martes, 25 de noviembre de 2014

GALGOS O PODENCOS

Cuando yo era niño, en la escuela del pueblo empezábamos el día con una máxima, cita o refrán escrita en la pizarra por el maestro y hablábamos sobre lo que significaba esa frase, o concatenación de frases, más allá de lo que en sí decían. Era pura sabiduría popular actualmente ausente en las aulas de nuestro país. Además de los dictados y el cálculo mental (sin dedos ni lápiz) también teníamos tiempo para las fábulas. No es que los alumnos fabuláramos, que también, sino que me refiero a esos escritos en forma de "breve relato ficticio, en prosa o en verso, con intención didáctica, frecuentemente manifestada en una moraleja final y en el que pueden intervenir personas, animales y otros seres o cosas animados o inanimados".

Fábulas famosas son las de Esopo, quizá las primeras conocidas, que ya las escribía 600 anos antes de Cristo. Por citar algunas conocidas por todos: "La gallina de los huevos de oro" "El cuervo y la zorra" "El pastorcillo mentiroso" o "La cigarra y la hormiga".
A finales del siglo XVIII hubo dos fabulistas españoles muy famosos: Tomás de Iriarte y Félix de Samaniego, cuyas múltiples obras se solían recopilar en pequeños libros titulados sencillamente "Fábulas de Iriarte y Samaniego", donde se recogían las de "La lechera", "La zorra y las uvas", "El burro flautista" y esta que hoy nos ocupa: "Galgos o podencos", también conocida como "Los dos conejos", escrita por Iriarte:

Por entre unas matas, seguido de perros,

no diré corría, volaba un conejo.
De su madriguera salió un compañero y le dijo: 
"Tente, amigo, ¿qué es esto?" "¿Qué ha de ser?", responde;
"sin aliento llego...; dos pícaros galgos me vienen siguiendo".
"Sí", replica el otro ,"por allí los veo, pero no son galgos". 
"¿Pues qué son?" "Podencos." "¿Qué? ¿podencos dices? 
Sí, como mi abuelo. Galgos y muy galgos; bien vistos los tengo." 
"Son podencos, vaya, que no entiendes de eso." 
"Son galgos, te digo." "Digo que podencos." 
En esta disputa llegando los perros ,
pillan descuidados a los dos conejos.
Los que por cuestiones de poco momento
dejan lo que importa, llévense este ejemplo.


Como todos (los tres o cuatro) que me seguís con habitualidad sois lo suficientemente inteligentes no creo que haya que montar un "fórum" para sacar conclusiones de lo que aquí se explica. Pero por si alguna vez lee esto algún político le explicaré en mis palabras y brevemente lo que se quiere decir: dejáos de discusiones estériles y metéos ya en faena (o poned pies en polvorosa) si no queréis que os pille el toro (o el tren). Creo que es bastante sencillo. Pero aun así no aprendemos.

Marianico el Corto y Pedro el Guapo (como el Peter Perfect de Wacky Races) son los conejos, cada uno va a lo suyo y se enzarzan, día sí y día también, en romanzas inútiles permeadas por el eterno mal español de la envidia y el "tú más". Ninguno atiende al otro. Con sus visiones de la realidad española tan diferentes, con requerimientos recíprocos que no son del interés del ciudadano, se deleitan en hacer rugir a sus descerebrados seguidores (mayoritariamente diputados) sin proponer más que veleidades que no nos llevan a ningún sitio pero que valen para contentar a esa claque (grupo de personas que asisten a un espectáculo con el fin de aplaudir en momentos señalados) y con eso creen haberse ganado el sueldo y el respeto de sus votantes.

Pamplinas, que diría Mr. Scrooge (protagonista de "cuento de Navidad" de Charles Dickens), eso no son más que pamplinas. Porque en política nadie se atreve a hacer nada de lo que luego pueda arrepentirse. Porque nadie es capaz de hacer lo que tiene que hacer y sólo se fijan en la rentabilidad electoral de sus acciones. Porque es mucho más sencillo dedicarse a aprobar leyes de matrimonio homosexual y de igualdad entre personas y personos, o subir y bajar impuestos sin ton ni son, que arremeter de una vez contra los problemas que anidan en la sociedad y la política española.

Por ejemplo, la percepción por parte de los españoles de la corrupción como problema ha pasado de un índice de 0'4 en el año 2004 a un índice de 42'3 en el año 2014 (fuente CIS). Es decir, en 10 años esa percepción se ha ¡multiplicado por 100!. Ojo, esto no quiere decir que la corrupción haya crecido igualmente en esa progresión, sino que la percepción ciudadana ha cambiado. Lo que antes era envidia (sana o insana) e incluso admiración por parte del ciudadano común hacia los triunfadores del "pelotazo" ahora se ha transformado en odio hacia el villano que saquea sin escrúpulos, perjudicando de esta manera al resto de la sociedad. Pero a su vez este cambio de percepción se debe a que en los últimos 10 años (ó 20, ó 30) ha habido tanto chanchullo y ha salido tanto a la luz que se ha alcanzado el "tipping point", el punto de inflexión y de no retorno que nos ha llevado a decir basta ya, cambiando la admiración por el odio y el desprecio. Los políticos, principal pero no exclusivamente, los de los partidos mayoritarios seguían en sus lides de tontunas, sin querer hacer nada por solucionarlo: que si hacemos una ley de transparencia que, por desacuerdos entre ambos no será tal, de tal manera que lo opaco nunca a llega a ser transparente, ni siquiera translúcido; que si tú robaste en Gurtel y tú el los ERE, que si la Cospedal difiere sueldos a Bárcenas y Chaves y Griñan sueltan dinero por todos lados desde la junta de Andalucía,... En fín discusiones de gente que no quiere atajar el problema y que me recuerda a esa reuniones de trabajo convocadas a última hora para tratar asuntos graves y/o prioritarios en los que nadie quiere meterse de verdad y acaban siendo una tertulia futbolera más. Yo he ido a muchas de esas, y me he ido de muchas de ellas porque no las aguantaba. De ahí mi fama de borde.
Y resulta también que, según un estudio de Hacienda en función de los ingresos declarados por IRPF, la tercera parte de los que cobran un sueldo en España lo hacen por menos del salario mínimo interprofesional: 645 euros. Concretamente la cifra es del 34 %, pero no nos debemos engañar porque muchos (muchísimos) autónomos y pequeños(?) empresarios que cobra por nomina dicen cobrar unas cantidades inferiores a cualquiera de sus empleados y con las que me gustaría ver a mí como llegan a fin de mes si encima tienen que pagar el chaletarro donde viven y el Mercedes que conducen.
En cualquier caso es otro problema al que nadie sabe ni quiere meter mano.

La semana pasada, en dos días sucesivos coincidentes con el tercer aniversario de la debacle socialista en la urnas y con el triunfo de los populares que aún no han podido digerir, se publicaron en El Mundo sendos artículos escritos por los líderes del PSOE y PP. Leí ambos y ambos por separado me parecieron un disparate, por no decir una mierda, parecer que se acrecentó cuando los comparé entre ellos. Los dos venden motos, humo y niebla, pero cada uno la suya, sin darse cuenta que las motos, el humo y la niebla siempre tienen algo de común: las motos pueden ser de distintas marcas pero sus características básicas son las mismas y lo mismo pasa con el humo y la niebla. Cada uno va a su bola y se enzarza con el otro: que si tal que si cual, que si tú, pues anda que tú. Ninguno aporta nada nuevo ni bueno y, mientras, los perros (galgos o podencos, que más da) se les están acercando.


El artículo de Pdr Snchz, se titula "Un Gobierno a la espera" y podéis leerlo en el siguiente enlace:

http://www.elmundo.es/opinion/2014/11/19/546ce010ca474141178b4579.html

 Por si os resulta gravoso leerlo entero os diré que no para de echarse flores a sí mismo y a su partido convencido de que será el nuevo presidente del gobierno, mientras descalifica a Rajoy y a su partido por su ineptitud. Los dos párrafos finales, sobre todo el último me han hecho mucha gracia, por eso ahí van:

De tal modo que hoy se cierne sobre nuestro país la cuestión de la gobernabilidad de España, algo que desconocíamos desde hace más de tres décadas. Y, precisamente, justo cuando se habla de gobernabilidad, son muchas miradas de esa mayoría de personas fuertes y juiciosas las que se dirigen al Partido Socialista. Personas que confían en que seamos nosotros los que, finalmente, demos estabilidad a nuestro país, después de estos años baldíos.
Los socialistas somos conscientes de nuestra responsabilidad, nos sabemos un partido de gobierno y, con errores como todo el mundo, actuamos como un partido de gobierno incluso en la oposición. No nos engañamos respecto a los problemas de nuestro país, sabemos que España necesita algo más que un cambio de presidente, pero sin duda necesita un cambio de presidente. Necesita un gobierno que tome la iniciativa para renovar nuestro pacto de convivencia. Los socialistas pertenecemos a una cultura capaz de aunar el consenso y el cambio, y también, por ello, capaz de unir y gobernar España. Por eso cuando algunos temen por la gobernabilidad de nuestro país siempre les digo que también ahora, como siempre, en el PSOE hay un gobierno a la espera.
Es para descojonarse de risa.

Pero el amigo Mariano tampoco se queda corto. Podemos leer su artículo titulado "España, el relato del cambio", a través del enlace:
http://www.elmundo.es/opinion/2014/11/20/546e5ed522601d18458b4589.html

Pero como en el anterior caso os resumiré que lo único que hace en todo él es hablar de los grandes resultados económicos ( esos que aún están por verse entre la clase media y baja) obtenidos por su gobierno en base a matar de hambre a muchos de sus ciudadanos, evitando el rescate financiero, eso sí, pero dejando al capital humano de este país tan malherido que habrán de pasar muchos años hasta que puedan volver a gozar de una salud digna, para ir tirando al menos.
Con los dos últimos párrafos, como en el caso anterior, tendremos bastante para comprobar la sarta de mentiras que enumera:

 Afrontar una tarea reformista como la que hemos llevado a cabo en estos tres años no hubiera sido posible en medio de vaivenes o incertidumbres y, menos aún en un escenario de revisión completa de nuestro marco institucional. Si hoy España es el país que más crece de la zona euro se debe a que es el país donde más reformas se han podido hacer porque su Gobierno creía en ellas y contaba con la fuerza y el apoyo parlamentario para llevarlas a cabo. La estabilidad política también contribuye, y de forma muy significativa, en el crecimiento de la actividad económica de un país, en la cotización de sus empresas y en el bienestar de sus ciudadanos.
La legislatura no está acabada, todavía nos queda por delante un intenso año de reformas, incluidas las que presentaré la próxima semana ante el Congreso para mejorar la lucha contra la corrupción. Somos inconformistas: sabemos que el secreto del éxito -como dijo el gran político Disraeli- es la constancia en el propósito. Con la misma perseverancia y la misma determinación de estos tres años seguiremos trabajando para cumplir el mandato que nos dieron las urnas: sacar a España de la crisis, fijar pilares sólidos para el futuro y volver a sentirnos orgullosos de un país que tiene una historia de éxito que merece ser contada.
También es para descojonarse de risa.

Así, amigos, los dos conejos discutiendo de cosas vanas a inútiles, sin sustancia, que es lo único que saben hacer y, mientras tanto, los perros acercándose hasta darles alcance y cuando quieren darse cuenta resulta que no son galgos ni son podencos, son PODEMOS que en una de las últimas encuestas publicadas ya es el partido (porque ya es partido ¿no?) que obtendría mayor porcentaje de votos a nivel nacional, dos puntos por encima de PP y 8 puntos por encima de PSOE.
Yo sólo quiero finalizar diciendo una cosa, que la fábula ésta me gusta mucho porque pone en evidencia muchas cosas que, por otra parte, son de todos conocidas, pero hubiera preferido que los que alcanzan a los dos conejos (PP y PSOE) y presuntamente se los zampan hubieran sido galgos (UPyD) y/o podencos (Ciudadanos) y no rottweilers. Aunque, en cualquier caso, se lo tienen merecido.

SALUDOS

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