No son okupas, ni perroflautas (aunque perro sí que tienen), ni alternativos, ni votan a Podemos. Son propietarios del piso, de más de 200 metros cuadrados, que hace unos 15 años pusieron en venta por más de 80 millones de pesetas. No lo vendieron y aquí siguen viviendo el matrimonio y el perro, al menos. A veces se ve a algún hijo pero no creo que éstos vivan de continuo.
Hay que verlos. Ella, que debe estar por la cincuentena, rubia y con tipito, sale siempre de casa impecable, estilosa, con ropa cara y que le sienta como un guante, con unos tacones (a veces estratosféricos) que aún resaltan mas su tipo y sus piernas. Incluso cuando sale por la noche (en pijama o en bata, como una maruja cualquiera) a que el perro haga sus necesidades lo hace con prendas de marca. Él es mas normal, es decir viste como el cincuentón que es: pantalón de vestir y camisa, ambos de marca, luce un bigote pasado de moda y es muy hosco, porque al contrario que su señora, nunca saluda.
Cuando pasean juntos, incluso cuando ambos pasean a su perro, un bulldog, parecen lo que deberían ser, una pareja de pitiminí, de buena familia, con clase y bien educados. Pero lo que parecen ser no es lo que son. Porque a modo de ejemplo, ella sale toda emperifollada a media mañana, con o sin perro, a tirar la basura cuando hasta las siete de la tarde está prohibido hacerlo. Ella baja con su perro a que haga sus necesidades y las hace a diez centímetros del portal y, si bien recoge la caca, la orina queda. Y orina mucho ese puto perro.
Él, que es médico, fuma dentro del portal de su casa (que por suerte no es el mío) e incluso en el ascensor, y las colillas van a parar a la calle, junto a las meadas de su perro. No sólo es médico sino que ha ostentado un cargo importante en el gobierno autonómico del PP en el área de sanidad.

Mi hijo se queja de que en su barrio madrileño, Vallekas, hay mucho guarro e incivilizado y tiene razón. La inmigración de todos los colores ha ido desplazando del barrio a los habitantes mayoritarios hace 10-15 años, es decir, a currelas nacionales y a personas mayores con una relativa educación y criterio de convivencia, que son los que quedaron después de que otra gentuza desapareciera de la zona. Yo siempre he dicho que el tema de la guarrería se podría curar con más educación pero, con el ejemplo de mi vecino, se me ha ido todo al garete. Sólo puedo utilizar este ejemplo para decir a mi hijo que cuando uno es un cerdo e incivilizado por naturaleza o por crianza es muy difícil hacerle desaparecer ese instinto y que ni teniendo dinero, carrera y posición, ni aun siendo del PP, tendrá nunca remedio.

Y, entrando en otro tema, el otro día os comenté que a la cabeza visible del sindicato CC.OO. en Baleares, Katiana Vicens, la Fiscalía la había imputado por un delito contra los derechos de los trabajadores (lo más grave que puede hacer alguien que dice trabajar para defender sus derechos). Los hechos resumidos son que junto a ¡cien! sindicalistas más, formando un "piquete informativo" intentaron impedir durante una huelga general que algunos trabajadores ejercieran su derecho a trabajar. Concretamente se les acusa de coaccionar y amenzar a un conductor de autobús cuya luna delantera fue, además, fracturada mientras le "informaban". Por estos hechos le piden cuatro años y medio de cárcel y resulta que hace dos días el cabeza visible nacional de la mafia CCOO, el señorito Toxo, junto a un exministro de ZP, Valeriano Gómez, y 300 sindicalistas más se manifestaron bajo el lema "Todos somos Katiana" para ejercer presiones a su favor en la Delegación del gobierno y en la sede de la fiscalía.
Nunca habían dicho una verdad más grande en su vida. Todos son Katiana, es decir, son unos presuntos delincuentes, unos irresponsables que sólo buscan "su" provecho sin tener ninguna duda a la hora de "informar" mediante amenazas y coacciones para que "sus" objetivos, no los objetivos de los trabajadores, se vean conseguidos. Y si es así y el tema sigue adelante y es juzgada y condenada por esos hechos, después podían imputar a todos los que dicen ser ella porque igual de delincuentes serán. El argumento de los "sindicalistos" es que se ha producido una maniobra política contra ellos y que desde tiempos de Franco no se veía nada igual. Por las edades de los que se manifestaban muy pocos de ellos vivieron en tiempos de Franco. Es más, estoy convencido de que más de la mitad de ellos ni siquiera saben quién fue Franco. Pero así seguimos 40 años después de su muerte porque hay algunos que no saben vivir de otra manera.
Y presunto delincuente es el juez de la audiencia provincial de Barcelona Santiago Vidal quien, por el mero hecho de ser funcionario y más por ser componente del poder encargado de hacer cumplir las leyes, juró o prometió en su día defender la Constitución española y demás leyes y, sin embargo, se ha embarcado junto a algunos jueces y abogados catalanes en la redacción de una constitución para la futura, si no utópica, República catalana. Él dice que en sus ratos libres hace lo que quiere y lo que le apetece y que por ese motivo no tiene que dar cuentas a nadie, aunque ello vaya contra las leyes que juró cumplir y hacer cumplir. Es como si un policía, en sus ratos libres, se dedica a robar y dice que no tiene que dar cuentas a nadie.
Llamado por el Consejo general del poder judicial para que se explique no ha querido delatar a sus compañeros de traición en un gesto que le honra, pero al no negar que está embarcado en tan descabellada aventura alguien debería poner coto a sus actuaciones, por ejemplo, suspendiéndole de sus funciones como juez porque si alguien se salta la ley que voluntariamente se obligó a cumplir ¿como va a juzgar a otros que se salten la ley de otras formas? La cuestión es meridianamente clara y sencila, pero ¿quién le pone el cascabel al gato sin ser tachado de reaccionario, fascista, anticatalán, centralista de mierda, español de los cojones y cosas así?. Pues yo mismo.

SALUDOS

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