lunes, 20 de octubre de 2014

TODO POR LA PATRIA

El letrero que lucía, inscrito dentro de los colores de la bandera española, en todos los cuarteles militares y de la guardia civil (que no sé porque la llaman civil, si es la más militar de todas las instituciones) nos ha acompañado durante muchos años desde que en la época franquista se instauró como símbolo de servicio de estos cuerpos al Estado por encima de todo. Como la palabra Estado es más fría y crea menos compromiso espiritual, se eligió lo de patria porque implica un nexo afectivo.


Así define la patria el DRAE: "Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos".
Mientras que el Estado implica connotaciones políticas y el concepto de Nación es discutido y discutible, según el maravilloso, inteligente y  sagaz expresidente Rodriguez Zapatero (ahora contador de nube,s aunque creo que lo han echado por tonto), la Patria puede embargar el ánimo de sus componentes, que es lo que se buscaba.
Este letrero ha sobrevivido a la Transición y aún se observa en los pocos cuarteles militares que quedan y en las casas cuartel de los civiles. Ha desparecido, en cambio, otros símbolos tan bonitos como el Víctor o el águila, con sus yugo y flechas. Dicen que porque eran símbolos de la opresión y tiranía franquista  pero, en verdad, el águila de San Juan (que así se llama) era el emblema usado por los Reyes Católicos y en su interior se insertaba el escudo español conformado por los reinos que dieron origen a España: Castilla, Aragón, León y Navarra, y en el pico inferior, una granada, símbolo de la conquista de este reino moro que significó la total unidad de España. Hay que aclarar que para desespero de los catalanes, ellos no figuran directamente en el escudo sino integrados en Aragón. Las águilas, por otra parte, ya era usadas por los romanos en sus estandartes en sus campañas militares y el símbolo del Víctor también. Otra cosa es que Franco, sobre todo con éste último, hiciera un uso antifraternal tras vencer en la guerra civil, pero ni los inventó él ni son invención franquista.

La primera vez, que yo sepa, que se cuestionó en amplios sectores de la población el lema que titula este blog, fue en el caso de aquel famoso director de la benemérita, Luis Roldan, que se hizo de oro con ese cargo político y que huyo de España para ser, final y sospechosamente, detenido en Laos (¡en Laos nada menos!) en un paripé que nadie explicó del todo y en el que estuvo por medio Francisco Paesa, un ex-espía, estafador, vividor, pícaro en suma, que finalmente murió y fue incinerado para resucitar unos años más tarde y seguir viviendo del cuento.

Como consecuencia de estos hechos, "El Jueves", la revista satírica que, como su nombre indica sale los miércoles, ya sacó una portada modificando ese lema por el de "Todo por la pasta". Como no he encontrado en internet esa portada os pongo otra de la misma revista que, aunque no viene al caso, comparto plenamente.

Posteriormente fue utilizado también para titular una película española a inicios de los 90, con maría Barranco y Resines, pero creo que sin ninguna relación con la guardia civil, salvo que salían unos policías corruptos de esos que hay en tantas pelis. por cierto, que igual ya va siendo hora de que se vayan haciendo en España películas sobre políticos corruptos que de esos hay más donde eloegir, aunque a lo mejor nadie se atreve por si se acaban las subvenciones y les suben otra vez el IVA.

"Todo por la pasta" parece ser el lema del común de los españoles y no digamos si nos referimos a los situados más arriba en la escala social, económica y de poder. Son insaciables: sobres B, dinero B, tarjetas B, subvenciones B, EREs B, los Pujol en B, el padre de Mas también en B,... Sí, con B de Botín, Blesa, Bárcenas y Barcoj, que casualidad (aunque también podría decirse con B de Rato, de ERE, de UGT, de Pujol, etc.).
Como se nota que esto es España y que, salvo honrosas excepciones ("La isla mínima", por ejemplo) toda su producción fílmica y política puede encuadrarse en lo que los americanos llaman serie B, calificando así a las que no tienen la suficiente calidad como para aspirar a ser grandes éxitos de público, recaudación o crítica, aunque la saga Torrente sea una excepción. Excepción digna de este país, dicho sea de paso.


Porque si hay algo claro es que la pasta existe y lo vemos cada día porque es fundamental para vivir. Pero no solo eso sino que el amor por ella hace que todos estén dispuestos a trincar, convirtiéndola en el objeto de ese vínculo afectivo que observamos se da también con la patria. Se llega al extremo de convertir al euro y al dólar en los únicos dioses de la mayoría de personas. Sin embargo, algo que podría verse como normal en los más desfavorecidos se transforma en algo patógeno en los que más tienen; el círculo vicioso se cierra y ya no tiene fin.

Sí, la pasta existe, pero si tenemos en cuenta las últimas encuestas sociológicas que dicen que sólo un exiguo 16% de españoles estaría dispuesto a luchar por su país (o patria), si tenemos en cuenta que el más patriota de los patriotas, en este caso catalán, como Jordi Pujol, ha estado robando y escondiendo a sus compatriotas la pasta y el engaño y si tenemos en cuenta, para no extenderme más, que el sentimiento de patriotismo, salvo que sea aplicado a aquellas regiones que quieren independizarse (Vascongadas, Cataluña, Escocia, Quebec,...) es percibido por la mayoría de las personas (incluso por las normales) como signo de rancio fascismo opresor contra ciertas regiones subyugadas e incomprendidas que conforman el propio estado o nación, puede que llegue el momento de que nos tengamos que preguntar, sobre todo cuando las selecciones de baloncesto y fútbol hacen el ridículo en sus respectivos mundiales, si realmente los españoles tenemos patria. Es decir, "yo soy español, español, español", siempre o sólo cuando ganamos.

Y esto es lo que hace Pedro J. Ramírez en su editorial del domingo. Con el título de "¿Tenemos patria los españoles?" y tras una introducción bastante árida, entra en lo mollar diciendo:

¿Tenemos patria los españoles cuando asistimos impotentes a la multiplicación de las modalidades de saqueo en la cima -estas tarjetas opacas no son sino una variante de los sobresueldos de Génova, las prejubilaciones mentirosas, los regalos de la Gürtel o tantos otros convolutos-, mientras abajo apenas se reduce el paro, siguen cayendo los sueldos y nos crujen bajo la mayor presión fiscal de la historia?
¿Tenemos patria los españoles cuando vemos consternados cómo la falta de rigor político, la frivolidad y la incompetencia en la gestión nos han colocado al borde de una catástrofe sanitaria sin precedentes y la ministra que nunca vio que había un Jaguar en su nevera o que los viajes, coches y hoteles le salían milagrosamente gratis, sigue en su puesto a modo de pulso que el presidente echa a la sociedad no vaya a ser que cunda la moda de depurar responsabilidades políticas?
¿Tenemos patria los españoles cuando contemplamos atónitos cómo los peores asesinos que durante décadas levantaron la tapa de los sesos, evisceraron y mutilaron a hombres, mujeres y niños como forma de chantaje colectivo, campan hoy a sus anchas, afrentando a las víctimas y humillando a los vivos, sin que el Gobierno haya hecho nada por evitar su excarcelación ni tenga el propósito de hacer nada por revertir el escarnio?
¿Tenemos patria los españoles cuando observamos alarmados cómo el presidente de la Generalitat se declara «adversario» del Estado al que representa en Cataluña, anunciando que se burlará del Tribunal Constitucional con un remedo de consulta a base de las mismas preguntas del referéndum suspendido, y el Gobierno cantinflea con la sutileza legalista de que las urnas no podrán estar en la calle, en lugar de responder al desafío político con el requerimiento político previsto en el artículo 155 de la Constitución como primera medida antes de pasar a mayores?
¿Tenemos patria los españoles cuando escuchamos estupefactos cómo ese portavoz de las CUP al que siempre percibimos ya zapato en ristre se jacta de lo sucedido en Arenys de Munt como antecedente del 9-N: «El fiscal también recurrió, la consulta también se prohibió, desobedecimos, la consulta se celebró y no pasó nada»?
¿Tenemos patria los españoles cuando despertamos sobresaltados un domingo y descubrimos que el mismísimo presidente del Gobierno se presta a colaborar en el último proyecto oportunista de los que tanto han hecho por destruir la nación en la que creen sus votantes, escribiendo un artículo en una lengua distinta a la común de todos los ciudadanos el único de los 365 días del año -y no digamos en las actuales circunstancias- en el que la sana normalidad adquiere una intencionalidad rayana en la ignominia?
Y él se contesta que sí. Que tuvimos, tenemos y tendremos patria, pero que podemos dejar de tenerla si : permitimos que prosiga su público descuartizamiento por los cuatro caballos excéntricos sobre los que cabalgan los separatistas, los nihilistas de la casta depredadora, los emolientes tecnócratas acobardados y los profetas de las ideas falsas. Es tiempo de aferrarse pues(...) al atril de los valores constitucionales precisamente para proponer (...) una enérgica reforma que consolide la democracia fortaleciendo a la ciudadanía.


Patriota, según el DRAE, es la  "persona que tiene amor a su patria y procura todo su bien". Es una definición en la que podríamos encajar todos porque no contiene nada que pueda considerarse negativo, pero tiene truco. Es importante no confundir el patriotismo con el patrioterismo, que no es, según la misma fuente, sino el "alarde excesivo e inoportuno de patriotismo", como por ejemplo el de Pujol cuando se identificaba con cataluña o el de todos aquellos que son pillados con las manos en la masa y se justifican en su amor a la patria y en los sacrificios que ésta le pide. Por otro lado, la definición de patria debería ser revisada por la Real Academia porque, como he dicho antes, tiene truco e induce a error y es así que a ella pueden agarrarse la caterva de chorizos que a todos los niveles, escalas y ámbitos tenemos en España, en la patria. Debería aclararse que la frase "procura todo su bien" va referida a la patria, no a la persona, porque muchos alegan que cumplen escrupulosamente con la definición, porque aman a su patria y procuran todo su bien (el de ellos, por supuesto).
Por cierto, la foto de Aznar debería ser la de Mel Gibson en la película "El Patriota", peli que es muy sensiblera y muy yanqui. No os la recomiendo porque además creo recordar que es larguísima. Y la foto de al lado me ha hecho gracia, así, sin más.
En fin, que no me enrollo más que mi mujer se rie de mis tareas pseudoepistolares, así que, como siempre y previa muestra de alegria y esperanza por la mejora de salud de Teresa Romero,
SALUDOS.

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