EL DÍA DE LA RAZA

Hoy es Santa Teresa de Jesús, también conocida como Teresa de Ávila aunque a buen seguro, si viviera ahora, no hubiera querido que la conocieran por éste último apelativo. Porque como dice el refrán español: "nadie es profeta en su tierra" y esta religiosa tuvo que abandonar su patria chica debido a una serie de problemas que motivaron su huída a Salamanca y que hicieron que el día de su marcha, en el humilladero de los Cuatro Postes (construído en 1566) y que se halla a las afueras de la ciudad camino de la ciudad charra, tras descalzarse las sandalias que llevaba, las sacudiera
diciendo su famosa frase: "De Ávila, ni el polvo".
A modo de receso, la frase ha sido trastocada por los estudiantes de la Academia de Policía y los cadetes de intendencia, que tienen sede en dicha ciudad y ha sido transformada por :"En Ávila, ni un polvo", debido a la dificultad en ligar con las abulenses, rancias y religiosas como la santa. Como dato, en 1982 ninguna farmacia de Ávila vendía preservativos.

Santa Teresa es muy famosa y venerada por sus éxtasis, paroxismos y levitaciones, al igual que su contemporáneo San Juan de la Cruz, que también levitaba (no confundir con Juan de la Cierva, inventor del autogiro, ya que el primero se elevaba del suelo sin necesidad de máquina alguna). Pero más famosa aún es por su brazo incorrupto, reliquia que Franco tuvo en su poder (se afirma que dormía con él bajo la almohada) mientras ejercía de caudillo de la una, grande y libre España y que le sirvió para gobernar con sabiduría, prudencia y temor de Dios los destinos de este país o, al menos, eso dicen.
Así pues, felicidades a las Teresas y vamos al grano.

El mes de octubre siempre ha tenido reminiscencias de la derecha rancia en cuanto a festejos y celebraciones:

El uno de octubre fue, mientras Franco vivió, el día del caudillo por conmemorarse la "exaltación" (elevar a alguien a gran auge o dignidad, según la real academia de la lengua) del dictador a la jefatura del estado. De hecho uno de los hospitales de referencia de Madrid, donde trabajó mi hermana Paloma hasta su temprana muerte, se llamó desde sus inicios "Hospital 1 de octubre". Cuando Paquito murió, demasiado tarde para mi gusto, se le cambió el nombre por "12 de Octubre", más que nada porque en vez de tener que cambiar toda la nomenclatura de documentos y edificios, se podía poner un 2 muy pegadito al 1 y así se ahorraba un pastón pues se podía reutilizar lo que ya estaba hecho.

El día 2 de octubre es el día de los Ángeles custodios, patrón de la policía. Lo fue de la policía de Franco, incluso de aquella temida Brigada Político Social que tan bien y tanto torturaba, y lo sigue siendo del actual Cuerpo Nacional de Policía, o Policía Nacional, que uno no sabe ya como se llama. La cuestión es que en un país laico como dice ser el nuestro en su Constitución todavía existan patrones religiosos y se celebren misas y rosarios en esas festividades, aparte de conceder medallas a quien no se las merece y denegárselas al que cumple fielmente con su tarea sin someterse a las influencias políticas o económicas de turno.
Claro que con el Ministro del interior que tenemos (¡vaya cosa nula!) que es mas religioso que el Papa Francisco y sumamente devoto de Santa Teresa, cualquiera elimina eso de los patrones religiosos.

El día 4 de octubre,  casualidades de la vida ha sido san Francisco de Asís, el santo del Papa. Es de los pocos argentinos que no es psicoanalista pero, a pesar de ello ejerce como tal. También es de los pocos argentinos que, en principio, no me cae mal y mira que he conocido muchos. Cuatro años trabajando en la Embajada Argentina en Madrid da para salir hasta el gorro de ellos. Eso sí, tuve una novia argentina, Cristina, la hija de mi jefe, que era, además de muy guapa, un encanto, como su madre. Y espero que mi mujer no se moleste mucho por este inciso porque ayer hizo 25 años que nos casamos y lo festejamos en modo crisis: un cine con una película (versión original, eso sí) que me encantó: "El hombre más buscado", que va de lo hijoputas que pueden ser los espías cuando quieren, es decir, siempre y luego una cena de tapas y unos achuchones porque el cuerpo ya no da para más. después de ese festejo, hoy empieza la condena: 25 años y un día.

Hace tres días fue otra efeméride nacional, el 12 de octubre, festividad del Pilar, patrona del tambien cuerpo "represivo" de la Guardia civil y aniversario del descubrimiento de América por Cristóbal Colón que, por cierto, murió sin saber que había "descubierto" ese continente pues siempre estuvo convencido de haber llegado a las Indias occidentales. Tan es así que tuvo que ser el navegante florentino Américo Vespucio el que dió nombre al "Nuevo Mundo".
Esta fecha se aprovecha para conmemorar el día de la Hispanidad y es fiesta nacional en toda España, incluso en Cataluña y Vascongadas, y en prácticamente todos los países latinoamericanos
En anteriores épocas, cuando no existía lo politicamente incorrecto se denominó "Dia de la Raza" y mi suegra todavía lo llama así. Era la época en que todavía se estudiaba en la Enciclopedia Álvarez que existían cinco razas: blanca, en Europa y América; negra, en África; amarilla, en Asia; cobriza, en América y aceitunada en Oceanía. Bonitas denominaciones, especialmente las dos últimas, que hoy, salvo el caso de la raza blanca, es practicamente imposible utilizar sin ser tachado de racista, xenófobo, facha, imperialista o anticatalán.



Pero veamos que dice la wikipedia de éste día:

Día de la Raza es el nombre con que se denominó inicialmente en la mayoría de los países hispanoamericanos la fiesta del 12 de octubre en conmemoración del avistamiento de tierra por el marinero Rodrigo de Triana en 1492, luego de haber navegado más de dos meses al mando de Cristóbal Colón a lo que posteriormente se denominaría América.

Esta fiesta conmemorativa se mantiene en general en Hispanoamérica y fue creada para conmemorar el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles, además de la valorización del patrimonio cultural hispanoamericano. Sin embargo, con el paso de los años, se han levantado diversas voces críticas respecto a la festividad, al considerar que el “descubrimiento” de América y la posterior conquista y colonización del continente por potencias europeas fue un genocidio que sometió y destruyó a las culturas precolombinas. Este debate ha provocado diversos cambios en la actual conmemoración del 12 de octubre en varios países de América Latina, donde se ha intentado reivindicar en dicha fecha las culturas originarias o la tolerancia entre culturas.

Aunque el nombre «Día de la Raza» sigue siendo popularmente utilizado en la actualidad, el nombre oficial suele ser diferente en cada país, siendo llamada Dia de la Hispanidad en españa, Dia del Respeto a la Diversidad Cultural en Argentina, Día del Encuentro de Dos Mundos en Chile o Día de la Resistencia Indígena en Nicaragua y Venezuela, por mencionar algunos ejemplos.

Como vemos, los latinos o hispanos, no nos ponemos de acuerdo en nada. Si bien es cierto que el descubrimiento de América y su colonización conllevó una gran número de muertos y mucha sangre, que podría ser considerado genocidio, también es cierto que el genocidio no fue total como en el caso de los "democráticos" Estados Unidos de Norteamérica, donde los pocos indios que quedan están encerrados en sus reservas y sin participación alguna en la vida política social y económica de lo que hace tan solo doscientos años era su país, su tierra y la de sus ancestros.
En Hispanoamérica muchos aborígenes han sobrevivido y, con ellos, han sobrevivido sus lenguas, sus culturas y sus modos de vida hasta el punto que, por poner un ejemplo, Evo Morales, Daniel Ortega o Chávez son auténticos representantes del indigenismo que han llegado a gobernar su país. Por eso me gustaría que me explicaran todos aquellos demócratas de los EE.UU, Australia y Nueva Zelanda qué ha pasado con sus aborígenes. Aunque no hace falta, sabemos lo que ha pasado en EE.UU por las películas del oeste y sabemos que los maoríes que primeramente habitaban los países oceánicos (de raza aceitunada, recordemos) fueron masacrados como animales que eran considerados. De hecho, no fue hasta entrado el siglo XX que tuvieron consideración oficial de "personas" o "seres humanos". Y no estoy diciendo ninguna barbaridad.
Bueno, pues como los españoles somos muy malos colonizando y evangelizando, los hispanos se han ido desvinculando de la madre patria y ahora ya no festejan ni la raza ni la hispanidad. Llama la atención que los argentinos, siempre tan rebuscados y boludos ellos, le llamen día del Respeto a la Diversidad Cultural. Claro que si tenemos en cuenta la mezcla de leches que hay en aquel país: indígenas (muy pocos) españoles, italianos, alemanes, judíos, árabes, etc., si no celebran un día del respeto mutuo, estarían todo el día dándose de hostias.
Los chilenos, con mucho los más evolucionados política y socialmente de toda latinoamérica a pesar de Pinochet, eligen una denominación mucho más romántica: Encuentro de dos mundos, al estilo de encuentros en la tercera fase (interesante película). Y los nicaragüenses y venezolanos, como no, apelan a su odio hacia el país colonizador denominándolo día de la Resistencia Indígena, y así les va. A lo mejor si hubieran resistido menos y se hubieran dejado permear por lo bueno que les pudo aportar la cultura europea, siempre mucho más avanzada que la suya, ahora no estarían en la situación que están.
La cuestión es que a pesar de todo esto tan bonito y curioso que os he contado, las nuevas generaciones no tienen ni idea de lo que se festeja ese día y sólo les preocupa si cae en viernes, domingo o lunes para hacer puente y eso puede ser un mal síntoma, porque lo mismo podría decirse de otro día importante, más aun que éste, en la historia reciente de España, el 6 de diciembre día de la Constitución. Y es más importante en dos sentidos: en el sentido lúdico porque junto con el día 8 de diciembre (la Inmaculada Concepción, patrona de la Infantería) se puede formar un puente cojonudo, pero sobre todo en el sentido histórico porque llevamos más de 35 años con esta Constitución, la más duradera en la historia de nuestro país y que, de momento y a pesar de catalanes, vascos y otras hierbas, ha garantizado uno de los mayores periodos de paz en España y entre las dos Españas. Va para 80 años que no tenemos guerras ni con los de fuera ni entre nosotros y eso hay que apreciarlo en lo que vale, que es mucho. Sobre todo teniendo en cuenta que en la década de los 30 del siglo pasado nos estuvimos matando entre nosotros culminado con una apoteosis de muertes entre 1936 y 1939 y con un goteo constante motivado por la represión, durante 30 años más.
Pero como estas cosas hoy en día no se enseñan porque son de derechas, pues así nos va. En España, y por ende en latinoamérica es de fachas colonizar una tierra matando gente y sin embargo los yanquis, que prácticamente aniquilaron a todas las tribus indias que encontraron: apaches, comanches, pies negros, cherokees,.., en fin todos esos que conocemos por las pelis, son el ejemplo de la democracia y del progreso.
Los días de exaltación nacional en casi todos los países son día que conmemoran muertes, guerras, alzamientos, todos ellos empapados en sangre  y entre la que se encuentra sangre de muchos inocentes: El cuatro de julio en EEUU o el 14 de ese mismo mes en Francia no festejan sino acontecimientos sangrientos: guerra de la independencia de las colonias contra Inglaterra y guillotina a troche y moche, respectivamente. Lo es en todos y cada uno de los días nacionales latinoamericanos, o sajones o eslavos,.... Lo mismo que el 11 de septiembre en Cataluña, con el agravante de que estos últimos han sido tan simples que han elegido como día de su presunto país una derrota (la caída de Barcelona en manos de los partidarios de Felipe V de Borbón tras la guerra de sucesión por el trono de España entre borbones y austracistas), que trastocada por los polítiticos e historiadores subvencionados y vendidos, se presenta como una humillación al pueblo catalán por parte del centralismo español. Y los muy gilipollas van y se lo creen.
La cuestión es que en España, al contrario que en los demás países de su entorno que pudieramos considerar normales (Francia, Italia, Portugal, Reino Unido, Alemania) e incluso de algunos menos normales (Argentina, Venezuela, Cuba, Bolivia, ...) que celebran con gran interés y participación sus días festivos nacionales, aquí nadie está dispuesto a celebrar ese tipo de efemérides por no ser tildado de facha, rancio y atentador contra los derechos de los pueblos y naciones oprimidos y subyugados por el estado central que tiene sede en Madrid. Y así nos va.
Decía Ortega y Gasset que cada nación o grupo necesita un objetivo o fin común por el que motivarse y de esta manera lograr la cohesión necesaria para seguir siendo lo que son y creciendo en pos de ser algo más. En la época que Ortega escribía ese objetivo no existía y, a día de hoy, es aún más inexistente. Quizá los éxitos deportivos pasados (fútbol,baloncesto, tenis, ciclismo,...) han servido durante un tiempo como catalizador de esa especie de patriotismo que debía mantener la ilusión y la unidad, pero una vez acabados estos triunfos y salidos a la luz tantos y tantos datos de corrupción, amiguismo, chupopterismo (como diría Jose Mª García), partidismo, antidemocracia, mamoneo, mangoneo, ...., , no tenemos nada a lo que aferrarnos.
 Algo que se complica con el no querer darnos cuenta de las cosas que se han conseguido desde que murió Paquito que, a pesar de la actual corrupción y desencanto, significan un hito en nuestra sempiterna historia de Caín y Abel. Por esa desmotivación y ese desconocimiento estamos entrando en una espiral de derrotismo que traerá graves consecuencias como, por ejemplo, las tocadas de pelotas de los catalanes con lo suyo, a los que se unirán en breve los vascos y veremos si no se unen Cartagena y Don Benito; la aparición y presumible ascenso de Podemos como partido representante de la demagogia más populista (aunque si yo ahora tuviera 30 años menos seguramente los votaría); la descomposición de la estructura económica y social del país por la crisis y, sobre todo por la mala gestión que los políticos han hecho de ella, además de por la mala gestión que se hizo también en los tiempos de bonanza.
Salvo los capitostes de Bankia y otras cajas y bancos, los demás no hemos salido de la crisis (ni económica, ni política, ni social, ni laboral...), ni saldremos en mucho tiempo y por eso quizá no hay nada que festejar en los días señalados. Pero ello no es óbice para que recordemos que esas fechas, marcadas en rojo en los calendarios año tras año, significan mucho para la cohesión y convivencia de un país, para un estado, para una nación y que a mí, que no soy nada festivalero ni me considero mínimamente patriota, me preocupa el desconocimiento de la gente joven más que el desencanto de los que ya somos maduros.
Porque ya tenemos bastante con que los soplagaitas que presiden el gobierno vasco y catalán sólo tengan dos días libres al año y que coincidan precisamente con el día de la hispanidad (día de la raza, me gusta más) y con el día de la constitución. Se pasan todo el año, día tras día sin descanso tocando las narices con sus historietas de nacionalismos e independencia, arrimando el ascua a su sardina y reclamando más ascuas al gobierno central en forma de anticipos, adelantos, cupos, etc., y luego, cuando llegan los dos días españoles por excelencia deciden no ir a ninguno de los eventos que se llevan a cabo, ni aparecer en sus territorios, ni hacer comunicados,... Están "missing", que dicen los ingleses. Son sus dos únicos días al año de ocio y descanso, algo totalmente incongruente porque si no quieren ser españoles deberían renunciar a esos dos días de asueto los muy jetas. Así nos va y así les va a los vascuences y a los catalanes....

SALUDOS