COMPROMISO

En casa nos gusta mucho José María Sanz Beltrán, más conocido como "Loquillo" que, tanto en solitario como junto a su banda de antaño ("los Trogloditas"), es un crack del rock español. Aparte de por sus canciones (por ejemplo, esa que dice "yo para ser feliz quiero un camión, escupir a los urbanos y a mi chica meter mano...") a mi mujer le fascina como hombre: alto, bien parecido, estiloso,... y a mí como persona: es uno de los artistas con la cabeza mejor amueblada que conozco. Además, está comprometido y no me refiero al terreno sentimental, que eso no lo sé, sino al terreno político que, querámoslo o no, incluye (e influye en) todos los aspectos de la vida.
Fue Aristóteles el que afirmó que "el hombre es un animal político" ("zoon politikon"), queriendo decir que, a diferencia del resto de animales, el hombre posee la capacidad de relacionarse políticamente y organizar la vida en sociedades o ciudades (polis). Aunque todos los animales se pueden considerar sociales, sólo el hombre es político y puede establecer relaciones sociopolíticas dentro de la sociedad, donde el individuo alcanza su plena realización. La dimensión social ayuda a constituir la base de la educación y la dimensión política contribuye a la extensión de esa educación, considerando que los que son incapaces de vivir en sociedad o que no la necesitan por su propia naturaleza es porque son bestias o son dioses.
Si nos basamos en los presupuestos aristotélicos y los aplicamos a nuestra actual situación podríamos llegar a la conclusión de que todos aquellos que son incapaces de seguir las reglas que rigen la vida en un estado o sociedad democrática, libre e igualitaria son bestias, dado que los dioses no existen, y como bestias deberían ser tratados. Es fuerte, pero esa es la conclusión. No obstante, esto sólo puede suceder si la sociedad es REALMENTE democrática, libre e igualitaria, lo cual, considerando la naturaleza del ser humano, ha sido, es y será siempre una utopía. Para más información os remito a mi último blog: "Mejor ciudadanos que súbditos" en el que os explico, desde mi punto de vista, que nunca hemos dejado de ser súbditos a pesar de las motos que nos vendan sobre ciudadanía, libertades y derechos.
Pero, en función de la sociedad que tenemos, cuya organización, a pesar de ser la mejor conocida es muy imperfecta, sí podemos partir de una base de consenso común. Hay consenso en, por ejemplo, considerar que el terrorista asesino o el violador multirreincidente son personas incapaces de vivir en sociedad y, por lo tanto, se hallarían dentro de la categoría de bestias que definió el filósofo griego. Desconozco qué destino tenía pensado Aristóteles para este tipo de individuos aunque, dada la época en que vivió y a pesar de su lúcida mente, no me extrañaría que pensara que debían  ser eliminados por poner en peligro a todos los demás integrantes de la "polis". Yo no soy partidario de la eliminación física, de su muerte, pero sí que estoy completamente de acuerdo en que deben ser retirados de la sociedad y deben ser impedidos de volver a ella hasta que hayan purgado sus delitos, reconocido el mal causado y hagan  público su arrepentimiento. Sólo en estas circunstancias deberían ser reinsertados y, si no llegan a darse, deben seguir apartados durante toda su vida. Por eso soy partidario de la prisión permanente revisable, contra la que braman tantos intelectuales e izquierdosos de este país bajo el pretexto de que los pobres terroristas, violadores, pederastas y otros, también tienen sus derechos. Y no digo yo que no los tengan, pero igual hay que quitárselos cuando no saben hacer uso de ellos, aparte de que a mí y a muchos millones de personas nos importan muchos más los derechos de las víctimas (o de las familias de las víctimas) que la de los malhechores.
Las reglas del juego son las que son y son iguales para casi todos. Salvo las más elementales, mayormente relacionadas con la libertad individual y la convivencia social, son modificables aunque a veces por unos caminos tan farragosos que pueda antojarse imposible, Pero los mecanismos existen para todos, Incluso para los imbéciles independentistas catalanes representados por Arturo Mas y Oriol Junqueras, "bestias" en el sentido aristotélico aunque ellos se crean dioses. Los dioses, repito, no existen.
Para vivir en sociedad, pues, hay que ser un animal político y ser político implica tener una visión propia de la vida y del mundo, que puede coincidir o no con la que nos ofrecen los partidos y asociaciones que canalizan la política en la actualidad, pero que es imprescindible para realizarse plenamente como persona. Ello implica un compromiso, con uno mismo y sobre todo con el resto de la sociedad, entendido como aportación de ideas, participación, responsabilidad en base a nuestra visión cosmológica, es decir, a lo que cada uno es, a cómo quiere ser y a qué caminos tomar y modificaciones efectuar para conseguirlo. Desde mi punto de vista todo aquel que se define como apolítico o bien es idiota (o imbécil, o cretino, a elegir) o bien es una bestia aristotélica a la que hay que erradicar. Bueno, a lo mejor había que erradicar a ambos tipos de individuo pero ¿qué sería de nosotros si no hubiera imbéciles en el mundo?. Me es muy difícil comprender que pueda existir gente que no tenga un proyecto de vida propia, por muy sencillo y elemental que pueda ser y que no quiera llevarlo a cabo. Eso sería ser apolítico. Otra cosa es que se tenga más o menos interés y ganas en hacerlo efectivo, es decir, que esté dispuesto a adquirir el compromiso de "luchar" por ello. Aunque, al fin y al cabo, tanto los necios como los no comprometidos acaban jugando el mismo papel pasivo en la vida política y social lo cual es aprovechado por las organizaciones manipuladoras de masas como los partidos políticos, los sindicatos, las multinacionales, etc., para que sea siempre beneficioso para los más poderosos, casi siempre en perjuicio de la mayoría de la sociedad.
El compromiso es fundamental, aunque en numerosos ocasiones los borregos no comprometidos acaben sometiendo al resto a su descerebrada voluntad. El compromiso tiene un amplio margen en política, donde siempre se ha movido en el continuo izquierda-derecha y ahora se ha aderezado con el continuo centralismo-nacionalismo. Además, sus manifestaciones son también múltiples, yendo desde las más elementales de tipo intelectual o ideológico a las más extremistas y violentas, que lindan ya con el bestialismo. Hay para todos los gustos y puede ser variable, es decir, que  una persona puede rectificar al darse cuenta de que su compromiso era erróneo y puede empezar de nuevo, en solitario o en grupos ya constituidos. Siempre es mejor eso, aunque no coincida con nuestro compromiso, que no el aborregamiento.
Hace unos días leí una entrevista con Loquillo cuyo prometedor titular era:"No vine aquí para gustar a todo el mundo" y cuyo enlace os dejo aquí por si os interesa leerla entera:  http://www.elmundo.es/cultura/2015/03/24/55109212268e3eaf5f8b458b.html
Es una entrevista a un hombre comprometido con lo que piensa y cree, que no se muerde la lengua y que es claro en sus manifestaciones, sin importarle lo que la gente opine o diga de él, que no teme caer mal sino que prefiere que la gente le conozca como es, que cree que los artistas deben mojarse cuando llueve y sudar cuando el sol es infernal, por eso suelta perlas como éstas:
"Sabina es perro viejo y la historia de ese vahído que le dio en Madrid hizo que se agotasen todas las entradas de su gira. Aquí nos conocemos todos. Y yo respeto muchísimo a Sabina, claro que sí, por Dios, pero lo que hay que recriminarle es que siempre ve la paja en el ojo ajeno y nunca en el suyo. Si criticas a la derecha, también tienes que criticar a la izquierda. Por eso el 'clan de la Ceja' ha hecho más daño que bien, porque nos ha vendido como una pandilla de privilegiados. Yo no voy a ningún acto reivindicativo en favor de la cultura porque no quiero que me hagan fotos con ellos".
El tema de la cultura en España es un "Desprecio a la cultura en sí, no entender que esto es una industria, que tenemos un problema gravísimo con el patrimonio que se está cayendo a trozos... Nadie parece querer resolverlo y no he escuchado todavía a ningún partido hablando sobre la cultura en España. Todos se limitan a hablar del IVA. ¿Y después, qué? No puede ser que la cultura dependa de que el PP y el PSOE se tiren los trastos a la cabeza. Y tampoco puede ser que haya una cultura de izquierdas y otra de derechas".
"Digo lo que pienso, soy reflejo de la sociedad en que vivo, la cuento y no me escondo nada. Debe ser terrible estar disimulando todo el rato. Yo no he venido aquí a gustarle a todo el mundo. Y me gusta que la gente sepa lo que opino. Porque quiero que mi público sepa cómo soy y porque le considero sobradamente inteligente como para no juzgarme por mis ideas, sino por la música que hago. Al menos saben de qué palo voy. Y cuando la cago, la cago. Me gustaría pensar que vivo en un país democráticamente aposentado y que por decir algo no me van a dejar de contratar estos o aquellos. No pertenezco ni a una España ni a otra: yo soy de la tercera. Y quiero que mi hijo viva en una España distinta a aquélla en la que yo crecí, que es un país con una rémora 'guerracivilista'. Pero todavía seguimos escuchando lo de los "rojos" y los "fachas". Vale ya, ¿no? 

 Vayamos hacia otro sitio, porque si un país mira al pasado de esa manera no vamos a ir a ninguna parte".
Olé tus huevos Loquillo porque su puede decir más alto, pero no más claro. Porque siendo catalán  de Barcelona tuviste narices (y va sin doble sentido) de contestar así a preguntas que en 2014 te hicieron sobre el independentismo:
"Mas se ha pasado de frenada y ya no sabe salir del meollo en el que se ha metido. Ha dado a los catalanes unas expectativas imposibles de materializar. Si quiere un referéndum de ese calibre tiene que ceñirse a la Ley, y eso exige el cambio en la Constitución. Lo que no es la Ley es «por mis cojones». Mas no puede dar esa imagen porque es el representante del Estado español en Cataluña. Lo que se está diciendo es: «Votemos para acabar con la democracia», ni más ni menos. Lo mismo que pedían las S.A. nazis. Cuando me preguntan lo que está pasando en Cataluña, recomiendo un libro: «Historia de un alemán». Es muy fuerte todo esto. El dinero que falta para sanidad, para empleo, para educación, se destina a asambleas y entidades cercanas al independentismo. Se amordaza a la prensa, los disidentes son excluidos, aparecen listas negras de periodistas y artistas… Antonio Orozco, Sergio Dalma, no existen para la prensa catalana. Love of Lesbian igual. Reventaron el festival Sonorama y no se mencionó en ningún medio catalán. A Estopa poco faltó para que les echaran de Cataluña por decir que no eran independentistas y ser medio extremeños. Yo soy catalán y de Barcelona, soy de los suyos, así que conmigo tienen un problema. Hay que decir las cosas claras, porque cuando empieza a haber incluso agresiones a políticos…
(...) no pienso ayudar al enfrentamiento. Ni apoyaré jamás el independentismo, ni seré el heraldo del españolismo en Cataluña. En todo caso pertenezco a una tercera Cataluña, la del sentido común. Tarde o temprano, las personas como yo seremos necesarias para reconstruir los puentes que se están rompiendo ahora mismo. Yo he recibido ofertas de ambos lados, y no los quiero ni ver. Por otro lado, me diferencio con rotundidad del discurso de los llamados artistas comprometidos, que dicen eso tan divertido de (pone tono mitinero): «La clase política es una mierda, tenemos que acabar con ellos». Ok, de acuerdo, terminamos con la clase política. Abolimos la democracia. Vale, y ahora ¿quién es el Führer? El discurso de estos personajes me parece incluso más peligroso. No sé quién me da más miedo. Chorizos hay en todos los lados, entre los músicos también. No hay que ser tan populista, hay que ser más inteligente".
Como vemos, aunque descalifica a los artistas "comprometidos", él tiene un compromiso real consigo mismo y, lo que es más importante, con la sociedad a la que pertenece (catalana o española, que más dá) y con la que quiere dejar a sus descendientes, tiene unas ideas muy claras y bien defendidas aunque no por ello estén equivocadas para muchos. Llama a las cosas por su nombre, sin ideología perniciosa, sin compromisos sesgados y sin odio, es, aunque no lo reconozca, un comprometido políticamente incorrecto y eso es lo que más admiro de él.
Recientemente ha saltado a la palestra el "compromiso" de otro personaje de la farándula, Juanjo Puigcorbé, que se presenta como número dos de ERC a la alcaldía de Barcelona. Yo respeto su decisión pero, como dice Loquillo, "hay que ser más inteligente" y no dejarse arrastrar por los cantos de sirena de Mas y Junqueras que sólo pueden producir odio y dolor en esta nación que, a día de hoy, aun creo que se llama España. Sin embargo, este neonacionalista no desdeña las subvenciones del estado español ni los papeles en series de este estado, como el del rey Juancarlos mientras den pasta y trabajo.
Sin embargo, prefiero un compromiso como el de Puigcorbé,(aunque para mí este francamente equivocado) que el desentendimiento de muchos otros famosos.
Como ejemplo mencionaré una entrevista a un gran futbolista, Zidane, en la que semanas después del atentado en París contra "Charlie Hebdó" le preguntaron qué opinaba sobre el mismo y sumamente enfadado (también su representante) dijo que no iba a hablar de religión ni de política. ¡Muy mal!. ¡Fatal!. Hay que hablar de religión y de política si resulta que de ellas salen unos hijos de puta asesinos que matan por el mero hecho de hacerlo. Y más si eres un personaje famoso además de francés de origen musulmán y más si, como dicen, eres buena persona e, incluso inteligente. Hay que mojarse porque si no lo haces quedas como un mierda, que diría Pérez Reverte. Y ya tenemos suficientes mierdas en este país para que encima nos vengan de fuera. Hay que ser honesto, no ya valiente, y decir que los asesinos sos unos hijos de puta y que condenas el atentado por irracional, como condenarías cualquier atentado cometido por fanáticos descerebrados (llámense ETA, IRA, IS, ...) porque, si no, te conviertes en una bestia. Una bestia como ellos.
No podemos pedir peras al olmo preguntando por esto a otras futbolistas como Cristiano o Messi porque sus problemas intelectuales son superiores a ellos mismos, pero hasta el mismísimo Sergio Ramos (que festejó el pasado domingo su santo por ser domingo de Ramos) el más comprometido con España, habría contestado a la pregunta y lo habría hecho en el sentido correcto, aunque quizá no con las palabras más idóneas.
Yo me siento comprometido y por eso escribo aunque sea deprimente comprobar que muy poca gente me lee. Es igual, este es mi granito de arena y, al tiempo, mi vía de escape. Quiero hacer saber lo mal que están las cosas y que, según Murphy, seguramente irán a peor y para ello procuro, desde mi subjetiva objetividad, que quien me lea abra los ojos y se de cuenta de tantas cosas que pasan y a las que no se suele prestar mucha atención. Pero son cosas que directa o indirectamente nos influyen, a veces para bien y la mayoría para mal, pero que no deben impedir que nos comprometamos y luchemos, cada uno dentro de sus posibles, por mejorarlas.
Y que no vale encerrase y aborregarse y dedicarse a, por ejemplo, cobrar el PER, a votar al PSOE y a vivir, que eso no mejora en nada la sociedad y, por ende, convierte a las personas que así obran en bestias preocupadas únicamente por su propio bienestar y sin conciencia de que ese bienestar depende del bienestar más general y amplio de toda la sociedad. El egoísmo no es malo, no en vano dicen que "la caridad empieza por uno mismo", lo malo es el egocentrismo, el considerarnos el centro del universo y no querer ver que más allá de nosotros y de nuestro círculo más cercano hay vida, muy diversa y seguramente más interesante que la propia, vida en la que debemos participar mediante nuestro compromiso.

SALUDOS.