viernes, 12 de diciembre de 2014

PUES ALGUNOS SÍ

El título del blog de hoy es una respuesta a la pregunta que, genéricamente, constituye el principal tema de escritura de todo lo que os voy contando en "¿estamos tontos, o que?". Este título lo adopté al darme cuenta de que, machaconamente, a cada segundo, minuto y hora de nuestras vidas están (¿quiénes?) rodeándonos y bombardeándonos con mentiras con la intención de convencernos de su veracidad y, de esta manera, adormilar nuestras conciencias, esperanzas y espíritu de lucha para adocenarnos (volver a alguien mediocre o vulgar, R.A.E.) y manejarnos a su antojo. En cualquier caso, lo grave no es esta intentona, que va implícita en cualquier tipo de liderazgo, democrático o no, sino que mucha, muchísima, demasiada gente se las acaba creyendo o las asume finalmente, a pesar de ser conscientes de su falsedad, con tal de no significarse y destacar de entre el rebaño.
El engaño, o al menos la tentativa, es constante, perpetuo y perenne. Ya desde Adán y Eva con la serpiente se vendía humo en el Edén y eso que sólo eran dos los habitantes. "Comed la fruta del árbol de la ciencia del bien y del mal y tendréis todo el conocimiento y sabiduría...", o algo así le dijo la culebra a Eva, y ésta comió y le dio de comer a Adán, demostrando que, desde el principio de los tiempos, los hombres siempre hemos hecho lo que nos piden/ordenan las mujeres, y así, por una puta manzana, se nos acabó el chollo del paraíso antes de poder ni siquiera empezar a disfrutarlo. Luego ya se lió todo, con Caín matando a Abel, demostrando así que la maldad y el odio, el crimen, están presentes en la vida humana, como algo innato, desde el nacimiento. Y la tontuna también, porque mira que perderlo todo por una manzana ....
Para los que seáis un poco (o muy) descreídos, como yo, este ejemplo no será suficiente pero hemos de pensar que, en cierta forma, la evolución de las especies también se hizo a base de engaños y mentiras intentando así que sólo sobrevivieran los que parecían más preparados, los listillos.

La cuestión de hoy es que, después de leer ciertas noticias, mis suposiciones de que hay tontos a mansalva se ven cumplidas. Os pondré varios ejemplos:

Paul Rosolie, "aventurero" de Discovery Channel intenta dejarse comer vivo por una anaconda con el objetivo de llamar la atención sobre la crisis ecológica que amenaza la Amazonía por los estragos de la minería, la tala ilegal y la rápida deforestación. El objetivo es muy loable, pero hay que ser gilipollas ... En principio quiso que la serpiente (otra serpiente como en el Paraíso) fuera una de 7'4 metros, "conocida suya", pero al no poder hacerlo con ella lo intentó con otra (infidelidad se llama eso, otro tipo de engaño). Para ello se embutió en un traje de fibra de carbono, con casco (donde llevaba una cámara), embadurnado con sangre de cerdo para despertar el apetito de la bicha. Por supuesto que no lo consiguió. Hubieron de sacarlo cuando ya tenía medio cuerpo dentro y notaba que la presión del ofidio estaba a punto de romperle un brazo y ahogarle. Por si no lo creéis en este enlace está la prueba, con video incluido:

http://www.telecinco.es/telemania/programas/programas-internacionales/fracasa-proyecto-discovery-channel-paul-rosolie-comido-anaconda_0_1905225087.html

Otro soplagaitas se metió el otro día voluntariamente en el foso de los leones del zoológico de Barcelona y, a pesar de llevar un traje de camuflaje(¿?), fue atacado por dos leonas y un león que estuvieron a punto de acabar con su vida. Lo primero que demuestra este episodio es que el traje de camuflaje no debía ser muy bueno porque los leones lo descubrieron, y lo segundo es que el tipo este es tonto de remate.Es un bobo de 45 años, ex guardia civil y policial local en excedencia de un pueblo de Barcelona que se dedicaba últimamente a hacer extravagancias, alguna de ellas de agradecer como quemar una bandera estelada catalana (la de los independentistas) delante del monumento a Rafael casanova, el "héroe", presuntamente antiespañol, derrotado en 1714. Aunque algunos de los especialistas leoninos afirman que los leones "sólo querían jugar con él", la verdad es que se encuentra desde entonces en la UCI en estado crítico. Ese es el peligro de "jugar" con o acercarse a determinados bichos y personajes (políticos, banqueros, sindicalistas, el "pequeño Nicolás",...) que puedes acabar como el tonto este de Barcelona. El nombre de este tío fenómeno es Justo, por lo que es normal que intentaran comérselo al no tratarse del famoso profeta Daniel quien, arrojado al foso de los leones por su religiosidad, logró, gracias a su creencia y oración, amansarlos y sobrevivir.
Ahí os dejo la noticia:

http://www.antena3.com/noticias/sociedad/herido-grave-hombre-entrar-foso-leones-zoo-barcelona_2014120700049.html

Y seguimos con tontos y con animales, aunque en este nuevo ejemplo, el resultado fue la muerte del tonto. Porque tonto, o más bien descerebrado, hay que ser para embarcarse en un autobús desde La Coruña a Madrid (600 km., unas 6 horas de viaje por trayecto) con el objetivo primordial de pelearse con otros tontos como él por un puto partido de fútbol. Estoy hablando de "Jimmy", Francisco Javier Romero Taboada, el hombre de 43 años, con más antecedentes que "el Lute", que murió hace unos días al ser golpeado y lanzado al río Manzanares por los cabezas huecas del Frente Atlético.
 Quizá no sea políticamente correcto aplicar el epíteto de tonto al muerto pero si tenemos en cuenta que yo no pretendo ser políticamente correcto, porque eso no es más que una manera más de mentir y engañar, y que la RAE define al tonto como al "falto o escaso de entendimiento o razón", creo que no queda ninguna duda de que el calificativo viene al caso.
Es lamentable, mucho, que una persona pierda la vida por cualquier vía y aún más de la manera en que murió este gallego, apaleado por unos descerebrados, reventado por dentro y lanzado al río para acabar de rematarlo. Es aún más lamentable que la muerte de esta persona tenga su origen en una disputa, enfrentamiento, pelea, bronca o como se quiera llamar cuya causa última sea un deporte, en este caso el fútbol.
Pero si tenemos en cuenta que, una vez casi desaparecida la religión como motor y guía de la vida humana en las sociedades avanzadas, ahora se necesita otro opio para adormecer mentes y conciencias y que ese testigo lo ha recogido el fútbol, nada puede extrañarnos. Porque las religiones siempre han utilizado (aún lo hacen) la violencia para imponerse a las demás sobre las que se creen mejores y en el deporte, en muchos deportes pero especialmente el el fútbol, ocurre prácticamente lo mismo. Un equipo es mejor que otro porque, normalmente, dispone de más presupuesto, más dinero para gastar y contratar a figuras de relumbrón que les conducirán a la deseada victoria en los verdes campos de la competición liguera. Pero a nivel de afición radical eso da igual, un equipo puede ser mejor que otro, pero a nivel forofo hay que demostrarlo y hay que hacerlo con enfrentamientos entre los aficionados(¿?) radicales de ambos donde el mayor poderío económico no se nota. Son los huevos de unos contra los de los otros, teñidos por ideologías distintas, por recuerdos de enfrentamientos pasados o por presuntas afrentas en fichajes o por qué se yo ... Disculpas para pelear siempre hay aunque, finalmente, dos no se pelean si uno no quiere.
La culpa de que en un enfrentamiento entre dos bandas de tontos descerebrados acabe con la muerte de un componente de una de esas bandas están muy repartidas. Porque tonto hay que ser para, con 43 años y dos hijos,  ir exclusivamente a pelearse con los radicales rivales y luego, si acaso, ver el partido, que para eso habían sacado las entradas (de manera subrepticia, según parece). Tonto hay que ser para quedar a pegarse por el mero hecho de "soltar adrenalina, que flipas", según uno de los participantes en la pelea. Tonto hay que ser para tragarse 600 kilómetros, pagar 40-50 euros por una entrada, más el viaje, más los bocatas y las copas y volver a casa después de otros 600 kilómetros, muchas veces con el agrio sabor de la derrota deportiva, reventado, maltrecho y al día siguiente ir a trabajar (¿o no trabajan?). Claro que sarna con gusto no pica y parece que pica menos si además eres tonto.
Culpa es también, por supuesto, de los radicales de casa y de los de otros equipos de la zona, incluso de fuera de la ciudad, que se alían con unos u otros en función de su visión política de la vida (¿que sabrán estos cafres de política?). Porque una vez desatada una brega nadie es capaz de calcular cómo va a acabar, de ahí que exista un delito específico para calificar las muertes que se producen en estas pendencias: "homicidio en riña tumultuaria", cuyo propio nombre indica que difícilmente se puede establecer quién es el autor material del hecho, quién dio el golpe o navajazo definitivo que hizo perder la vida al contrario. Porque estas cosas se van de las manos y de un empujón o un salivazo o una simple mirada mal entendida se pasa a las manos, a los palos, a las cadenas, a las navajas,.....La policía lo sabe y los responsables de seguridad de los clubes también, por eso se crearon comisiones específicas para controlar el vandalismo y salvajismo de ciertos grupos radicales en todos los deportes y más específicamente en el fútbol, en los estadios y en sus alrededores. El problema es que cuando quieren bronca la tienen y nadie puede hacer nada por evitarla. Pueden quedar horas antes u horas después del partido, alejados del campo, camuflados como seguidores no violentos,...y eso nadie lo puede prever ni evitar.
La razón, según mi modesta pero certera opinión, está en el terreno de juego. Sí, además de en la afición que va al fútbol a insultar y a desfogarse ("panem et circensis"), en los directivos, entrenadores, árbitros y, especialmente, en los jugadores.
El hecho de que muchos clubes hayan estado o estén dirigidos por delincuentes condenados o que, tras su ejercicio hayan sido procesados y/o condenados por diversas conductas -no necesariamente relacionadas con el ámbito futbolístico- (Gil y Gil, su hijo, Del Nido, Lopera, Lorenzo Sanz, Nuñez,...), unido a los hechos de que algunos entrenadores hayan sido claros exponentes de la violencia futbolera en su época de jugadores (no doy nombres por no molestar a los del Atleti), y de que los árbitros son tomados por los jugadores como lo que los federativos han querido que sean, es decir, un "don tancredo" al que se puede insultar, recriminar, gritar, discutir decisiones, tratar de engañar,..., sin castigo o reproche alguno, nos hace presenciar un panorama abonado especialmente para que la violencia surja.
Y los jugadores son los que más colaboran a ello: se dan patadas fuera de lugar, se escupen, se insultan, se agreden sin ton ni son, se tiran al suelo y parecen morirse de un terrible infarto, incluso de un pisotón o un roce, en unas interpretaciones teatrales y peliculeras que para sí las quisiera Jack Nicholson, por ejemplo (pobre, parece que tiene Alzheimer). Aparte de mayoritariamente incultos, son marrulleros, maleducados, protestones, violentos, mentirosos, fulleros, engañadores, cuentistas, provocadores para con los rivales y el público, ese público que les da de comer (demasiado bien para la cazurrería que suelen arrastrar), y todo eso se ve en el campo y fuera de él.
 Eso lo ven los mayores y disimulan y lo ven los niños y, a fuerza de repetirse constantemente esas actitudes lo acaban tomando como normal. O como algo más que normal, porque lo dice o hace el ídolo de multitudes, el que está por encima del bien y del mal incluso cuando intenta defraudar a Hacienda.
 Su lenguaje es barriobajero (están" jodidos" cuando pierden y de "puta madre" cuando ganan, juegan con muchos "cojones", su gol ha sido la "hostia",...) por lo que debería considerarse un ejemplo de lo que no se debe hacer ni decir, justo al revés de lo que pasa. Pero a ellos no los sancionan más que con unos cuantos partidos sin jugar cuando le acaban de romper la pierna a un contrario y, además, el sueldo no se lo tocan, ni los federativos ni su equipo, y cuando la sanción es económica consiste en una ridiculez en comparación con las cantidades que ganan.
Protestan airadamente a los árbitros tras haber dado un codazo o una coz con toda la intención del mundo a un contrario porque, dicen, han tocado o iban a por el balón. No respetan al entrenador, no respetan a nadie porque se creen mejores que los demás y resulta que sólo saben dar patadas a una pelota. Los árbitros tienen mucha culpa de ello, al igual que las federaciones por no renovar un reglamento que lleva más de cien años sin apenas retoques. En el siglo XXI hacen falta medios técnicos pero, sobre todo, hace falta coraje.. Coraje para sancionar al que engaña, para expulsar directamente a un simulador o a alguien que se encara con el árbitro, coraje para sacar las tarjetas que haya que sacar hasta, si es preciso, que acaben jugando a fúbol-7, coraje para modernizar un deporte que tan sustanciosos beneficios da a los que viven de él (¿verdad señor Villar?) y que al final acabamos pagando todos, nos guste o no el fútbol. Coraje para hacer descender y/o desaparecer equipos con deudas a Hacienda, a la Seguridad social, a empleados, a proveedores,..., igual que se hace con las empresas pequeñas y los autónomos. Mientras no remediemos eso la violencia en el fútbol seguirá presente y no sólo entre los jóvenes, porque Jimmy no era un niño y entre los detenidos por la pelea multitudinaria en la que murió hay una persona con ¡58 años!.
Es maravilloso que los ingleses, cuyos hinchas siempre tuvieron la fama de ser de los más violentos del mundo (los famosos "holigans", que ahora no van al fútbol pero siguen veraneando en Magaluf), hayan podido reconducir  su desvarío y ahora puedan disfrutar del fútbol en familia, como de un espectáculo más, como del cine o del teatro, a pesar de que los jugadores ingleses nunca se hayan caracterizado por haber acudido a clases de interpretación. Y es lamentable que entrenadores como Ancellotti diga que nunca había sido tan insultado como en los campos de fútbol españoles. Por ahí, entonces, es por donde hay que empezar y con esfuerzo y, como digo, mucho coraje, eliminar la violencia de los que practican y viven de este deporte para poder evitar que pandillas de tontos descerebrados, con la tonta excusa de la rivalidad futbolística, queden para pegarse y se acaben matando.
Como ejemplo de la violencia de jugadores  os dejo un enlace a Youtube donde se puede ver a un auténtico tonto (el defensa del Real Madrid, Pepe) agrediendo con alevosía (es decir, queriendo y con ganas) a Casquero, un jugador del Getafe durante un partido en campo madridista en abril de 2009. Fijáos bien en la segunda patada que le tira porque si le pilla la cabeza, de la que pasa a escasos centímetros, podríamos estar hablando de una nueva desgracia.

https://www.youtube.com/watch?v=UerN3nk7CKo

Al madridista  Pepe, tonto y loco, le cayeron cuatro partidos por esta agresión, extremadamente grave desde el punto de vista de cualquier persona sensata. Pero además, le cayeron otros cuatro partidos porque a raíz de esta salvajada se enzarzó con otro jugador del equipo contrario al que acabó agrediendo, más otro partido por ver la tarjeta roja directa y otro por insultar al árbitro que le expulsó más que justamente. Tendrían que haber inventado la tarjeta negra para que se perdiera el resto de partidos de liga.
Su club, el Real Madrid, el del "señorío", en vez de echarlo a la p... calle intentó incluso defenderlo presentando alegaciones contra la sanción. Mejor estarte quieto y callado y parecer tonto que actuar y demostrar que eres un club de mierda, con unos directivos de mierda (Florentino, Butragueño, Valdano, ...). Como cualquier otro club, por otra parte. Lástima no haberme llamado Florentino Pérez, porque este imbécil de jugador y el impresentable de Mourinho (el que metió, sin darse cuenta, el dedo en el ojo a Tito Vilanova, ver enlace) hubieran durado menos que el telediario que hacen en el descanso del partido de Champions.
http://www.rtve.es/alacarta/videos/supercopa-de-espana/mourinho-mete-dedo-ojo-tito-vilanova/1176375/

Y así nos va, que si todos los tontos volaran no nos dejarían ver el sol y originarían una nueva glaciación. Y Rajoy o Pdr Snchz, que no para de mear fuera del tiesto, sería ministros de aviación. Jajaja.

SALUDOS



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