
Mis hijos son estupendos, deben haber salido a su madre porque a su padre no han salido. Y tampoco a mí. Los dos están fuera de casa en la actualidad y no espero que vuelvan hasta que cumplan los 30, cuando, después de haber acabado todos los estudios, "masters" y demás historietas de moda, tornen a vivir de la jubilación de sus padres porque no encuentran trabajo.
Es broma, porque sé que están y estarán capacitados para buscarse la vida de manera más que sobrada. Para ello hemos intentado prepararlos y, como yo les recuerdo continuamente, habiendo tanto imbécil y tanto mediocre con trabajo, algunos de ellos bastante bien remunerados ¿cómo no van a encontrar trabajo ellos?. Por ejemplo, tengo un excompañero, tresmileurista, que es lo más negado que me he echado a la cara y, sin embargo, incumpliendo el famoso Principio de Peter, que en su manera abreviada dice:
En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse (Laurence J.Peter), este sujeto ha traspasado todas las barreras. Porque siendo incompetente desde el mismo momento de su nacimiento ha conseguido llegar a lo más alto del escalafón sin haber tomado ni una decisión (ni buena ni mala) en su vida. Ni siquiera decidió casarse sino que su mujer se lo impuso a pesar de que yo estoy convencido de que aún sigue, sabiéndolo o sin saberlo, dentro del armario.
Vistos ejemplos como éstos, no me cabe duda que mis hijos sobrevivirán dignamente en este mundo cruel como lo hemos hecho, y seguimos haciendo, su madre y yo. La "pena" es que los hemos criado como gente honrada, honesta y con sentido de la justicia y eso, hoy en día, a pesar de ser virtudes que algunos aún valoran, puede llegar a ser más un "hándicap" que un beneficio.
Otras familias han educado a sus hijos en base a una fe o unas creencias y buscando formar una piña, un núcleo duro irrompible y trascendente. Me viene a la cabeza la familia Pujol, sí, la de Jordi y Marta Ferrusola, que bajo la cobertura de la religión católica, el amor a la patria chica y al pueblo del que forman parte, se han convertido en una familia "ejemplar" del choriceo. Es otra manera de enfocar la educación filial. La familia que engaña y roba unida, permanece unida. Sumidos en su beatería y "patriotismo" debieron olvidarse de asistir a las clases en las que se enseñaban conceptos como honradez, respeto, decencia, dignidad, sinceridad, justicia, .... y, en cambio, debieron asistir a un máster en latrocinio, rapiña, chanchullo, impostura, indignidad, embeleco y corrupción, en el que todos los miembros de la saga debieron sacar matrícula de honor. Bueno, todos menos uno que, al parecer, no está imputado (de momento). Esto nos demuestra que a veces también un hijo puede convertirse en la oveja negra de la familia. De hecho, me llegan informaciones de que don Jordi Pujolone ha pedido hacerse la prueba de paternidad con respecto a este hijo porque sospecha que pueda no ser suyo (gracias Güito).
Como digo, es otra manera de enfocar la carrera de los hijos, pero se corre el riesgo de que la carrera sea breve, con obstáculos y que al final queden descalificados por hacer trampas y se vean desposeídos de las medallas e, incluso, abocados a pasar una temporada en uno de los hoteles que Instituciones penitenciarias tiene repartidos por toda España.
Incluso en familias de más solera que los Pujol han salido hijos rana, como por ejemplo en los Borbones españoles actuales. Una vez desterradas Elena y Cristina del núcleo duro de familia real, para pasar a ser "solamente" familia del rey, igual se puede hablar de ellas con más libertad.
Empezando por Elena, la menos lista (en principio), tengo que decir que estoy muy contento de que la Constitución española recoja una derivación de la Ley sálica (ley agnaticia) que sitúa a las mujeres en la sucesión al trono detrás de sus hermanos varones, aunque estos sean de menor edad. La ley sálica, en realidad, excluye a toda mujer de poder reinar mientras que la agnaticia lo que hace es relegarla en caso de que haya un varón. Es el machismo de toda la vida, pero que nos libra de tener una reina Elena del perfil de su retatarabuela Isabel II y, para más inri, nos libra de que el heredero posterior sea Felipe Juan Froilán de Todos los Santos Marichalar y Borbón, que en su último curso no aprobado estuvo en la clase de los torpes y aún así no avanzó, aunque su avance, todo hay que decirlo, también se ve dificultado por el tiro en el pie que le dió su padre.
Elena se casó, parece ser que enamorada, con un medio lelo con título pero bastante tieso en cuanto a liquidez. Con el paso del tiempo dejó de ser medio lelo (fatuo, simple y como pasmado, RAE) para ser lelo entero y vino el cese temporal de convivencia que se convirtió en definitivo y significó la ruptura familiar. Total, una hija no muy lista, mal casada, teniendo que criar dos hijos -uno de ellos muy rebelde- y dedicándose a no se sabe qué. Pero bueno, parece que van saliendo porque al niño lo mandan a buenos colegios donde, como pasaba en el chiste, si pagas hasta el burro que transporta al niño se saca el título.
Cristina es otra demostración de como los hijos salen a los padres. Aunque Juancar está más por Elena (son borbones auténticos los dos) la mediana es la que ha heredado la capacidad de su padre para chanchullear en negocios nada claros. El problema es que su padre siempre fue muy discreto y que los medios y los ciudadanos no estaban, en su momento, por la labor de tocar las narices al entonces rey. Cristina es la menos tonta, según dicen, pero no lo parece. Se enamoró de la tercera pierna de un vasco que jugaba al balonmano bastante bien pero que no sabía hacer nada más y ambos, aunque la Fiscalía, la Abogacía del estado y Hacienda digan que no, se embarcaron en unos negocios de "venta de humo" que les han llevado a la situación en que ahora se encuentran. Después de haber hecho lo más difícil, imputarla, al juez Castro sólo le queda sentarla en el banquillo, si no por latrocinio, al menos por tonta. Ardua tarea porque se tiene que enfrentar a mucha gente pero si no lo hace habrá perdido muy buena parte del prestigio ganado, aunque para mí, que lo conozco personalmente, nunca lo ha tenido.
Al ciudadano ya no le vale que, como dice el fiscal, sea exclusivamente "partícipe a título lucrativo" (justamente lo mismo que Ana Mato con el Jaguar de su marido y otras historias) ni que el amor cegara sus ojos porque los bolsillos y la Visa no los tenía cegados sino bien dispuestos para ir gastando. ¿Que no sabía de donde venía el dinero? A ver qué marido se cree que su mujer no pregunta por estos temas, sobre todo si da para pagar más de seis millones de euros (mil millones de las antiguas pesetas) por la compra y restauración de un casoplón en la mejor zona de Barcelona.
A mayor abundamiento de la tontuna de esta infanta y de quienes la rodean, resulta que se equivoca a la hora de ingresar los casi 600.000 euros de responsabilidad civil que le piden y lo hace a nombre de un juzgado de Barcelona en lugar de al palmesano. Tonta de capirote y más aún los cretinos que la envuelven y la intentan mantener aislada y entre algodones.
Total que otra hija que ha salido rana en una versión inversa de esos cuentos en los que besas a una rana y se convierte en príncipe, aquí el beso de Urmangarin ha convertido en rana a la princesita.
Del actual rey sólo quiero decir que si alguien de la familia me parece menos impresentable es él. Y su madre. No así su esquelética, borde, altiva y desdeñosa esposa. Las hijas puede que se parezcan a él, desde luego la heredera no es, a primera vista, nada borbona pero, ¡cuidado!, se parece físicamente a su tía Cristina y eso puede ser peligroso.
Hay que ver Felipe con las tías jamones que has tenido por novias (a mí me encanta la Sartorius, tan rellenita y mona) y te vas a casar con un saco de huesos. Con razón a tu padre no le gusta, y tu madre no la trata. Háztelo mirar, majo, no acabe la cosa mal.

Luego están los hijos pródigos, como los de la parábola, ya sabéis, aquel hijo que se marchó de casa y se pulió todo el dinero y al volver a casa su misericordioso padre lo volvió a acoger con gozo y alegría a pesar del cabreo de sus hermanos,que se habían portado como debían portarse los buenos hijos. Esto viene al caso de lo gastos y endeudamientos de las comunidades autónomas. Como os he explicado con anterioridad, hay autonomías que están en bancarrota y no pueden financiarse acudiendo a los mercados financieros ni a los bancos. Por ello el gobierno central creó el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) que les va concediendo créditos para que puedan hacer frente a sus gastos corrientes (sanidad, educación, salarios...) aunque algunos se lo gasten en procesos independentistas, embajaditas, ataques al propio gobierno que les subvenciona y en fomentar la fobia a la lengua que nos une, entre otras cosas. Es decir, dilapidan alegremente un dinero que es de todos, (tuyo y mío) y, como no acaban de salir del agujero negro en el que se hallan sumidos, el misericordioso papá estado les va a condonar los intereses de todos los años en que han pedido prestado al FLA (en Cataluña la cantidad a perdonar se aproxima a los 2.000 millones de euros).
Esto, por supuesto, molesta a las autonomías que no han pedido crédito a dicho fondo y que han recurrido a emisiones de deuda o préstamos bancarios para financiarse, porque "los mercados" sí que no perdonan ni un chavo y, por lo tanto, han de devolver capital e intereses. Curiosamente Cataluña es la que más ha recurrido al fondo, llevándose casi un 40% del total, mientras que Madrid se ha financiado en base a emisiones de deuda entre inversores de todo tipo y endeudamiento privado, a los que ha de devolver su dinero. Entonces ¿quién roba a quién?. Cataluña nos roba, así como Andalucía, Valencia, Murcia, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha y Asturias, y al resto de comunidades que no han recurrido a este fondo solo les queda dejarse atracar y pagar sus deudas y los intereses de su bolsillo, además de hacerse cargo de los intereses que los endeudados dejarán de pagar. Otra ocurrencia de Montontoro y Marianico (frente a lo propuesto por Guindos, que era una intervención económica de dichas comunidades) que demuestra que en España, desde siempre, sale más a cuenta no cumplir la leyes que cumplirlas porque al final todo se acaba arreglando descargando las consecuencias sobre los pardillos paganinis de turno. Así nos va.

Sobre este tema he visto escrito lo siguiente, que suscribo plenamente, : "El mensaje que envía el Gobierno (...) es que los dirigentes manirrotos tienen premio y que, incluso, puede salir gratis tratar de romper España. (...) las ayudas a Cataluña deberían estar supeditadas, como mínimo, a la lealtad institucional."
Hay hijos que se van de casa cabreados porque no aguantan a sus padres, por ejemplo Torres-Dulce, hasta ayer Fiscal General del Estado. El tremendo control que los padres, hermanos y demás familia ejercen sobre su espíritu libre hace que tomen la decisión de desvincularse definitivamente de la familia y se lanzan a volar por su cuenta. Estos hijos son de admirar porque demuestran que no es necesario lamer culos ni someterse a los dictados de nadie para seguir siendo uno mismo. La familia de que hablamos puede ser la propia familia, la empresa, el partido, o como en el caso concreto del fiscal, el propio gobierno en pleno. Ha dicho que se va por "motivos personales", lo que en el terreno de lo político viene a significar que se va por "orquitis" (inflamación testicular, ver foto).
Dice Victoria Prego que "un Fiscal General del Estado no renuncia nunca por razones personales a no ser que éstas sean de una absoluta gravedad. Renuncia porque no está dispuesto a seguir tolerando los constantes intentos del Poder Ejecutivo sobre la acción del Ministerio Público. Y cuando lo hace, propina a ese Ejecutivo un golpe mortal que va derecho a desacreditarle en ese punto crítico que sirve para poder calificar, o no, a un sistema como acorde con un Estado de Derecho". Más claro agua. Hace bien el fiscal en marcharse. Será criticado por unos y ensalzado por otros pero nadie podrá quitarle lo más preciado de que dispone el ser humano, la libertad.

Hay otros hijos que se matan entre ellos. Tenemos a Caín y Abel como claro ejemplo. En la política actual tenemos a dos formaciones de ¿izquierdas? que, a pesar del intento de una por hacerse amigos, son, de momento, incompatibles: IU y Podemos, y estos conflictos son difíciles de arreglar de manera incruenta. Así como Caín mató a Abel, uno de los grupos puede acabar "matando", fagocitando al otro e incluso a algún primo hermano que se acerque por allí, léase PSOE. Veremos si Podemos realmente puede, si Izquierda Unida no se desune y si Pedro el guapo no es devorado desde dentro por Susana Díaz (como en el famoso cuadro de Goya "Saturno devorando a sus hijos") y desde fuera por Pablemos.

Finalmente, de manera breve pero contundente, quiero referirme a otro caso de hijos: los hijos de puta. En este término podemos englobar a muchísima gente, sin que ello quiera decir que sus madres sean meretrices, pelanduscas o "lumis" porque este es un calificativo que, según recoge alguna sentencia de la justicia española, tiene una connotación de insulto en sí mismo para la persona que lo recibe sin que llegue a trascender como insulto a la madre.
Hijos de puta los hay de todos los colores y en todos sitios: en Vascongadas están los etarras y sus acólitos, en las empresas y lugares de trabajo también se detectan muchos; en Nigeria están los de Boko Haram que siguen matando y secuestrando en nombre de Alá; en Pakistán están los talibanes que han cometido uno de los mayores infanticidios de la historia hace dos días en una escuela de dicho país (maldita sea su sangre); en Siria e Irak están los degolladores del Estado Islámico, más malos que el bicho que picó al tren, como se decía antaño; los hay entre tus vecinos, son esos que, por ejemplo, hacen que su perro se cague aposta en tu puerta y no retiran la cagada; los hay jóvenes, viejos, hombres, mujeres, de derechas, de izquierdas y de centro. Hay casi tantos como tontos, aunque los tontos confunden más porque muchas veces no se les ve venir y te acaban haciendo la putada igual.
Y ¿que se puede hacer con estos hijos de ramera, fulana o furcia? Ante todo protegerse de ellos. Identificarlos y huir de su proximidad y sus andanzas porque si no puedes acabar siendo victima de ellos. Y, si se puede, liquidarlos, aunque esto es muy difícil. Muchos derivan en esta figura porque sus padres no han sabido educarlos, si no, a cuento de qué unas niñas conversas al islam renuncian al mundo occidental y se van a hacer la guerra y el amor con los del estado Islámico, donde van a ser consideradas poco menos que una mierda. Lo mismo se puede aplicar a los jóvenes que se unen a estas huestes. ¿Qué mecanismo lleva a unos jóvenes, muchos de ellos sin antecedentes de ninguna relación previa con el Islam, a marcharse a zonas de conflicto a luchar junto a un grupo de asesinos, opresores, intolerantes, cuyo único fin es imponer su religión a sangre y fuego incluso entre sus propio correligionarios más moderados? ¿Qué lleva a un grupo de negros islamistas a asesinar, día sí y día también, a otros negros de otras religiones y a secuestrar a niñas de su misma raza para solaz y disfrute de esos "guerreros"? ¿Qúe puede inducir a un grupo de personas radicales a meterse en una escuela y provocar casi 150 muertos, la mayoría niños en edad escolar porque, dicen, estaban siendo adoctrinados al estilo occidental, es decir, porque estaban aprendiendo valores que el islam, en general, no fomenta?

Esto es la locura, un tipo de locura que ya no se cura con "lorazepam" (ver la fórmula química al lado), ni con dos "orfidales" para dormir. Se necesita camisas de fuerza, electroshock y aislamiento de los pacientes, porque si no la locura llegará a las puertas de nuestras casas y no sabremos que hacer contra ella.
Siempre he dicho que tienen que ser los propios vascos los que soluciones sus problemas con eta y sus adláteres, que los no terroristas son más (no digo mejores, porque muchos con sus silencios o sus palabras torcidas llegan a ser peores que los asesinos) y que deben dar un paso al frente para que lo que esté mal visto sea el ser un asesino o un apoyador de asesinos y no al revés, como hasta ahora está sucediendo, repitiéndose, como he dicho más arriba, que sale más a cuenta ser malo que bueno. Si bien es cierto que el problema de ETA es nacional, la salida de la locura debe hacerse en su propio terreno, con psiquiatras vascos que cuenten con el apoyo, sin cicaterías, de esa gran mayoría de la población que no encaja con sus ideas terroristas.
A nivel internacional (Estado islámico, Al Qaeda, talibanes, Boko Haram,...) el proceso debe ser el mismo. Son los propios musulmanes los que deben vencer sobre estos descerebrados, los que deben descubrirlos y liquidarlos, física o intelectualmente, porque, si no, ocurrirá (ya está ocurriendo) lo que sucedía en España hasta hace bien poco, que casi en cada vasco se veía a un terrorista. Ahora pasa con los catalanes, que se ve en cada uno de ellos a un descerebrado independentista y, en el islam, desde hace tiempo se está empezando a mirarlos con recelo, un recelo que los musulmanes moderados han fomentado porque les venía bien (como al PNV y a CiU en sus respectivas autonomías), pero que ahora se está volviendo en su contra.
En Alemania, en Reino Unido, en Holanda, en Bélgica, países todo ellos no sospechosos de no ser democráticos, la gente empieza a manifestarse en contra del islam, de los inmigrantes musulmanes, porque el miedo es libre y eso solo redundará en perjuicio de todos, pero sobre todos de los musulmanes decentes. Ellos son los que deben empezar, dirigir y ganar la lucha contra los iluminados radicales. Si no lo hacen estamos perdidos.
Se me olvidaba hablar del hijo bueno, amable, cariñoso, estudioso, capaz, inteligente, de procedencia humilde, que sabe irse labrando un camino, un porvenir en la vida, que llega a ser importante, rico, famoso y poderoso, al que sus padres, primordialmente la madre, admiran y del que se sienten muy orgullosos, pero que finalmente acaba en la cárcel. Por ejemplo, Bárcenas.
Y no digo más.
SALUDOS
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