martes, 11 de noviembre de 2014

EL 9-N Y EL "TIPPING POINT"

Si por algo recordábamos el 9 de noviembre hasta ayer -quien lo recordara- era por la caída del muro de Berlín en 1989. También por ser la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, pero eso hoy no viene a cuento (aun así, felicidades prima).
El muro cayó el año de mi boda, yo con 30 años, para que no me olvidara nunca de ese hecho al que entonces no di la importancia suficiente, pero del que hoy puedo alcanzar a comprender todo su significado.
La caída del muro fue "una chiripa de la historia" que se desarrolló, según crónicas oficiales, así:

Un periodista italiano, Riccardo Ehrmann, asistía en la mañana del ese día a una rueda de prensa a cargo de Günter Schabowski, periodista-portavoz y primer secretario del Partido Comunista de la República Democrática Alemana. Cuando llegó el turno de preguntas, Ehrman levantó la mano varias veces, pero Schabowski le ignoró. Por fin, Schabowski dio la palabra a Ehrman, y este  soltó la pregunta que tenía preparada: "¿No cree que han cometido un error con su ley de permisos para viajar?".
Era un momento muy crítico para la Alemania comunista. Miles de alemanes del Este estaban escapando por Hungría hacia Austria.Cada día había manifestaciones en muchas ciudades pidiendo libertad. Pero en lugar de facilitar las visas, el gobierno comunista había reaccionado endureciendo la política de permisos de viaje. Ese era el "error" al que se refería Ehrman.
Schabowski se enfadó. ¿Error, nosotros? Nada de eso. De hecho tenía ahí el borrador de una nueva ley de viajes. "Una ley que concede a los ciudadanos la decisión soberana de viajar adonde quieran", dijo Schabowski. Y añadió: "Hemos decidido hoy que los ciudadanos de la RDA puedan viajar por los pasos fronterizos".
Ehrman se excitó y empezó a disparar más preguntas a Schabowski.
-¿Con el pasaporte sólo? -dijo Ehrman.
Entonces fue cuando Schabowski sacó un papel que tenía en el bolsillo.
-Eh, con carné de identidad -respondió Schabowski.
-¿Cuándo? -gritaron los periodistas a la vez.
Schabowski se puso las gafas y leyó: "Pues ya".
Sin saberlo, Riccardo Ehrman y Günter Schabowski habían abierto las puertas de la Historia. Porque resulta que la rueda de prensa se estaba transmitiendo en directo por varias cadenas de televisión.Miles de berlineses del este salieron corriendo a los puestos fronterizos exigiendo salir de inmediato. Los guardas no sabían qué hacer. ¿Dónde estaba la orden? ¿Dónde estaban sus permisos? ¿Sus visas? "No hacen falta: lo han dicho en televisión", respondían los ciudadanos. Y en lugar de disparar al pueblo, los guardias levantaron las barreras. Así cayó el Muro.

El relato es completamente verídico y existen registros documentales del mismo y nos sirve para demostrar que el muro de Berlín cayó por casualidad o por un error, torpeza o exceso de listura del político comunista. En cualquier caso ese día, en esa rueda de prensa, por la causa que fuera, se alcanzó el "tipping point" y el mundo comenzó a cambiar. Tan grande fue el cambio que más de un político considera que, en realidad, el siglo XX acabó en ese momento.
"The tipping point" es el título de un ensayo escrito por Malcolm Gladwell y publicado en el año 2000, que podría traducirse como "El punto de inflexión", o como punto clave o punto crítico, incluso punto de no retorno. En este libro su autor explica como "las epidemias" sociales, políticas, ideológicas, económicas, culturales, ..., se contagian y se extienden hasta que se produce un punto de inflexión ("tipping point") que desemboca en un cambio irreversible.
En el caso alemán "la epidemia" venía produciéndose desde hacía muchos años. Entre la población de la República Democrática Alemana (un ejemplo patente de oxímoron, pues en su seno se producía la mayor concentración del mundo de espías, chivatos-delatores y gente gris propia de un estado comunista, lo que conllevaba una total falta de libertad y, por tanto, de democracia) venía extendiéndose el virus de la libertad desde la desmembración del país y se acentuó con el levantamiento del muro en la capital en 1961. La colonización mental soviética a través del adoctrinamiento continuo ( tipo nacionalismo catalán y vasco)  no logró sus objetivos en la Alemania del este porque la división había implicado la separación de familias entre las que se seguían manteniendo contactos y, por lo tanto, se disponía de la oportunidad de comparar. Además, las emisoras de radio y televisión occidentales eran perfectamente sintonizables en el este y, a través de esas ventanas, la población se daba perfecta cuenta de que existía, a pocos kilómetros, incluso a pocos metros en Berlín, otro mundo mucho más agradable -y sobre todo libre- que el que ellos "disfrutaban".
Ello conllevó que los comunistas levantaran en 1961, en muy pocos días, un muro de 45 kilómetros en Berlín, ciudad en la que los habitantes de una misma calle habían quedado en un lado u otro del telón de acero tras el reparto territorial efectuado al final de la II Guerra Mundial. Con la construcción del oficialmente llamado "Muro de protección antifascista" (en el otro lado lo llamaron "Muro de la Vergüenza") se prohibió el trasvase libre de personas entre ambas zonas y se impidió, con las armas, cualquier intento "ilegal" de atravesarlo. Hasta 270 personas, según la Fiscalía de Berlín, podrían haber muerto en sus intentos de huir hacia el oeste. La situación en 1961 en ambas zonas era aún de posguerra y, por tanto, similar en algunos temas, pero poco a poco el oeste se fue desarrollando en todos los sentidos, sobre todo económicamente, mientras que en el este se hallaban estancados, si no en franca regresión y malviviendo.
 El ansia de libertad fue creciendo y, como pasa actualmente con los países africanos, la causa fue el desarrollo de las comunicaciones que permitieron comparar la vida de unos con la de otros (por cierto, hay una película muy buena, "La vida de los otros" que va de espías en la RDA  y que os recomiendo; creo que tiene un Oscar). Pero en el caso alemán, esa comparación no se hacía con países de otro continente a miles de kilómetros de distancia sino al otro lado de un muro que las autoridades habían levantado para protegerles del fascismo. Con el virus de la libertad y de la vida occidental inoculado, la epidemia no iba a tardar a llegar a su ""tipping point" y fue precisamente en la rueda de prensa de la que os he hablado al principio donde, de la manera más tonta, se alcanzó. Y esa misma noche el muro empezó a ser derribado y el mundo comenzó a cambiar porque, con posterioridad a este hecho. prácticamente todos los países de la órbita soviética fueron alcanzando sus "tipping points" y fueron sacudiéndose el yugo comunista. Festejemos, pues, ese día como el día del reencuentro de Europa consigo misma  y del principio del fin de la "guerra fría". Gracias Gorbachov.

El tema del 9-N también surgió en Cataluña de chiripa, si bien los socialistas tienen mucha (si no toda) la culpa de la situación en que ahora nos encontramos. El actual estatuto de autonomía catalán es de 2006 y fue promovido por el famoso "tripartito", primera versión, compuesto por PSC, ERC y Rojiverdes de ICV. Pascual Maragall era el presidente entonces y, como no tenía mejores temas a los que dedicarse se dijo, vamos a hacer un nuevo estatuto para tocar los cojones al resto de españoles y demostrar que somos mejores que todos ellos juntos y que les damos cien vueltas. Podrían haberse dedicado a cuadrar las cuentas, a eliminar gastos prescindibles (embajaditas y eso) y, en fin, a mirar por el bienestar de todos sus administrados pero, para ellos, eso eran bagatelas. Así pues, elaboraron un estatuto en el sentido de la reflexión que hizo Maragall de la superioridad antropológica y sociológica de los catalanes y lo aprobaron en referéndum en junio de 2006, más que nada porque otro gilipollas socialista (ZP) había dicho que aprobaría el texto que le enviaran desde el Parlamento catalán si retocar nada. Las cifras de su aprobación fueron "espectaculares": algo más de un 48% de participación, con un 73% de votos a favor, es decir, votaron afirmativamente a un Estatut que nadie reclamaba un 35% del censo electoral catalán. Mayoría sobrada, vamos.
Después de Pascual llegó el más penoso de los presidentes regionales que he conocido (más incluso que Antich, Matas y Bauzá en Baleares u Hormaechea en Cantabria) Pep Montilla, socialista y primer charnego que ha llegado a la presidencia de cataluña (seguramente también será el último), quien entre unas y otras cosas acabó de cagarla y devolvió el triunfo y las posibilidades de gobierno al partido de Alí Babá, quiero decir Jordi Pujol, que con 3M (Mas, mentiroso y mediocre) al frente formó gobierno en 2010.
Con el hijo político de Alí, Arturo, se formó un gobierno que necesitaba de apoyos de otros partidos para sobrevivir y qué mejor apoyo que el de la izquierda separatista. Como no le fue bien el tema se subió al carro del independentismo pretendiendo robar votantes a ERC y resulta que, tras convocar elecciones en 2012, sus escaños pasaron de 62 a 50, perdiendo casi los mismos que ganaron sus amigos republicanos. Y ahí es donde Mas se tira al barro y quiere crear una nueva nación porque la divinidad así se lo ha dicho y así le ha designado, y se pone manos a ello con el resultado de que en cada encuesta sobre intención de voto siguen perdiendo (y ERC ganando) y no queda otra que hacerse independentistas, por varias razones. Una de ellas es que siendo independientes los delitos de su padre putativo y de la familia de éste serían juzgados, caso de llegar a serlo, en Cataluña y la absolución estaría garantizada. Además, cuando a Mas le empiecen a atacar las pulgas que atacan a todo perro flaco ( de rellenito y robusto solo le queda el cabezón) por  las cuentas de su padre y las que hay a su nombre por ahí, el collar antiparásitos que le protejerá es el independentismo y el fanatismo de "todo por la patria catalana". También podrán seguir recaudando dinero negro de las obras públicas y, siendo independientes, ¿porque no subir la mordida a un 10% en lugar del mísero 3% que se cobraba hasta ahora?). Otras ventajas serían que sus hijos y los de tantos otros independentistas podrían seguir educándose en colegios alemanes, ingleses o franceses sin  precisar de inmersión y completamente alejados de una lengua tan perniciosa como el español.
Podrían seguir puteando a los que no piensan como ellos sin ningún tipo de cortapisa (bueno, eso ya lo están haciendo) y podrían seguirse dedicando a experimentos con la mente de los CIUdadanos; que para sí los querría el doctor Mengele, mediante "sus medios de comunicación": adoctrinamiento sobre débiles mentales a los que convencen que sin elLos y sin una nación propia no hay futuro, así como de que el enemigo es el otro, el de fuera, el que no comulga con "sus" ideas y sobre el que hay que pasar por encima.También  podrían comerse todo el fuet y beberse todo el cava que les sobraría al no poder exportarlo al país vecino y antes amigo llamado España o "estat espanyol".Y muchas más ventajas que no tengo tiempo, ni ganas casi, de enumerar.
Pues por la chiripa de que, quizá, el estado de demencia que ya sufría Pascual hace 10 años le llevó a aburrirse y abordar un nuevo estatuto que nadie pedía, ahora nos vemos como nos vemos. Porque, como los gobiernos catalanes anteriores, no tienen otras cosas mejor a las que dedicarse que a gastar dinero de todos (y en todos también me incluyo yo) en historietas y actos de autoalabanza, montan - con un pastón que podrían haber dedicado a pagar a las residencias de ancianos o a las farmacias (por ejemplo)- un presunto referéndum, consulta, encuesta, pulso de opinión, tertulia ampliada o como quiera llamarse para que los ciudadanos, abducidos por promesas incumplibles, decidan si quieren ser independientes.
Y resulta que en el paripé del 9-N vota aún menos gente (unos 500.000 menos) que en el referéndum del Estatut, aunque el 80% de ellos se decanta por la independencia. Estos datos hacen que el 33% de un censo catalán -ampliado por el crecimiento vegetativo, por bajar la edad mínima hasta los 16 y por permitir votar a extranjeros (incluso españoles, que es un detalle) residentes- se muestre partidario de una "terra lliure".
Siguiendo con números, se estima que son 1.600.000 los que han votado doble sí y, si tenemos en cuenta que los "colegios" electorales han estado repartidos por toda la geografía catalana y, por tanto, próximos y al alcance de quien quisiera hacerlo, y que el plazo para votar ha sido lo suficientemente amplio, estas cifras no cuadran con el 1.800.000 personas que, según el Ayuntamiento de Barcelona, participaron en la última manifestación del 11-S, la de la "V". Porque si uno no camina diez minutos para votar tampoco creo que se desplace a Barcelona desde los más recónditos lugares del territorio catalán (anteriormente pertenecientes a la corona aragonesa) para hacer una "V" que yo creía que era de victoria (cuando en realidad lo que festejan es una derrota) y resultó ser de votar.
Si tenemos en cuenta que, según los datos del INE, en Cataluña viven más de 7'5 millones de personas ¿qué hacemos con el resto, con los que no quieren ser independientes? Son más de cinco millones y también se les debe un respeto desde el gobierno de su comunidad, que debería ser un gobierno para todos. Pero su máximo representante solo sabe sacar pecho y seguir en la provocación con frases como :" Si la Fiscalía quiere conocer quién es el responsable de abrir los colegios que me miren a mí, el responsable soy yo y mi gobierno".
De eso no me cabe ninguna duda, como tampoco me cabe de que Mas es un delincuente: prevaricación, desobediencia y malversación, son, al menos, los delitos que ha cometido. Solo espero, aunque no confío, en que alguien se lo haga saber y sea imputado y juzgado por ello. Si hemos podido con la Infanta ¿como no vamos a poder con un soplagaitas como éste?.
Pero independientemente de ello, hemos de reconocer que en el tema catalán hemos alcanzado también el "tipping point". La inactividad del gobierno central, ciñéndose a recurrir los actos encaminados a la celebración del referéndum, ha puesto de manifiesto que el desdén y las palabras no bastan en esta disputa.
De aquellos polvos, que en su día no se quitaron con un poco de Pronto o Politus, vienen ahora estos lodos. Si se hubiera cortado de raíz toda esta gilipollez no estaríamos donde estamos, pero ninguno de los partidos españoles con capacidad de hacer algo han querido hacerlo porque se la cogen con papel de fumar. Y así nos va. Tan mal nos va que, como digo, alcanzado este punto de inflexión, Marianico el corto y su corte de palmeros tendrá que hacer algo. Lo mejor que podría hacer es irse a visitar a Bárcenas, a su querido amigo Luis ("sé fuerte") y quedarse con él una larga temporada (algo más que Matas, si puede ser) porque es tan delincuente como Mas&Cía ya que ha consentido que se lleven a cabo actuaciones ilegales sin hacer que caiga sobre los culpables todo el peso de la ley, por mucho que esa palabra le haya llenado la boca en cada una de sus intervenciones. Ahora el "marrón" es suyo porque los catalanes, más mal que bien, han conseguido lo que querían y, podríamos decir incluso, que han ganado el primer "round". Hemos alcanzado el punto crítico a partir del cual hay que empezar a cambiar cosas y si ni unos ni otros lo quieren entender vamos a ir de culo en este país.
Pero, en el tema catalanista, aún hay otra versión del "tipping point", que es la de que pronto puede que se empiece a ver que no pocos españoles reclamen un referéndum para pedir a vascos y catalanes que se vayan de una puta vez, para poder vivir tranquilos, seguramente más pobres, pero pudiéndose dedicar a la resolución de problemas importantes y cruciales que afectan a su propia vida cotidiana, en vez de dedicarse a buscar acomodos o salidas a gente que -está sumamente demostrado- no las quieren y que aunque acepten acuerdos momentáneos son, por definición, insaciables, como la gallina del chiste.
El chiste consiste en que un hombre se topa con un genio que le concede un deseo y el hombre le pide "una polla insaciable". Al cabo de un tiempo, el hombre, un puro saco de huesos, más flaco que Rocinante, se encuentra con un amigo que estaba enterado del deseo que había pedido y éste, un poco extrañado porque el hombre lleva una gallina posada en el hombro, le pregunta si está tan flaco de tanto practicar sexo. El hombre le contesta que no, que hubo un error con el genio, que con el tiempo "la polla" creció y se hizo gallina y que al ser insaciable se lo come todo por lo que, desde entonces,no ha podido probar bocado.
El chiste igual no viene a cuento, pero la insaciabilidad, ya profetizada por un republicano de la talla de Manuel Azaña y por un visionario como Ortega y Gasset, es una característica inherente a todo nacionalismo así que "amb el seu pa s'ho menjin", es decir, con su pan se lo coman y ojalá se les indigeste.
Como resumen de este blog podemos decir que el 9-N de hace 25 años se derribó el muro de la vergüenza que dividía un país y el 9-N de este año, fomentado por unos sinvergüenzas y consentido por unos inútiles de la misma ralea, se han puesto las primeras piedras de un nuevo muro que no solo puede dividir un país, sino a una de las partes de ese país.
Y la pelota está en el tejado de Marianico.

Para finalizar quiero hacer un poco de historia. Historia de la buena no de la ideológicamente corrupta que hace la Generalidad y sus acólitos.
Cataluña ha intentado ser un estado en cuatro ocasiones. La más cercana fue en 1934, durante la II República española, cuando Lluis Companys -a la sazón presidente de la generalidad- proclamó el estado catalán integrado en la República Federal de Española (algo inexistente). El asunto duró lo que tardó el gobierno central en mandar a las tropas allí, tomar el palacio de la generalidad y detener a Companys: desde las 20 horas del 6 de octubre hasta las 7 horas del 7 de octubre, total 11 horas.
En 1931 hubo un intento previo protagonizado por Francesc Maciá. El día 14 de abril, cuando en unas elecciones municipales triunfaron los republicanos y el Borbón de entonces, Alfonso XIII, decidió poner tierra por medio, los catalanes proclamaron la República catalana como estado integrado en la Federación Ibérica La República catalana duró tres días.
En 1873, durante la Primera República española, un tal Baldomero Lostau también proclamó la independencia de Cataluña, al igual que hizo el municipio alicantino de Torrevieja, declarándose Cantón independiente consiguiéndolo durante un día. No hacían más que seguir el ejemplo de Cartagena que se constituyó también como Cantón independiente en julio de ese año y consiguió aguantar seis meses.
Total, que la única vez que Cataluña ha sido independiente de España fue en 1641, durante el reinado de Felipe IV, año en el que Pau Claris decidió declarar al rey de Francia como Conde de Barcelona poniendo así el Principado de Cataluña bajo soberanía francesa. Este principado lo componían también el Rosellón y la Cerdaña.  Con la Paz de los Pirineos en 1659, firmada por Francia y España, se estableció que esas dos regiones ubicadas históricamente en territorio francés volvieran a los gabachos y que el sur del estado catalán, básicamente la Cataluña actual, pasara de nuevo a manos españolas. Es decir, Cataluña fue independiente de España durante 18 años en los que fue parte del reino de Francia. Ojalá se hubieran quedado allí.

SALUDOS



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