miércoles, 21 de enero de 2015

C'EST QUE JE SUIS CHARLIE?

Yo, como Luis Buñuel, "soy ateo, gracias a Dios" y por eso los temas de religión me preocupan poco. Salvo que haya muertos. Aun así, he dejado pasar unos días, para poder hablar con más frialdad, pero con mi sinceridad de siempre, de las muertes que tres descerebrados musulmanes causaron en Francia hace dos semanas.
De joven, de muy joven, ya leía algunas veces, de tapadillo, la revista "La Codorniz" ("la revista más audaz para el lector más inteligente"), fundada por el cachondo de Miguel Mihura en 1941 y clausurada en 1978. Este semanario de humor tuvo grandes colaboradores y, dentro de lo que cabía en aquella época, era un buen antídoto contra el régimen de Franco, mucho más duro que el régimen Dukan, el de la alcachofa y, sobre todo, el del cucurucho. Un 28 de diciembre, día de los inocentes, la publicación consistió en una portada en que se veía un tren entrando en un túnel con la leyenda "el tren entra en el túnel". Todas las páginas del interior eran totalmente negras y en la última se veía al tren salir del túnel con la leyenda "el tren saliendo del túnel". Por supuesto fue censurada.
Alvaro de la Iglesia, otro cachondo que fue director del semanario, realizó una viñeta que, según dicen, nunca se llegó a publicar, que decía "Bombín es a bombón como cojín es a equis. Me importa tres equis que nos secuestren la edición".
Despues de "La Codorniz" vinieron otras revistas satíricas: "El Papus", "Hermano Lobo" y "Por favor", todas ellas ya desaparecidas y de las que me quedo con "Hermano Lobo". Digno sucesor de todas ellas fue "El Jueves" ("La revista que sale los miércoles"), creada a finales de los 70, de la que he sido irredento lector hasta hace bien poco y que de vez en cuando ojeo si mi ahijado compra alguna y la deja a la vista.


Ahora, después de los muertos franceses, sobre todo los de la revista "Charlie Hebdo" (CH), a todo el mundo político occidental, también en España, se le llena la boca con las palabras "libertad de expresión" como derecho sagrado del hombre libre, pero hemos de recordar que gobernando los socialistas con ZP a la cabeza (aunque mejor debería decir, "desgobernando") el Fiscal general del estado, Cándido Conde-Pumpido, del que ya os hablé el otro día como ejemplo de sicario con el gobierno que le nombró, ordenó secuestrar una edición de "El Jueves" que salió poco después de que Zapatético instaurara el cheque bebé de 2.500 euros para los matrimonios que tuvieran un hijo. En la portada de la revista, como véis, salía el entonces príncipe Felipito "tirándose" a la Leti mientras le decía: "¿Te das cuenta? Si te quedas preñada ...¡esto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida!". Como os digo, la edición fue secuestrada por la Sicaría (digo, Fiscalía) en un país donde gobernaba "la izquierda", se supone que porque no querían molestar a la monarquía. Esa monarquía que se tiraba a Corina, que mataba elefantes en África, que vivía a "cuerpo de Rey" a costa de todos los españoles. ¡Viva la libertad de expresión!, pero en Francia, claro.
La cosa con los musulmanes viene de lejos, más o menos desde que Salman Rushdie, iraní autodesterrado al Reino unido, publicó "Los versos satánicos", un libro en el que daba mucha caña al islam y que le valió que el ayatollah Jomeini, el fanático que dirigía en aquella época (1989) los destinos de su país de nacimiento, considerara al libro "blasfemo contra el Islam" y a su autor como apóstata, poniendo precio (3 millones de dólares) a la cabeza del escritor que, gracias a Dios, o gracias a Alá, aún vive.
Con la cosa más o menos tranquila, en 2005 un periódico danés (Jyllands-Posten) publicó doce caricaturas de Mahoma, defendiendo la libertad de expresión, que fueron posteriormente reproducidas en varios medios alemanes, noruegos y sobre topdo franceses. En Francia, por ejemplo, el periódico "France Soir", uno de los de mayor tirada, la publicó junto a otras caricaturas alusivas a las principales religiones mundiales en defensa de la libertad de expresión y del derecho que tiene la sociedad a blasfemar.
En Estados unidos, el país de todas las libertades,  ningún medio se atrevió a publicarlas. Dicen que por respeto a los sentimientos religiosos aunque más bien pudiera ser por miedo a un nuevo 11-S que, recordemos, había ocurrido en 2011.
"Charlie Hebdo" (CH) fue la única publicación que continuó en la línea de hacer humor de las religiones, de todas, porque si los musulmanes se quejan del tratamiento que se da a Mahoma, más podrían quejarse los cristianos, católicos concretamente, del tratamiento que ha dado, por ejemplo, a los casos de pederastia en la iglesia romana.
Y cuanto más se quejaban los musulmanes, más caña por parte de CH siempre bajo el "amparo" de la libertad de expresión y del laicismo del estado francés. Nada, ni nadie ha escapado a sus críticas religiosas. Los judíos tampoco.
Y ahora viene la pregunta: ¿se puede hacer mofa de los sentimientos religiosos amparándose en la libertad de expresión?. Respuestas hay para todos los gustos. Los que están a favor hacen que prime esa libertad sobre otras muchas cosas. Los que están en contra hacen que "sus" creencias estén por encima de todo, incluso de las libertades ajenas. Otros, como hemos visto en un país mayoritariamente católico como es España, piensan que se puede satirizar los sentimientos católicos en base a la libertad de expresión, pero no los monárquicos. Y eso ¿por qué? A mí particularmente me merece más respeto un creyente que un monárquico, sobre todo si la monarquía es la borbónica española, nefasta para este país desde que se instauró (con alguna excepción notable como Carlos III, sí, el del coñac).
Mi ateísmo me lleva a  un planteamiento dual. Por un lado me importa un pepino que puedan criticar o hacer bromas sobre Cristo, la Virgen o cualquier otra figura cristiana católica ( de hecho, hay tantos chistes -incluso estupendas películas como "La vida de Brian"- sobre estas figuras que se podría elaborar una enciclopedia con ellos) y, con más razón aún, me importa menos que un pepino las que se puedan hacer a Brahma, Buda, Yaveh, Mahoma o Alá. Pero, por otra parte, como persona educada en una familia de creyentes, sé que esas parodias, chistes, sátiras y dibujos, pueden resultar ofensivas para todos aquellos que tienen esa fe que a mí me falta. No obstante, estoy convencido de que ninguno de los creyentes que yo conozco mataría por ellas, así que, a pesar de lo que dijo el otro día el papa Francisco ("si alguien insulta a mi madre le espera un puñetazo..."), ahí está el "quid" de la cuestión.  ¿Quien mata por una caricatura o un chiste de un profeta o de cualquier otro símbolo religioso? Y también está la respuesta: los musulmanes.

En muchos países, incluso del primer mundo, la blasfemia, en su acepción de injuria religiosa, está castigada penalmente. En la España actual no existe, tal delito, pero el Código penal vigente, en su artículo 52,  impone una pena de multa a "quienes ofendan los sentimientos de los miembros de una entidad religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente a  quienes los profesas o practican (...)", aplicándose la misma pena a los que "hagan públicamente escarnio, de palabra o por escrito, de quienes no profesan religión o creencia alguna". La existencia de un delito específico de blasfemia  viene determinada por los límites que el legislador establece para la libertad de expresión. pero, en nuestro país, a pesar de la no existencia del "delito de blasfemia" como tal, el artículo 525 establece un "delito de escarnio" que, en la práctica, podría ser aplicado perfectamente a hechos como los que nos ocupan. De hecho, en cantautor español Javier Krahe fue juzgado en el año 2012 por una película casera grabada hace más de 30 años en la que se cocinaba un crucifijo. La causa fue archivada porque, según el juez, se trataba del legítimo ejercicio de una expresión artística que, con un componente burlesco, hacía una crítica del fenómeno religioso en nuestra sociedad  y, si bien existía un inequívoco sentido satírico, provocador y crítico, no había intención de ofender.Todo esto que os acabo de contar no nos aclara nada. ¿Cuándo hay intención de ofender? ¿Cómo sabe el juez que no la hay? ¿Depende de que el juez sea creyente que el caso prospere o no? ¿Realmente la libertad de expresión ampara todo?. Cada uno que se conteste lo que quiera, que yo sigo a lo mío.

Dicen que el Corán prohibe las representaciones gráficas, no ya de Alá y del profeta Mahoma, sino de todo tipo de seres vivos. ¡Mentira! Dicen que la observación ortodoxa del Corán implica la total sumisión de la mujer al hombre. ¡Mentira!. Lo del velo, lo de las 70 (ó 72) vírgenes para los que mueran haciendo la guerra santa ("yihad") todo es ¡mentira!. No diré yo, como algunos (Luis María Ansón), que "el islam es una religión espiritualizada y profunda que predica la paz y la concordia y que nada tiene que ver con la actividad de los fundamentalistas y su abominable aliento terrorista y violento". No lo diré porque eso es también mentira. Lo único que yo veo de cierto en todo esto es que los musulmanes matan para imponer, no ya una religión, sino un sistema de vida global, un sistema de vida que abarca todo, absolutamente todo, sobre el ser humano.
Cristo, tenido por un profeta más por los musulmanes, dijo que hay que "dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", lo cual no significa otra cosa que los asuntos materiales y espiritulaes de la humanidad deben estar separados completamente y que ni el poder terrenal puede inmiscuirse en la Iglesia ni ésta en aquél. Claro que durante muchísimos años los propios católicos hcieron oídos sordos a esta frase. Las incontables guerras de religión promovidas por los reyes y otros señores con poder terrenal y las promovidas por la Iglesia para conquistar estados y disponer de poder más allá de lo espiritual son un claro ejemplo de ello. Pero, por suerte, eso ocurrió hace muchos años y el advenimiento de un mundo realmente moderno, civilizado, ilustrado y culto permitió a los estados cristianos occidentales olvidarse de esas guerras religiosas.
No ha ocurrido así en el Islam. Según su calendario están en lo que para nosotros sería la Edad Media (en el año 1436 según sus cuentas) y, según parece, actúan en consonancia con esa época. Pueden ser 1.500 millones de fieles pero no por eso su religión ha de ser la única y verdadera como pretenden al tachar al resto de los no practicantes de infieles. Eso no les autoriza a matar en nombre de su dios con el objetivo de convertir o acabar con los 5.600 millones de infieles, ni les autoriza a matar a aquellos que, según dicen, ofenden su religión a través de caricaturas y chistes más o menos fuertes. Porque esas sátiras dibujadas, escritas u orales no hacen más que reflejar, en clave de humor (a veces un poco negro), lo que está sucediendo en el mundo, en "su mundo", en el que quieren imponernos al resto por la fuerza, matando, degollando, tiroteando, raptando y abusando de mujeres jóvenes que acaban convertidas en pura mercancía sexual, atacando a los únicos que se preocupan por los desfavorecidos de los lugares más pobres, es decir, a las ONGs laicas y a organizaciones religiosas cristianas,...
Esas cosas las están haciendo en este planeta y en este momento un grupo de fanáticos musulmanes. No un grupo de judíos, ni de budistas, ni de hare krishnas, ni de sintoístas, ni de rastafaris.... Eso, seguramente, quiere decir algo y la conclusión que yo saco es que si el libro sagrado que rige una religión puede ser interpretado de tan salvaje manera que no se respete ni al que profesa esa misma fe de manera íntima y pacífica, al tiempo que lleva a ordenar matar a los que, ejerciendo su libertad -lo más sagrado del ser humano- no piensan como tú, no practican tu religión o no acomodan su modo de vida global a lo que ese libro establece, por muchos miles de millones de seguidores que tenga, tanto el libro como la religión a la que da base son una mierda.
Porque son muchos, sí, pero muy cobardes. Y además divididos en mil y una facciones, en multitud de  maneras de entender el Corán (sunnies, chiies, wahabistas, ...). También son, mayoritariamente, incultos, analfabetos totales o funcionales, mentes simples, pobres de espíritu y de materia que no tienen otra cosa a la que agarrarse que a lo que predican sus imanes en las mezquitas y otros centros de reunión, cosa que aprovechan los de siempre, los listos y poderosos, para lavarles el cerebro y encaminarlos a la "yihad" patrocinada, por si fuera poco, por países en los que gobiernan (despóticamente, por supuesto) "hermanos" de nuestro anterior rey (al que si no le bastan estos "hermanos", ahora le salen hijos por todos lados).
Muchos países de oriente próximo, pero principalmente Arabia Saudí, los Emiratos Árabes, Qatar, Oman, Kuwait, ..., son los que financian a estos descerebrados extremistas y a los que los forman para convertirlos en terroristas puros y duros. Al tiempo, también financian equipos de fútbol y competiciones deportivas de todo tipo, lo que constituye la otra cara de la misma moneda, intentando así congraciarse y resultar atractivos y simpáticos al resto del mundo.
Los cristianos son bastante más numerosos que los musulmanes. Se calcula que entre 2.000 y 2.500 millones de personas profesan el cristianismo en sus múltiples y diversas variantes: católicos, anglicanos, protestantes, evangelistas,... Pero ninguna de esas variantes tiene como objetivo liquidar a las otras y, mucho menos, liquidar al resto del mundo porque no profesan su fe. Y no es que la Biblia no de razones para liarse a hostias (eso, sí, después de poner la otra mejilla), pero lo fieles que siguen cualquiera de las versiones cristianas son bastante más civilizados, en todos los sentidos, que los seguidores del Islam. Los cristianos europeos (católicos, luteranos y anglicanos) han protagonizado, como ya he dicho, muchas guerras religiosas pero, en la actualidad, no cabe en la cabeza de nadie que en las distintos templos los sacerdotes o pastores se dediquen a fomentar y a formar a monaguillos suicidas. Y no porque algunos retrógrados no lo quieran, sino simplemente por sentido común. Ese sentido (más importante que la vista. el oído, el olfato. el gusto y el tacto), que tanto falta entre la feligresía islámica.
También las religiones orientales (hinduismo, budismo, taoismo, confucionismo, ...) congregan entre todas más seguidores que el Islam, incluso que el cristianismo, y ninguna de ellas dice que haya que degollar a nadie, ni lapidar, ni cortar manos, ni matar por pecar, ..., porque los ámbitos religioso y civil están, más o menos, separados. Solo los hindúes han tenido problemas de guerras religiosas en el último siglo, pero fue precisamente porque la minoría musulmana (como siempre) la propició. De estas luchas surgió Paquistán, constituida como república islámica en 1956, y que aún tiene contenciosos fronterizos y religiosos con India.

No seré yo tan radical como Sostres en sus artículos, donde textualmente afirma: "El islamismo es terrorismo y en muchas mezquitas se predica la destrucción de occidente", pero sí que suscribo su siguiente frases: "Si tan distintos se sienten algunos musulmanes de sus hermanos asesinos, que lo digan, que den la cara (...) que se pongan de pie y salgan a la calle, que digan sus nombres y muestren su respeto y su compromiso con nuestro modo de vida libre".

Resultado de imagen de agustin peryEn el mismo sentido, dice también otro columista (Agustín Pery):(...) creo que el catolicismo se ha modernizado infinitamente más que el Islam. Nada hay que pueda explicar que un tribunal eclesiástico tenga preeminencia sobre uno civil; mucho menos que un minarete dictamine cómo deben convivir sus feligreses, tampoco que sea un libro, por sagrado que sea, lo que decrete la bondad o maldad de los hombres. Jamás una fe puede imponer su verdad acogotando, masacrando o vejando a aquellos que no la profesan. Eso, guste o no, ocurre con el Islam. Y seguirá sin avanzar, sin adaptarse a los tiempos mientras se utilice el Corán como coartada para imponer un régimen totalitario; mientras se pretenda que una sociedad que respeta la espiritualidad ajena acate que las creencias contamine el "modus vivendi". 
No, no es la laica Europa la que peca sino el Islam quien debe expulsar a sus diablos, condenarlos al fuego eterno, dejar su ensoñación de huríes para mandarlos al más hediondo de los infiernos. Es su mierda, sangrienta y pestilente, la que deben limpiar. Son sus imames, sus clérigos los que tienen que dar un paso al frente porque son sus hijos descarriados los que deberían acabar apiolados por las "fatwas" de sus pastores y no unos pobres caricaturistas a quienes se podrá censurar el gusto pero no quitar la vida por caricaturizar a un hombre, Mahoma, como aquí dibujamos a un Dios, Jesús, sin tanto engolamiento.

Y así, tantos otros que se dan cuenta de que la Alianza de civilizaciones inventada por el esperpéntico ZP y por el dictador turco Erdogan, es una filfa, una burda campaña de manipulación para convertir en enemigos a aquellos que piensan (pensamos) que el islam tiene una muy difícil cabida en la sociedad occidental, una sociedad mayoritariamente laica, democrática, respetuosa con los derechos universales, con la libertad e, incluso, con la igualdad de derechos de la mujer, algo que nunca se conseguirá en la religión de Mahoma.
ZP dijo hace años, cuando lo del invento ese de la alianza que la libertad de expresión era una de las piedras angulares de nuestros sistemas democráticos y que nunca íbamos a renunciar a ella. También dijo, a continuación, que no existen derechos sin responsabilidad y sin respeto por las sensibilidades diferentes, por lo que la publicación de viñetas ofensivas para con el islam puede ser legal, pero debería ser rechazada desde el punto de vista moral y político. Lo que no llega a dejar claro es si dentro del rechazo moral y político cabe la matanza de los autores. La corrección política de ZP es una gilipollez como la copa de un pino. Si quieren responder a chistes o caricaturas que lo hagan de la misma forma, o mediante la excomunión o la declaración de personas no gratas. Lo que no se puede hacer es que, por intentar quedar bien con una civilización, la musulmana, que no es la nuestra se empleen medias tintas porque con sus expresiones está dando pie, incluso alas, a que se produzca un castigo desmesurado por esas ofensas, un castigo en forma de cuchillo de degollar, de goma 2 o de plomo de 9 mm. Parabellum.
Si con las muertes en Francia a manos de los extremistas musulmanes hay que buscar una derrota ésta debería ser, según Sánchez Dragó, la del multiculturalismo, el garantismo y la filosofía de esa patochada que fue la Alianza de Civilizaciones. A lo mejor, como anticipó el filósofo Spengler en contra de lo que sostienen numerosos sociólogos y antropólogos,  va a resultar que las culturas no son porosas y, (¡atención a este diferencia de matiz!), aunque se pueden mezclar (juntar, unir, incorporar algo con otra cosa, confundiéndose), no se se pueden combinar (unir cosas diversas de manera que formen un compuesto o agregado). Sobre todo si una de las partes, los musulmanes (o los gitanos), no quiere.

El yihadismo ha llegado a nuestro mundo con intención de quedarse y eso debería preocuparnos porque, como decía el filósofo y científico francés Blas Pascal, "los hombres nunca hacen el mal tan completa y alegremente como cuando lo hacen por convicción religiosa".

Este blog se me ha ido de las manos y es, lo sé, excesivamente largo, pero aún no he acabado. En el próximo seguiré hablando de este tema así que, si éste os ha gustado a los dos o tres que me leéis habitualmente, esperad al próximo que también promete ser bueno.



SALUDOS

No hay comentarios:

Publicar un comentario