viernes, 16 de enero de 2015

CARTAS EPISTOLARES

Ya se que el título es algo redundante pero si este blog lo titulo solo "Cartas" muchos os pensaréis que vamos a jugar al mus, y si lo titulo "Epístolas" creeréis que soy san Pablo en una de sus famosas cartas dirigidas a los tesalonicenses, fenicios, efesios, gálatas,... Así que cartas epistolares para que no haya dudas.
El barón de Montesquieu escribió, a principios del siglo XVIII una novela epistolar satírica que llamó "Cartas Persas". Las cartas que hoy os voy a relatar son también satíricas, aunque no llegan al tobillo a las escritas por el francés.

La primera de ellas no la he escrito yo. Me la envió mi hermana por e-mail. Está escrita por un estudiante de Mallorca que, intentando huir del catalanismo de la universidad balear, se topó con el comunismo en la facultad de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, con Juan Carlos Monedero (uno de esos listillos de podemos) como profesor. Algunos habréis leído ya la carta, porque hice un difusión previa por correo electrónico pero, como no tiene desperdicio, he aquí el texto:

Estimado Profesor Monedero, usted no se acordará porque ya ha llovido mucho, como tampoco se acordará su compañera Bescansa, pero yo fui alumno de ustedes en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Ahora que les veo en la televisión día sí y día también, subidos a la ola de la política que siempre ejercieron en las aulas, hace hasta gracia recordar los años de universidad cuando alguien te pregunta curioso *¿Y tuviste a Monedero?*

Ahora, con mi licenciatura bajo el brazo y trabajando fuera de España, en esa misma Bruselas en la que ha acabado su compañero*Pablo Iglesias* estoy haciendo más memoria que nunca, memoria histórica que dicen, y recuerdo el jarro de agua fría que fue llegar de Mallorca a Somosaguas. Sin haber cumplido aún dieciocho años y acompañado por mi padre paseé por los pasillos de aquel edificio con pinta de *cárcel*de los años 40 lleno de pintadas anarquistas y goras a ETA. Aquellas paredes en ladrillo vivo de las que malcolgaban carteles te trasladaban a un barrio de navajeros en vez de a una Universidad que se dice puntera. Ni rastro del impresionante Rectorado cuyas fotografías destacaban en el corcho de mi instituto palmesano mientras comprobaba mis notas de selectividad. Y qué decir de La Moqueta, aquel enorme espacio muerto entre la cafetería y la biblioteca del que siempre emanaba una nube de maría poblado por veinteañeros bebiendo cerveza a las 9 de la mañana. Ahora brindan por su éxito señor Monedero.
Ahora que vuelvo a verle hago memoria y algo no me cuadra. Es usted (y sus compañeros) muy bueno en comunicación. Dan ustedes muy bien en cámara sin ser Pedro Sánchez y regatean como no lo hace ni Rajoy desde su plasma y mire usted le confieso, si no le conociera le compraba por un par de meses, como muchos dicen que estarían dispuestos a hacer, solo para hacer una buena limpieza y librarnos de Tirios y Troyanos.
*Pero como yo conocí el régimen que instauraron en la República Bolivariana de Somosaguas no les puedo creer*. Porque señor Monedero, lo que ustedes quieren hacer no es ni nuevo ni moderno, lo que ustedes quieren hacer llevan veinte años haciéndolo no en Venezuela sino mucho más cerca, en aquel pueblecito a las afueras de Madrid, su laboratorio. Aún recuerdo una clase, no era usted el profesor no se preocupe, en la que una estudiante de Erasmus francesa me comentaba indignada que durante su estancia en la Facultad *cada clase era un curso de adoctrinamiento comunista*. Yo sonreía y disimulaba porque no quería que me identificaran. Libertad de cátedra lo llaman algunos, pero usted sabe, como sé yo, que la represión no se ejerce solamente a punta de bayoneta. Y usted sabe, como sé yo, que en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, donde más debate y variedad ideológica debería haber, impera un régimen de extrema izquierda en el que *no se aceptan opiniones divergentes.* Hago memoria y recuerdo como descubría casi en la clandestinidad que algunos compañeros votaban al PP. Era como una salida del armario. No era algo fácil de confesar en la facultad. Si se enteraba el profesor era mejor mantenerse callado y no protestar cuando una clase se tornaba en un mitin del PSOE, o de IU, o de Chavez. Incluso algunos de los pocos profesores de los que se podía sospechar cierta oposición al régimen se cuidaban muy mucho de no ser descubiertos. Quién me iba a decir a mí que había esquivado esa Universidad de las Islas Baleares tomada por los catalanistas para acabar en Madrid, en la mismísima Complutense, destinado a pasar al menos un lustro en el nido de la serpiente de ultraizquierda.
Hago memoria y recuerdo lo que me decían mis propios compañeros en mi afán por atravesar los piquetes para ir a clase un día de huelga, uno de tantos, una de tantas huelgas que no compartía y que según me decían las lecturas era un derecho y no una obligación. Recuerdo que lo que me decían y no era nada amable. Pero señor Profesor, la siguiente huelga, volví a cruzar los piquetes, con la piel más curtida y la barbilla más alta. *Así durante cinco años.* Hago memoria y recuerdo los comentarios despectivos por llevar bajo el brazo El Mundo o el ABC y si al principio herían, acabé llevándolos por bandera, solo pa´joder. Recuerdo también como los
> peores ministros de exteriores eran los del PP, y como la peor política económica era la del PP o cómo no había política social si había PP, ni había medio ambiente si había PP. No había vida si había PP.  Era tal vuestra obsesión que todo aquello me hacía ser más del PP, y hoy entiendo que habría sido del Barça si ustedes hubiesen sido anti-barça, y habría sido vegetariano si ustedes hubiesen sido carnívoros, porque lo que ustedes me enseñaron en la Universidad es que tenía que ser todo aquello que ustedes no eran. Por eso Profesor Monedero, hoy tampoco soy del PP... no sé si lo pilla.
Aunque la de Políticas debería ser la facultad en la que más se debatiese. Y aunque las Ciencias Sociales destaquen porque no existe una verdad absoluta que en ciencias puras te diría que 1+1 es igual a 2, aunque sepamos que una teoría no sustituye a otra sino que dos o tres o cuatro teorías distintas coexisten e incluso se ponen en práctica a la misma vez en distintos sitios y aunque nos mientan diciendo que la universidad sirve para dotar al alumno de las herramientas suficientes como para discernir y sacar conclusiones fundamentadas, en su facultad solo existía una respuesta posible: la suya, la oficial. Lo demás suponía ser señalado, increpado o incluso agredido físicamente (que le pregunten a Rosa Díez) cuando no sometido al riesgo del suspenso, a eternizar tu paso por la universidad y ver tu futuro profesional limitado. Con esos mimbres se entiende que la discrepancia se limitase a un guiño furtivo, una temeraria palmada en el hombro bien disimulada o una imprudente salida del armario ideológica en una noche de fiesta.
Y mire usted estimado Profesor, durante mis años en la Facultad de Políticas desarrollé una inmensa simpatía por todas las minorías reprimidas pues *quienes no éramos de los suyos éramos los negros en el apartheid, los gays en Irán o los intocables en la India. Ustedes sin embargo eran los blancos, los fundamentalistas, los brahmanes que en la India eran los maestros, la casta más alta que salió de la boca de Brahmá*.
Ustedes han instaurado en la Facultad de Políticas un régimen en el que existe una casta dirigente y hegemónica, el profesorado que tiene en sus manos el futuro de los estudiantes, y una clase dominada, el alumnado, entre los cuales solo quienes piensan como los dirigentes se sienten lo suficientemente libres como para manifestarse y quienes no comulgan o bien se callan o bien se preparan para recibir los golpes.Ustedes, cuando no tenemos una sola universidad española entre las 150 mejores universidades del mundo. Ustedes que abochornan a los estudiantes extranjeros que no se creen lo que ven ni lo que oyen y que luego lo contarán en sus países para vergüenza de todos. Ustedes qué tienen que ofrecerle al país a parte de miseria intelectual y económica.
*Eso señor Monedero, cuando alguien se esconde y camufla porque la reacción del entorno es tan fuerte que sus consecuencias son inasumibles, cuando el que está abajo no se atreve a llevarle la contraria al que está arriba porque no hay garantías de que la lucha sea entre iguales, de que pueda aguantar el desafío ni afrontar los costes, eso es también represión.*Algunos otros valientes, como la estudiante francesa de intercambio, un día se levantan y le dicen al profesor lo que ningún alumno español se atreve a decirle, abandonando a continuación el aula para siempre entre risas e insultos de los propios compañeros mientras otros nos callamos y aceptamos el régimen porque en aquel momento es más lo que tienes que perder.
Eso pasaba cuando uno aún no había cumplido los veinte, pero ahora que mi futuro no está en sus manos, tengo la obligación de no callarme para evitar en la medida de lo posible que gente como usted, estimado Profesor Monedero, vuelvan a tener en sus manos el futuro de alguien.

Resultado de imagen de monedero y carmen lomanaPor cierto, no se si sabéis que Monedero tuvo una agarrada verbal con Carmen Lomana en una de esas tertulias bufas que ahora se estilan más que Gran hermano. No obstante, hubo feeling entre ambos y Lomana lo invitó a la fiesta que suele hacer cada día de reyes en su residencia para comer el roscón. Monedero acudió y, a pesar de que tuvo algún percance con alguna señora de la rancia derecha que estaba también allí presente, en general fue bien tratado y aprovechó para derrochar esa simpatía de la que parece carecer con esa cara de mustio que maneja. ¿Será un primer paso para adentrarse y adherirse a la casta? Yo no digo más, pero la noticia está en la red.

La segunda carta la he escrito yo con intención de enviarla a la mayoría de medios de comunicación (hay una web: hazteoir.org, que dice remitirla a 120 de los medios escritos más importantes de España). En ella relato un caso real que le ha pasado a mi esposa y para el que todavía está esperando una solución por parte de quien proceda o corresponda.
El primer escrito es el que he hecho de un tirón y saliéndome del alma pero como no aceptaban más de 200 palabras he tenido que resumirlo para ver si me lo publican. Solo pido eso, que lo publiquen, porque pedir soluciones es una quimera. Aunque igual los de Podemos puede.

Carta original:


Mi esposa es Directora de un Instituto de Educación Secundaria en Baleares y a los problemas típicos de las reiteradas leyes educativas (TIL, LOMCE), casi imposibles de cumplir, se le ha unido el hecho de que en varias ocasiones se  ha presentado en su centro escolar una señora, que dice ser madre de una alumna y que va ataviada con un “niqab”, la prenda que usan ciertas mujeres de religión musulmana y que deja a la vista exclusivamente los ojos de la persona que lo porta.
En la segunda visita de esta madre al centro escolar se le advirtió de que, por motivos de seguridad y de respeto a los demás, debía descubrirse el rostro, a lo que no accedió y después de tachar a los allí presentes, conserjes y profesores, de racistas llamó a la Policía Local para que fuera en su ayuda. Repitió en varias veces y elevando el tono de voz que conocía sus derechos.  La Policía Local tampoco supo cómo actuar en esa situación, así que por interés de la alumna se atendió a la señora, que sólo accedió a mostrar su cara en el despacho de dirección y ante mujeres. Pero, ¿qué pasaría si esa alumna tuviera un director, un tutor o profesor hombre? ¿Tienen éstos, por ser hombres, la obligación de atenderla con el rostro cubierto?, ¿qué derechos priman?
Preocupada por si se volvía a repetir la situación y para saber qué indicaciones dar tanto al personal docente  como no docente, mi esposa solicitó, mediante instancia por escrito, tanto a la Inspección Educativa como a la Asesoría Jurídica de la Consejería de Educación que le aclararan cómo se podía obrar en estos casos de acuerdo a lo establecido por la ley y que, además, elevaran esa solicitud a la autoridad políticamente competente para que tuvieran constancia de la problemática. En ambas instancias le contestaron verbalmente “llamándose andana” (según la RAE: “desentendiéndose de lo que es o podría ser un compromiso”) o remitiéndola a las normas de carácter interno del centro que, si bien pueden ocuparse de estos casos en lo referente a alumnos/as, no lo hacen, porque no pueden hacerlo, cuando se trata de padres, en este caso, madre de alumna. La única respuesta por escrito es un correo electrónico, remitido por el Jefe de los Servicios Jurídicos de la Consejería de Educación que, textualmente, dice: “Me preguntaste que te diese una respuesta por escrito sobre el asunto de la regulación del velo en España. Tal como te dije por teléfono no hay ninguna regulación sobre esta práctica religiosa. He encontrado esto en la prensa sobre el tema (adjunta un enlace a una página web que reproduce un artículo de La Vanguardia de abril de 2012 que se titula “España descarta una norma específica sobre el uso del velo en la escuela”). En este artículo, ante la falta de regulación de este tema en nuestro país, se pone el acento en los reglamentos de los centros educativos. Espero que la respuesta te haya resultado provechosa…”
No han entendido nada. Porque el artículo se refiere a una alumna que, en su día, tuvo problemas en un centro escolar madrileño por acudir a él con el típico velo musulmán y eso sí que se puede contemplar en los reglamentos de los centros, pero no aclara nada acerca de otras personas, como en este caso, la madre. Además, no es la forma correcta de contestar a una solicitud cursada por el cauce reglamentario.
Es muy fácil hacer demagogia con este asunto. Y precisamente por eso la voy a hacer con dos ejemplos:  ¿se imaginan que en el País Vasco se presentara en el colegio de sus hijos un señor encapuchado en base a que es un etarra y no puede descubrirse? ¿Permiten al repartidor en moto que entre con el casco puesto en algún centro oficial pese a ser, en su caso,  una herramienta de trabajo?
El pasado 17 de diciembre se produjo una masacre en un colegio paquistaní a manos de unos musulmanes descerebrados. Unos 150 muertos, la mayoría niños. Hace escasos días otros dos descerebrados mataron a 12 personas en París y otro, por libre también, hacía lo mismo con cinco personas más.
Visto que el peligro actual en cuanto a terrorismo viene de donde viene, no se puede dejar al albedrío de cada persona temas como éste. ¿Puede o no puede un funcionario impedir la entrada en un centro público a personas que dicen ser mujeres musulmanas pero que, debido a que su vestimenta impide tal comprobación, pueden ser cualquier cosa?; ¿puede una persona presentar una foto con un “niqab” para hacerse el DNI, pasaporte o tarjeta de residencia? Yo he visto permisos de conducir holandeses en los que la foto de la titular es un “burka”, que aún cubre más que el “niqab”, ya que no se ven ni los ojos. Eso respeta mucho los derechos de los musulmanes pero ¿respeta los derechos de los demás?. Cualquiera que se ponga un burka puede conducir con ese permiso, ¿es eso lo que queremos?
Arreglemos el asunto de una vez por todas y redundará en beneficio de toda la comunidad. Gracias.



Resumen remitido a los medios:


En el Instituto público del que mi esposa es directora han tenido un "roce" con la que dijo ser madre de una alumna que, vestida con "niqab" (prenda que sólo deja al descubierto los ojos), se personó en el mismo para tratar asuntos de su hija. Se le dijo que debía descubrirse, al menos la cara, por respeto a las personas con las que estaba hablando y, por supuesto, para constatar quien era. Se negó rotundamente y en voz más que alta dijo que conocía sus derechos, al tiempo que calificó a los allí presentes, conserjes y profesores, de racistas y xenófobos, mientras acababa requiriendo a la Policía. La Policía Local no supo como actuar, aunque al final la madre accedió a descubrirse en el despacho de dirección ante mujeres.
 Si el director (o jefe de estudios o tutor) hubieran sido hombres ¿qué derecho primaría? ¿el de la señora a no descubrirse, o el de los profesionales a saber con quién están hablando? ¿Tendrían que atenderle los hombres sin que descubriera su cara para poder constatar quien era realmente? Porque podía no ser una mujer.
 Los reglamentos internos de los centros no contemplan estos temas y ni desde la Inspección Educativa, ni desde la Asesoría Jurídica de la Consejería han sabido dar solución a pesar de que se pidió a ambos departamentos mediante instancia por escrito. Además en el propio escrito se solicitó que el tema se elevara a los responsables políticos superiores para que conocieran el problema y arbitraran una salida. No hay nada legislado, dijeron, y a modo de contestación enviaron, por e-mail, un artículo periodístico que hace casi tres años que no tenía que ver con este asunto. No han entendido nada. Porque el artículo se refiere a una alumna que, en su día, tuvo problemas en un centro escolar madrileño por acudir a él con el típico velo musulmán y eso sí que se puede contemplar en los reglamentos de los centros, pero no aclara nada acerca de otras personas, como en este caso, la madre. Además, no es la forma correcta de contestar a una solicitud cursada por el cauce reglamentario.
Y, mientras, en Paquistan han muerto más de un centenar de niños tras el ataque a una escuela por parte de unos musulmanes descerebrados. Y en Francia acaba de pasar otra desgracia.
Visto que el terrorismo actual viene de donde viene, ya va siendo hora de que los políticos de turno, o los que vengan después, se tomen este tema en serio. A ver si "Podemos" de una vez por todas legislar sobre esta materia en beneficio de toda la sociedad. Derechos y respeto sí, pero no sólo para estas mujeres, también para los que, no siendo de su misma religión, tienen que convivir con ellas y quieren saber con quienes tratan.


Y esto es todo, amigos. De momento, porque temas nunca faltan.

SALUDOS


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