miércoles, 14 de enero de 2015

LA CIGARRA Y LA HORMIGA

El otro día os hablaba de "galgos y podencos" y hoy os voy a hablar de otra fábula famosa, esa de que la cigarra se tocaba las narices y solo se dedicaba a cantar en verano mientras la hormiga acumulaba comida para el crudo invierno y cuando llegó el invierno la cigarra le pidió a la hormiga que compartiera con ella su despensa y ésta le dijo que "nanai de la China". Fin.
Para que ´hoy aprendáis algo más, os diré que los "nanai" son una etnia muy minoritaria que habita parte de Rusia (unos 12.000 individuos) y China (unos 6.000 individuos), por allí por la Siberia.
De su escasez como etnia viene la famosa expresión que equivale a "nada de nada". Debe ser porque su población china, comparada con los mas de 1.300 millones de chinos es exactamente eso. Más o menos como los catalanes en el contexto mundial, a pesar de que éstos se crean Mas listos y Mas guapos. Jejeje.
Por cierto, hay una película  del japonés Akira Kurosawa que narra la amistad entre un explorador ruso y un nanai, su título es "Dersu Uzala" y tuvo un Oscar en 1975. Recuerdo haberla visto hace mucho tiempo por lo que no sé si recomendárosla.

Bueno, ¿y a qué viene esto?. Pues muy sencillo, viene a colación de una entrevista que leí el otro día en la prensa en la que una señora de mediana edad (cuarenta y tantos) contaba su vida y sus desgracias actuales. Casada y con dos hijos (o hijas) una de ellas de apenas 4 años, se lamentaba de lo mal que la había tratado la vida. Su marido se dedicaba a la construcción y en la época de bonanza estaban forrados. Vivían en una casa de campo -"un castillo" lo llama ella- de 700 metros cuadrados en una finca de 50.000 metros. Tenían tres cochazos y todas las comodidades y caprichos posibles. No les faltaba de nada. Pero con la crisis su "castillo" de naipes se vino abajo y les pasó como al santo Job de la parábola bíblica (el famoso por su paciencia), que de ser un potentado pasó a ser un indigente. Job, resignado como buen cristiano decía: "Dios me lo dió y Dios me lo quitó, alabado sea Dios" (esto lo estudiaba yo de pequeño aunque a muchos de los dos o tres lectores que tengo a lo mejor le suene a chino).
Pero esta señora no se resigna. Ahora que no tiene ni para pagar el alquiler y ha de vivir de la misericordia y caridad ajena es todavía incapaz de reconocer que vivió (vivieron) muy por encima de sus posibilidades. El dinero entraba a espuertas (o en bolsas de basura, como en el caso de Cachuli y la Pantoja) y se gastaba a paladas porque nadie podía adivinar que el futuro se tornaría gris oscuro, incluso negro. Dispendios a todo trapo, casones, cochazos, los mejores electrodomésticos, móviles, tabletas, los mejores juguetes (o más bien los más caros) para los hijos y resto de la familia,... Cantaban, como la cigarra, mientras otros, los hormigas, es decir, los que estábamos sujetos a un sueldo fijo que cada día valía menos porque todos los precios, especialmente el de la vivienda con el que nos estafaban los constructores, es decir, también el marido de esa señora, subían y subían y subían. Aun así, recortábamos gasto e incluso ahorrábamos: recorte en las vacaciones o gastos más o menos superfluos, unos eurillos a un plan de pensiones, una cartillita de ahorros, ... En fín, ¡qué os voy a contar!.
La vida, antes de 2007/2008 era así en España. Jóvenes y medianos, casi analfabetos y mal educados (en casi todos los sentidos) que sabían poner ladrillos o grifos o enchufes y otros de su misma calaña que compraban y vendían terrenos y fincas en una euforia desbordada porque parecía que el terreno y los pisos se iban a acabar, se hicieron de oro. Manejaban unos móviles que, ocho años después de la crisis yo aún no me puedo comprar; el más tonto tenía un todoterreno, un BMW o un Mercedes aunque, en algunos casos, tuneado a "lo macarra". Todo era gasto y diversión. Gente que no sabía hasta hace unos años qué era una gamba ahora comía langosta día sí y día no. Esto parecía el acabóse. Y efectivamente, lo fue. Porque acabóse todo eso y tuvieron que devolver (cuando no les embargaron) coches, motos, casas y demás, y volvieron a ser lo que eran antes de la burbuja, unos trabajadores manuales no cualificados, ahora sin trabajo y sin visos de encontrarlo en un periodo largo de tiempo.
Y empezaron a quejarse de la suerte que tenían, por ejemplo, los funcionarios que tenían un trabajo y un sueldo fijo. Indigno, pero fijo, habría que matizar. Y con ese sueldo, bastante recortado por la administración, los funcionarios y otros asalariados han pasado la crisis, como pasaron antes la precrisis y pasarán la postcrisis. Qué suerte la suya que no les echan y que cobran cada mes. Qué suerte que la hormiga tiene el granero lleno para el invierno, mientras la pobre cigarra no tiene para comer.
De suerte nada. Porque lo que remata la entrevista a la señora cigarra cuya vida os contaba es que, al final de la misma dice que si algo ha aprendido de su situación es que hay que disfrutar el presente, el día a día, como si no hubiera futuro. Pero, pedazo de imbécil, ¿que has hecho sino eso durante toda tu vida?. ¿Quieres decir que volverías a hacer lo mismo?. ¿Y si, contradiciendo al movimiento "punk" y su "no future", el futuro sí existe?. Pues con tu pan te lo comas porque a mí no me das lástima.

Amigos, no entiendo nada y lo poco que creo entender me lleva a la convicción de que muchos, muchísimos humanos están, cuando no lo son, realmente tontos y confirman el título genérico de este blog.
"El sabio puede cambiar de opinión. El necio nunca" (Immanuel Kant, filósofo).

Luego está lo mismo pero aplicado a mayor escala. Por ejemplo el caso de Grecia (y de España, y de Portugal y de Irlanda y de Italia...). No se sabéis que a los países del sur de Europa, a los mediterráneos, se nos conoce como PIGS, que en inglés significa "cerdos". Esta palabra viene de las iniciales de Portugal, Italy, Greece y Spain. Posteriormente se añadió otra I, de Ireland, con los que ahora somos PIIGS, o sea, "ceerdos", con más recochineo, valga la redundancia. Somos un grupo de países caracterizado por ser de los más pobres de la Unión y, por tanto, los que más problemas económicos (deuda, PIB, paro, oportunidad de inversión,...) tenemos. Siempre hemos sido tratados con displicencia (desdén, indiferencia) por nuestros vecinos del norte y hemos sido puestos como ejemplo, reiteradamente, de lo que no se debe hacer en el terreno macroeconómico. Y con razón.
 Los PIIGS nunca han sido ricos como lo demuestra la cantidad de emigrantes que han salido de ellos. Sus tierras, secano puro, son, en muchos casos, incultivables sin subvenciones. Su industria se encuentra a años luz de los países destacados como Alemania, Holanda, Francia, Reino Unido, Suecia,..., es decir, de casi todos aquellos ubicados más al norte de los Pirineos y los Alpes y más al oeste del río Oder que separa Alemania de Polonia. Sólo nuestra vieja historia, nuestros monumentos, nuestro sol, nuestro mar, nuestro vino, nuestra comida y poco más han conseguido que, dedicándonos al turismo y a otros tipo de servicios (además de recibiendo remesas de dinero de los emigrados tanto a Europa como a América) no hayamos perdido el carro de la abundancia que recorre la  Europa central y del norte desde hace muchos años.
Irlanda siempre ha sido un país pobre. A mediados del siglo XIX sufrió una gran hambruna a causa de una enfermedad epidémica que destruyó las plantas del alimento más consumido, la patata, lo que originó unas perdidas humanas cifradas en más de dos millones. Los supervivientes emigraron en gran número, básicamente a EEUU, donde se dedicaron preferentemente a la función policial. Irlanda se independizó del Reino Unido en 1922, básicamente por motivos religiosos (los irlandeses son fervientes y rancios católicos y el resto del Reino Unido es anglicano) y su economía, antes y después de esa fecha, siempre ha sido muy precaria al estar basada ampliamente en la agricultura en un sistema de propiedad de tierras que beneficia a los grandes terratenientes.
Si descontamos pues a Irlanda por sus propias peculiaridades, los auténticos PIGS siempre han sido los hermanos pobres de Europa occidental. Será el calor, porque cuanto más al sur menos ganas de currar hay. Será nuestro carácter mediterráneo y/o latino. Será nuestra religión no luterana. Será nuestra peculiar indolencia. Será que hemos vivido muchos años bajo el dominio de dictaduras militares, Será..., qué se yo lo que será, pero la cuestión es que somos pobres. Repito, SOMOS POBRES. Los italianos también, a pesar de su arrogante fatuidad y de que, seguramente son los menos pobres de los cuatro. Y a pesar de ello, llevamos mucho tiempo viviendo como ricos.
El ingreso en la Unión Europea  supuso la inyección de una enorme masa de dinero para los países más desfavorecidos. Existía un fondo común que se repartía en función de las necesidades de cada miembros y los PIGS éramos receptores netos de dinero hasta que se procedió a la gradual ampliación de la Unión. Cuando los países que la componían eran doce tocábamos a mucho porque todos eran más ricos que nosotros, pero ahora que somos 25 nos hemos convertido en paganos porque la mayoría de los nuevos ingresos son más pobres (sobre el papel) que nosotros. Ahora reciben los fondos europeos Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Bulgaria, Chipre....Pero hemos seguido viviendo al ritmo de tiempos pasados, cuando la economía europea, incluso la nacional, atravesaba buenos tiempos. No supimos ahorrar, ni invertir, ni dedicar esos fondos a cosas productivas de cara al futuro y ahora nos vemos pagando los peajes de la intervención por parte de los llamados "hombres de negro" de la "Troika" (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) que es la que decide a quién, por qué, cómo y cuánto se aporta a los países en bancarrota. Para ello ponen sus condiciones y, por ello, son ampliamente criticados por las fuerzas izquierdosas de esos países ayudados. Pero el que da el dinero, amigo, es el que pone las condiciones. Siempre ha sido así. Todos los males parecen venir de la troika cuando en realidad no hace sino lo que haría cualquiera que prestara dinero: cuidar de que aquel a quien se lo presta haga sus deberes para poder devolverlo con garantía.
Pues resulta que en Grecia (cuna del conocimiento y saber occidental y origen de la democracia) parece que en las próximas elecciones generales, a celebrar el 25 de enero próximo, va a ganar Syriza, un partido de orientación claramente comunista, al estilo de Podemos. Y que este partido mantiene que la deuda no se ha de pagar. O, al menos, no toda. Buscan una quita, es decir, que la deuda les sea sensiblemente rebajada y que le sean perdonados los intereses, cosa a la que los principales aportadores de dinero, encabezados por la Alemania de Merkel, se niegan (por cierto que España les tiene prestados a los griegos, si no recuerdo mal, unos 25.000 millones de euros). Y por ello son los malos de la película, los que impiden a Grecia (o Portugal o España) seguir siendo como hasta ahora ha sido, es decir, un desastre.
Me gusta leer periódicos y muchas veces me gustan centrarme en los artículos de los más extremistas, por la derecha y por la izquierda. Creo que los de derechas son más políticamente incorrectos porque dicen muchas verdades que deberían escocer, pero como son de derechas (ya sabéis: franquistas, fascistas, nazis,...) nadie les hace caso. Carlos Cuesta es un articulista de economía y política, tertuliano de televisiones rancias como 13TV e Intereconomía, pero que conoce el percal. Por eso os dejo, para acabar este blog, con un artículo que publicó en la sección dominical de economía de El Mundo, para que veáis que es lo que hay. El artículo se titula "¿Pobre Grecia?".

Año 2010. Grecia pide el rescate internacional tras dirigirse su deuda pública al 140% del PIB. Son unos cuantos los que lanzan ya esa tesis comodín de que la malvada Europa, la diabólica Merkel, se ceban con la pobre Grecia. Que es el mercado y los especuladores los que han arruinado al pueblo. El mismo 2010 en el que tras revisar los enviados internacionales las primeras cuentas públicas descubren que en el principal hospital público de Atenas hay 45 jardineros contratados para regar cuatro arbustos (lo de cuatro no es exageración). Que hay 40.000 señoritas que reciben una pensión vitalicia de 1.000 euros mensuales por ser hijas solteras de funcionarios fallecidos. Que hay 50 conductores públicos para un solo coche oficial. Que los marcapasos de los hospitales griegos se adquieren a un precio 400 veces superior al que pagan los hospitales británicos. Que hay 600 categorías profesionales que permiten jubilarse a los 50 ó 55 años con pensión pública -profesiones de tanto riesgo como peluquero, músico de flauta o presentador de televisión-. O que uno de cada cuatro griegos no es que defraude: es que no paga nada en impuestos.
¿Quién ha robado a Grecia? ¿Alemania? ¿Los mercados? ¿Los fondos? Grecia ha llegado solita a la actual situación. Esa Grecia que solicitó ayuda internacional con un paro inferior al 15% en 2010 pero, eso sí, una deuda pública disparatada fruto de pagar un estado del bienestar y corrupción gigantescos. Esa misma Grecia que no pestañeó mientras se jubilaba 15 años antes que los ciudadanos del resto de Europa que les pagaban el rescate. Y la misma Grecia que no sólo no quiso frenar su derroche sino que lo disparó un 60% mientras Alemania -la malvada, ya sabemos- estabilizaba el gasto real por habitante entre 1996 y 2007.
> Quienes hablan de la diabólica Troika esconden o desconocen que esa locura de país ha cerrado 2014 por primera vez -y gracias a los hombres de negro- con superávit primario. Un superávit impensable con los anteriores gestores griegos y ni qué decirles con los hipotéticos futuros de Syriza. Pero, sobre todo, pretenden enterrar el hecho económico y vital clave de la responsabilidad sobre los actos propios. Es Grecia la responsable de su derroche. Y son los demás, con Alemania a la cabeza, quienes han acudido una vez tras otra a paliar su ruina. No confundamos los términos. ¿O es que la cigarra tiene derecho a vivir eternamente a costa de la hormiga?

SALUDOS.

1 comentario:

  1. Aquí el caso de otra cigarra. Estoy verdaderamente cansado y harto (y no soy el único) de las quejas de todas estas cigarras de mierda que lejos de admitir que que ellos son responsables de su situación, se presentan ante la sociedad como ¡¿víctimas!?, echan la culpa de sus problemas al resto y pretenden que yo me solidarice con ellas y que sienta pena por su situación. ¿Por qué tengo que ayudar a esta gente que se ha cavado su propia tumba? ¿No es suficiente que tenga que sufrir las consecuencias de ser ciudadano de un país de cigarras? Las cigarras están organizando partidos políticos (tanto en Grecia como España) que lo único que defienden es seguir siendo cigarras, a costa, por supuesto, de las hormigas. ¿Hay alguna forma de que un currante medio como yo pueda poner a buen recaudo los ahorros llevándolos a Suiza? Porque el chavista Pablo Iglesias aspira a confiscarme los ahorros que he conseguido a lo largo de mi vida laboral gracias a autodisciplina y ser comedido.

    Por cierto, a ver cuando esos tipos de Podemos que dicen que los ricos deben pagar más y critican la ingeniería fiscal, deciden pagar impuestos de ricos y dejar de usar la ingeniería fiscal: Pudiendo tributar al 52% sus beneficios de 450,000€ a través de IRPF, decidió tributar al 29% mediante una sociedad pantalla. Y lo ha hecho con el apoyo oficial del partido. El coletas otro tanto, con sus fundaciones y sobres en negro. ¿Destinará esos 450.000€ para comprar deuda griega? Apuesto a que no.

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