miércoles, 6 de noviembre de 2013

A vueltas con cataluña

Suplemento "Crónica" del diario El Mundo del pasado domingo 3 de noviembre:
Una tal Nicolasa, sevillana de nacimiento y que llegó a Cataluña a los 6 años que aparece en la fotografía con una estelada al cuello, dice: "Es doloroso haberse convertido en independentista...." "Cataluña no tiene encaje en España. Pero de país a país les ayudaremos". Se ha hecho separatista (a pesar del dolor que le produce) porque "no existe ya la democracia ni los derechos sociales".
Y digo yo, que si tanto le duele porque se ha hecho separatista-independentista, sobre todo si también afirma que "tendremos triple nacionalidad: catalana, española y europea". ¿Realmente sabe lo que quiere y lo que dice?. ¿Querrán el resto de españoles, caso de independizarse Cataluña, que los catalanes sigan siendo españoles?, ¿o es que sólo con quererlo los catalanes basta? (como siempre han pretendido y muchas veces logrado). ¿Se puede tener la nacionalidad europea si Europa, mejor dicho la Unión Europea, no es una nación?
Cuando dice que Cataluña no tiene encaje en España y que de país a país les ayudaremos supongo que esta ofreciendo ayuda de una Cataluña presuntamente independiente para que España no se hunda y por ello le estoy muy agradecido. ¿Qué iba a ser de los españoles sin la ayuda de los catalanes? Seguramente no duraríamos un suspiro.
No se si se habrá planteado que, tal y como se está desarrollando la política en Cataluña en los últimos años (últimos 30 años pongamos por caso), la democracia y los derechos sociales donde no existen es en "su tierra" donde, desde el mangoneo de los Pujol hasta el mangoneo de Más (al fin y al cabo su sucesor) y con un breve paréntesis liderado por los soplagaitas del PSC, sólo se han dedicado a mirarse el ombligo y a considerarse el centro del mundo (o de la nación española), la tierra y las personas a las que había que había que rendir pleitesía desde el resto de España, pues España sin Cataluña es nada.
Derechos sociales les sobran en Cataluña: las farmacias no cobran, las residencias cierran, la sanidad recorta ... Y todo ello es porque Madrid (Madrit, en català) no les trata económicamente como ellos querrían ser tratados, es decir, como lo fueron junto al país Vasco en época de Franco. Bájense los sueldos (el alcalde de Barcelona es el político que más cobra de España), cierren su "embaixadas", devuelvan las mordidas y los derechos sociales volverán a ser lo que eran en Cataluña salvo, eso sí, el derecho a estudiar en español.
Nicolasa no está sola. En el mismo reportaje  aparecen varios neo-independentistas nacidos fuera del paraíso catalán que, como San Pablo camino de Damasco, han visto la luz y han transmutado sus ideas y sentimientos.
Definitivamente estamos tontos.

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