DIA DE LA MUJER (EN ESPECIAL DE LAS "XL" EN ADELANTE)

Aunque mis gustos musicales son de otro tipo (Pink Floyd, Dire Straits -impresionante, por cierto, el inicio de la película estrenada recientemente "Kingsman", con "Money for nothing" para empezar a entrar en acción-, Celtas Cortos, Héroes del Silencio, Loquillo, incluso Carlos Cano) tengo algo en común con Julio Iglesias y con Manolo Escobar. El primero se define como un truhán y un señor y dice "me gustan las mujeres, me gusta el vino...", mientras que el segundo afirma con rotundidad "viva el vino y las mujeres que por algo son regalo del señor", por lo cual no puedo sino aseverar que, en este extremo, estoy completamente de acuerdo con ellos, aunque a mi me gusta un poco más refinado que lo que aparece en la primera foto de este blog, y no me refiero a Rita Barberá bebiendo whisky porque, además, según dicen a ella también le gustan las mujeres..

Bueno, he de haceros una confesión: el vino me gusta pero me da dolor de cabeza, por eso prefiero la cerveza Las mujeres, a veces, también me dan dolor de cabeza pero nunca las cambiaría por otra cosa. Por eso y porque creo que sé bastante más de mujeres que de vino el blog de hoy va dedicado a vosotras, a casi todas sin excepción.


Mucha gente cree que la celebración de este día deriva directamente  y se celebra el mismo día del incendio que se produjo en la fábrica de camisas "Triangle Shirtweist", Nueva York, en el que murieron 146 trabajadoras que desarrollaban allí su labor en condiciones extremadamente penosas. Sin embargo, la semilla viene de los países nórdicos (¡qué raro!) donde, a pesar de que en USA desde 1908 ya venían luchado las mujeres (curiosamente las "camiseras") por la mejora de sus condiciones laborales, en 1910 que se acordó instituir un Día Internacional de la Mujer Trabajadora en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, celebrada en Copenhague, en demanda de mejoras laborales, salariales y del derecho a voto. Se instituyó el día 8 de marzo para tal celebración y, en 1911 se celebró por primera vez este día en Dinamarca, Suiza, Alemania y Austria, aunque, no se por qué, lo hicieron un 19 de marzo, San Pepe y Día del padre.
Justo seis días después, en la madrugada del 25 de marzo de 1911 se producía un incendio en la fábrica de camisas antes citada, un edificio de 10 plantas, que tenía las puertas cerradas para evitar los robos. Muchas murieron al estrellarse contra el suelo tras arrojarse al vacío, como en el 11-S. La gran mayoría eran inmigrantes de origen judío e italiano que se ganaban precariamente la vida en dicho taller textil.
A partir de este hecho, las leyes estadounidenses comenzaron a recoger mejoras en la seguridad en el trabajo en el sector industrial con lo que, podríamos decir, el incendio constituyó el aldabonazo para la causa de las mujeres trabajadoras, así como del internacionalismo obrero, a escala mundial.
Tras diversos avatares, la ONU estableció en 1975 el 8 de marzo como Dia Internacional de la Mujer y en 1977 cambió su denominación por el Día Internacional por los Derechos de la Mujer y por la Paz Mundial.
Pero por muchos días conmemorativos que se quieran implantar, las mujeres, a día de hoy, tienen que trabajar 79 días más cada año para cobrar lo mismo que los hombres. La brecha salarial, lo que perciben una mujer y un hombre por desarrollar el mismo trabajo, está en España en casi un 24% a favor de los hombres. En Europa esta brecha es, de media, de un 16'50 % pero, por ejemplo, en Suecia es de sólo un 4%. En EE.UU. la diferencia salarial es un 36% favorable a los hombres y  de casi un 33% en Rusia y un 29% en Japón.Incluso en profesiones copadas mayoritariamente por mujeres los hombres ganan un 30% más que ellas. Las trabajadoras que viven solas ganan un 36% más que las que viven en pareja y el caso contrario se da en los hombres, aunque la diferencia no es tanta (un 17%). Las mujeres tienen que trabajar once años y medio más que los hombres para cobrar la misma pensión.
En España, el sueldo medio anual de un hombre es de 25.682 euros y el de una mujer 19.537. La comunidad donde las mujeres están peor pagadas es Galicia, con casi 3.000 euros anuales por debajo de la media. Las mayores brechas salariales se dan en Aragón, Cantabria, Navarra y Asturias, con casi un 28%, y la menor en Baleares, con un 16% (no en vano, según un estudio realizado en 2014 por la inmobiliaria internacional Knight Frank, Palma de Mallorca era la segunda ciudad del planeta, tras Dubai y por delante de las islas Caimán, donde mejor se vive teniendo en cuenta conceptos tales como la oferta laboral, las ofertas de cultura, educación y ocio, el índice de precios y el clima ... )¡Y yo viviendo en el paraíso y sin enterarme! Claro, como vamos todos vestidos, no como en el programa "Adán y Eva", no me había dado cuenta.
Todas estas cifras son estadísticas sacadas de un informe realizado por UGT, titulado "Trabajar igual, cobrar igual" que fue presentado por dicho sindicato el pasado 22 de febrero, Día de la Igualdad Social. Ahora habría que polemizar sobre el propio informe, tratando de averiguar, por una parte,si fue sufragado con dinero de esos "fondos de reptiles" que le llegan a los sindicatos y que no justifican o que justifican mediante comilonas y otras prebendas y, por otra parte, si el título del informe es realmente cierto.
En lo que respecta a la financiación del informe, conociendo las maneras de proceder de los sindicatos y partidos mayoritarios en España, doy por hecho que mucho dinero se desvió a fines para los que no estaba destinado. Con respecto a si por igual trabajo hay que tener igual salario, solo diré que estoy de acuerdo y que en la administración pública, entre los funcionarios, así es. Con matices que luego veremos pero, por regla general, un puesto implica un determinado sueldo y es indistinto que dicho puesto sea ocupado por un hombre o por una mujer. Los médicos, profesores, bomberos, policías, jueces, militares, administrativos, inspectores de hacienda, abogados del estado, ...., tienen un sueldo base y unos complementos en los que no se diferencia por sexo, con lo cual, si no se da la circunstancia de que el hombre (o la mujer) ocupe un puesto de mayor responsabilidad el salario es el mismo, independientemente del sexo. Bueno, del género, porque eso de sexo puede dar lugar a malas interpretaciones.
Otra cosa es que la promoción no sea equitativa. De eso podemos hablar, y lo haremos, pero, en principio un policía y una policía, que van de pareja en el mismo coche patrulla cobran exactamente lo mismo, salvo en lo que se refiere, claro, a una mayor o menor antigüedad. Los trienios, vamos. Igual ocurre con un juez o una jueza, con un/una fiscal(a), un(a) inspector(a) de hacienda, un(a) médico o enfermero(a) de la seguridad social o un profesor(a) de instituto. Así, en la administración pública, con una cifra de algo más de 2.500.000 personas trabajando para ella, igual trabajo = igual salario.  En muchas empresas privadas también se cumple esta igualdad por lo que, como nadie explica de dónde salen los datos para esa enorme brecha salarial, es decir, en qué casos, en qué tipos de empresas y en qué circunstancias se da, yo tengo mis dudas de que esa brecha exista en los porcentajes que se manejan. Pero démosla por buena y entonces surgen otras dudas: ¿Por qué los comités de empresa, los sindicatos, la inspección de trabajo, los organismos competentes de la seguridad social no toman medidas?. ¿No será que, a lo mejor (o a lo peor) el trabajo no es tan igual como parece?. Ya sabemos lo que se dice, que no debería haber diferencias, que nadie debería ser más que otro, que todos deberíamos ser iguales, pero en este puto mundo siempre habrá algunos más iguales que otros. Y eso es así por muchas razones, pero una de las principales es estrictamente biológica. O fisiológica, que viene a ser lo mismo.
Por suerte para la mayoría ( y por desgracia para algunas minorías) dios creó a un hombre y a una mujer o, para los no creacionistas, la vida surgió porque hubo bacterias y bacterios (como el profesor de mortadelo y Filemón). O porque, en un momento dado, los organismos unicelulares asexuados mutaron y surgieron organismos (y organismas) que, por evolución, definieron los dos sexos que hemos conocido hasta hace poco (ahora hay muchos más: gays, lesbianas, transexuales en sus dos versiones y bisexuales).
Y esto es una suerte para la mayoría porque así el organismo vivo presuntamente más evolucionado pudo dividirse en hombre y mujer, básicamente. Eso es el género, el sexo, que se decía antaño y es una de las dos divisiones básicas, junto a la edad, de la población humana. No sé si es cuestión de suerte nacer hombre o mujer, como tampoco sé si lo es el haber nacido antes o después, pero esto es lo que hay. Y desde mucho antes de que nuestros antepasados humanoides fueran capaces de ponerse en pie, en todo el reino animal ya estaba vigente la clasificación por sexo y edad y en función de ellas cada miembro tenía asignado su rol, su papel dentro de la manada, el clan, la tribu o el grupo en el que estuviera integrado. Porque un hombre es distinto de una mujer y un niño o adolescente es distinto de un adulto o de un anciano. Es la vida misma.

 Cada miembro ocupaba un puesto y desempeñaba una función en base a esas dos características básicas. La hembra era la que concebía y paría al cachorro y por ello, durante una larga temporada se hallaba impedida casi de cualquier actividad física. Por tanto era el macho el que, por genética y por culturalidad, se encargaba de la manutención de la hembra y su prole, lo cual significaba una especialización en el trabajo. La hembra, con sus cachorros, esperaba en el hogar la llegada del padre y, mientras, se ocupaba de alimentar a sus pequeños, de cuidarlos, de protegerlos. La división del trabajo como vemos, no es un invento del señor Ford para fabricar su famoso vehículo modelo "T" en el siglo XIX, sino que es innata a todos los animales, incluso puede que a algunas plantas, y el ser humano no es más que un animal evolucionado. Bueno en realidad,en muchos casos, la evolución apenas ha hecho mella en él (o ella) y muchos siguen siendo animales en estado casi puro: ¡¡¡NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO!!!
Esa misma evolución, no ya del género humano (que también), sino de las sociedades en las que viven nos lleva  a que, a partir aproximadamente de finales del siglo XVIII y principios del XIX, se empiece a echar mano de los niños y las mujeres para ciertos tipos de trabajos  que, en base a la división ya explicada por sexo y edad, en principio no estaban destinados para ellos. Es la época de la revolución industrial y del hundimiento del trabajo artesanal, preponderante hasta entonces. Los niños y las mujeres se constituyen en mano de obra que se puede dedicar a ciertas tareas menores, menos pesadas o más delicadas mientras el macho se dedica a las más gravosas y, a partir de ese momento, la explotación para ambos sexos y todas las edades se convierte en continua, si bien mucho más acentuada con los más débiles.
Si tenemos en cuenta que durante más de dos siglos los trabajos industriales era fatigosos y requerían un gran esfuerzo podemos comprender que los desarrollaran básicamente hombres. La entrada de la mujer en el mercado laboral fue muy puntual, quiero decir con esto muy limitada a ciertas tareas manuales que no requerían fuerza pero sí precisión o más capacidad manual (psicomotricidad fina, que se dice ahora). Pero el paso del tiempo fue simplificando la "tarea de los hombres" haciéndola más llevadera y menos precisa de fuerza bruta con lo que algunas mujeres, las más osadas de su época, pretendieron hacer el mismo trabajo y, en muchas ocasiones, lo consiguieron. Con el avance de los tiempos esto se fue generalizando dando lugar a una igualdad laboral, limitada, porque la igualdad se limitaba a igual trabajo. El salario era otra cosa y la causa no era otra que el fin último del capitalismo, es decir, el beneficio a toda costa, algo que aún perdura y que costará mucho tiempo erradicar.
Para simplificar, diremos que el empresario busca productividad entendida como producir más por unidad de tiempo y a un coste más barato. Mientras no hubo mecanismos de protección social para los trabajadores el día en el que, por cualquier causa, que no se trabajaba  no se cobraba con lo que las ausencias al trabajo de los operarios no eran gravosas para la empresa. Simplemente se producía menos (o se producía lo mismo si se encontraba un sustituto), lo cual tenía un reflejo en la productividad y, por ende, en los beneficios, pero era asumible. Los currantes pagaban un montepío o similar institución de solidaridad obrera que les cubría total o parcialmente en estos casos
Ya en el siglo XX con la generalización de sistemas de protección laboral como la seguridad social, se consigue que el trabajador esté resguardado en la empresa de posibles bajas por enfermedad o por accidente y, según avanzan los años, se empiezan a cubrir los casos de embarazo y parto en el personal femenino mediante la institución de una serie de medidas de especial protección a la mujer, que, por suerte o por desgracia, es quien se embaraza y tiene hijos. Esta protección conlleva para el empresario que durante varios meses tiene que pagar un sueldo y unas cotizaciones laborales por una trabajadora que no trabaja y ahí viene el problema. El problema para el empresario que paga por algo que no recibe y para las mujeres trabajadoras en general pues es el momento en que se empieza a cuestionar si vale la pena contratar mujeres debido a los "inconvenientes" derivados de su género. Y ahí es donde empieza todo, creo yo.
Ya os comenté en un anterior blog que dos de las mayores compañías de la nuevas tecnologías, Facebook y Apple, estaban fomentando entre sus trabajadoras la opción de que congelaran sus óvulos con cargo a la empresa de tal manera que en la época mas productiva laboralmente de la mujer estuviera plenamente dedicada a su trabajo sin interferencias por embarazos y partos y, más adelante, poder realizar su sueño de ser madres sin tanto perjuicio para la empresa.
Yo no sé si eso es machismo o antifeminismo o como queráis llamarlo, pero de lo que sí estoy seguro es de que eso es "capitalismo puro y duro". Esto me lleva a plantearme si lo que buscan realmente las empresas es trabajo o más bien disponibilidad y dedicación plenas, llegando a la conclusión de que es esto último lo que se paga. ¿por qué, si no, las trabajadoras solteras ganan más que las que viven en pareja (tengan o no tengan hijos) aunque, sobre el papel ejecuten tareas idénticas? ¿Por qué, si no, los trabajadores casados o emparejados cobran más que los que no tienen pareja?. La razón está ahí, una mujer en pareja estará mucho más limitada, lo tendrá más difícil para hacer horas extra, viajar o trabajar en festivo que una soltera. Además de ocuparse del marido (y los hijos si los tiene) también recaerán sobre ella los abuelos con lo que requerirá mucho más tiempo para las tareas domésticas (una media, en España, de cinco horas diarias) lo cual irá en detrimento de las horas que pueda dedicar a la empresa. En el caso del hombre es lo contrario, aunque bastante menos acentuado. Al emparejado, con o sin hijos, se le supone que su compañera se encargará de esas tareas domésticas (el hombre español solo dedica una hora al día, de media a estas tareas) y, por tanto, podrá dedicarse más exclusivamente a su trabajo y, sobre todo, a su promoción y ascenso en el trabajo. De esta manera podemos llegar a la conclusión de que "trabajar igual, cobrar igual" puede estarse cumpliendo perfectamente en casi todos los puestos de trabajo, pero esa identidad queda desvirtuada por la que podría decir "a mayor disponibilidad, mayor salario".
Y esto nos lleva al tema de la promoción laboral. ¿Por qué hay tan pocas mujeres en las altas esferas de la administración pública, en los puestos directivos o en los consejos de administración de las grandes empresas? Porque llegado el momento de decidir qué quieren hacer con su vida hay que optar entre casarse (o emparejarse), tener hijos y dedicarse a la familia o no hacerlo y dedicarse al trabajo con mayor implicación, porque claro, si te dedicas al trabajo pero limitándote a cumplir lo estrictamente necesario para que no te llamen la atención por vaga tampoco tienes un futuro laboral muy halagüeño. Si optan por la familia, como sucede en la mayoría de los casos, su carrera profesional se trunca (salvo que se apelliden Botín, Koplowitz o así) y por eso no llegan más arriba en la escala laboral, donde las diferencias salariales son abismales. Si se dedican a trabajar bajo las tiránicas condiciones que, subrepticiamente, les impone la empresa podrán llegar lejos tanto, o más, si saben aprovechar sus armas de mujer, como un hombre..
Hay un chiste, machista, ya os aviso,  en el que se convoca una plaza para una secretaria de dirección de un presidente de una multinacional y todas las mujeres que se presentan tienen unos currículos impresionantes: varias carreras, varios idiomas (no incluyo el francés y el griego), experiencia en las mejores firmas del ramo y cartas de presentación espectaculares. Entonces surge la duda ¿a quién elegir? Pues según el chiste a la que tenga las tetas más gordas. (No es por nada, pero mi mujer podría haber llegado lejos).
Hasta las mismas mujeres vienen a reconocer lo que yo os he tratado de explicar. Mónica de Oriol, presidenta del Círculo de Empresarios afirmó hace escasos meses en una conferencia de prensa que ella era más partidaria, como empresaria, de contratar hombres que de contratar mujeres por lo problemas expuestos de embarazos, maternidades y disponibilidad. Las feministas y los izquierdosos se le echaron encima porque, creo yo, nunca han sido ni serán empresarios en un mundo hipercapitalista. Incluso gente del gobierno puso el grito en el cielo, seguramente "por el qué dirán". Pero la Oriol es una mujer casada y ¡con seis hijos! que ha sabido llegar a donde ha llegado a base de muchos sacrificios y esfuerzos, de quitarse horas y minutos de su vida familiar para dedicarlos a la empresa, y viceversa, por lo que nadie, absolutamente nadie, la puede tildar de antifeminista.

Por cierto, y aunque no viene al caso, no se escucha nada de las feministas cuando se producen detenciones de muchachas musulmanas que, con el seso sorbido como diría mi amigo Fernando, quieren marcharse a trabajar de esclavas para los del Estado Islámico.
Yo no creo que este asunto tenga una fácil solución, salvo que se consiga que los hombres puedan quedarse embarazados y parir lo que, hoy en día, es imposible y, además, no puede ser. Se intenta reconducir la disparidad mediante la denominada "discriminación positiva", es decir, favoreciendo a la mujer en el mundo laboral para que pueda ocupar puestos de responsabilidad, pero no creo que esa sea la solución mientras se sea madre al tiempo que mujer trabajadora ya que la disyuntiva entre uno y otro rol siempre existirá. El porcentaje de mujeres en los consejos de administración de las grandes empresas en España ronda el 18%. Parece poco, pero en Europa tampoco es mucho mayor (20%) y eso pasa a casi todos los niveles con cierta responsabilidad. En el sector bancario español, cerca del 80 % de los directores de sucursal son hombres, mientras que un porcentaje similar de mujeres ocupan el puesto de sudirector (a), lo cual refleja que las mujeres aún no han dado el paso (o no han permitido que lo den) para subir ese único escalón que permite acceder a un salario superior a cambio de mayor responsabilidad y, sobre todo, disponibilidad.
En el terreno político el bobo ZP inventó durante su presunto mandato las "listas cremallera" para las elecciones políticas. Estas listas son paritarias, con el mismo número de hombres y mujeres intercalados, de ahí el apelativo de cremallera. Como dice el anuncio:¿error?; ¿acierto?. Yo creo que es un inmenso error y como ejemplo de ello os nombraré a unas cuantas mujeres que con ZP entraron en el gobierno por este medio y que demuestran que mejor se hubieran dedicado a la ornitología, dado que tenían la cabeza llena de pájaros: Leire Pajín, Bibiana Aído, Maleni Álvarez, Elena Salgado... Por parte del PP tampoco se quedan cortos: Ana Mato, Ana Botella, Celia Villalobos,.... Total, que peor el remedio que la enfermedad.
Las cuotas no son sino una solución temporal y mala, que puede dar cierto resultado mientras se procede a un cambio de mentalidad en toda la sociedad para apreciar a las mujeres en lo que valen (las que valgan, claro, al igual que los hombres). No es la panacea contra un hecho biológico y natural como es la división por sexos y que solo el femenino pueda ser madre. La solución total, por mucho que queramos insistir, no existe.
Y con esto queda medianamente claro qué es lo que pasa con lo de la brecha salarial, porque yo soy un convencido, aunque me esté mal el decirlo, de la superioridad intelectual de la mujer. En general, me refiero, porque nunca un hombre estará a la altura de, por ejemplo, su inteligencia emocional, su empatía y su paciencia. Y esta superioridad femenina es la que se deriva de un chiste gráfico que leí el pasado domingo en el que una mujer le decía a su marido : "Cobro menos que tú por el mismo trabajo" a lo que él le respondía "Porque lo haces en menos tiempo".
Siguiendo con la broma, no es extraño que las mujeres tengan, pues, que trabajar 79 días más cada año para obtener el mismo sueldo. Es cuestión de que los trabajos los acaban antes, con lo cual, la componente temporal vuelve a aparecer en este tema y enlaza con el otro aspecto temporal ya citado de la disponibilidad o predisposición a dedicar más tiempo al trabajo (es que acabo de ver la película "La teoría del todo", sobre la vida de Stephen Hawking, el autor del libro tan cacareado :"Una breve historia del tiempo. del Big Bang a los agujeros negros" y he llegado a la conclusión de que el tiempo es lo más inconcebible además de lo más preciado que tenemos, así que vamos a aprovecharlo).

Como en algunos programas radiofónicos, que ya no se si existen, quiero dedicar este blog a la mayoría de las mujeres que han pasado por mi vida, empezando por mi madre. Se lo merece, como casi todas las madres, aunque solo sea por aguantar a su marido y a sus hijos, porque tiene 92 años (29 años viuda lleva), por su mentalidad abierta y liberal, porque es una cachonda y una persona que ha sabido querer y ser querida y porque madre no hay más que una. A mis dos hermanas, una de ellas tristemente fallecida, que heredaron lo mejor de mi madre; a mis primas, incluso a las políticas; a mis sobrinas; a mi madrina querida; a mi suegra y mi cuñada, aunque pueda parecer extraño; a todas las que me hicieron sentir algo bueno; a mis amigas de siempre (pero que no me leen) y sobre todo a mi mujer sin la cual yo no sería lo que soy y a mi hija, que hoy 11 de marzo se ha hecho mayor de edad (felicidades guapa, no sabes lo que te espera); a las que se me puedan olvidar porque en algún momento significaron algo y, especialmente a las mujeres de bandera (de la talla XL en adelante) para que sepan que hay gente, mucha gente, que las admira.



Por ellas y para ellas os dejo un enlace de un  artículo publicado en el dominical de un  periódico el mismo 8-M, cuya protagonista es mi querida modelo de tallas grandes,Tara Lynn.

http://fueradeserie.expansion.com/2015/03/05/moda/1425545718.html


El blog ha salido extenso pero creo que ha valido la pena. ¡OS QUIERO A TODAS!


SALUDOS